CAPITAL GASTROTEDIOSA

Fin de semana de Mercado Medieval para degustar productos locales y así, mucho fruto seco de temporada y miel de todo tipo, mucho pastel vasco, bizcochos para todos los gustos, magdalenas, palmeras y demás bollería artesana y otras reposterías, chocolates artesanos a lo de rizar el rizo, mucho Idiazabal, mucho foi y paté de la zona, mucha pocha, pimentico y tomate del país, mucha huerta biológica en suma o de eso presumen, también embutidos de cerdo, ciervo y lo que se tercie. Pintxopote por lo viejo y el centro, pintxopotes varios todo el año y durante los diferentes días de la semana por barrios, de zurito y txikito o de caña y crianza, a elegir. La Ruta del Aperitivo, que me suena a pintxopote en plan pijo o casi. Los hoteles también organizan su semana gastronómica, faltaría plus. Festival del café de especialidad, que le dicen, no me pregunten. Ardoaraba o semana del vino alavés, cata de riojas alaveses y txakolis del valle de Ayala. El reto de la tortilla más grande del mundo para mayor gloria y cuenta corriente del chulo p... del Sagartoki. Concurso anual del Pintxo de Álava, si hace falta se repite para que coincida con la capital gastronómica y así aprovechar el tirón, gana Yosune again; vale pues porque se lo merece. Semana de la Cazuelita. Semana del Restaurante así a secas. Semana de la Cerveza Artesana, tras el éxito de la del verano ahora anuncian una para antes de Navidad. Ya están tardando con la de la sidra alavesa, hace ya años que empezaron a hacerla en Aramaio, Barrundia, Trebiño y en algún otro sitio de la provincia, y fijo que no tardan en reivindicar su hueco. Semana seguro que también de la patata, o de la alubia roja, o de la remolacha, del perretxiko, del aceite variedad Arroniz, de la carne de potro, de las bitxilores o txiribitas, o de la... yo qué sé. Concurso de cócteles con boletos (vamos, los hongos de toda la vida), no me lo invento, tengo la publicidad en la mano. Como vienes una vez cada tres semanas casi que coincides siempre con una u otra cosa, y el caso es estar siempre jamando y libando de un modo u otro. En fin, que ya nada te sorprende ni te llama la atención, nada te sacia, para hacerlo tendría que celebrarse la Semana del Mosto y la Hoja de Lechuga, eso sí que tendría su punto.