viernes, 21 de marzo de 2025

LA PENÍNSULA DE LAS CASAS VACÍAS - DAVID UCLÉS

 Reseña publicada en HOJAS SUELTAS; https://hojassueltas.es/?p=18769




    Es el libro revelación del 2024 y del autor al que se le augura el futuro más prometedor en las letras hispanas. No podía ser de otra manera porque hacía tiempo que no aparecía un texto tan eficaz, oportuno incluso, para cautivar a los amantes de lo «exquisito», lo supuestamente sublime y hasta original en las letras españolas. Y si encima la novela en cuestión se sostiene sobre una fórmula que ya triunfó en su momento como es la mezcla de territorio mítico, el pueblo de Jándula y sus habitantes, con una de sus familias como principales protagonistas, con toques, qué digo, con borbotones de realismo mágico, pero en esta ocasión sobre la España de los años previos y durante la Guerra Civil, pues ya sólo hay que echarle oficio y esperar la indispensable suerte para el éxito de crítica y lectores. Si te gustó en su momento, por lo general durante tu adolescencia, «Cien años de soledad» de García Márquez, cómo no te va a gustar, ya sea por haberla experimentado en su momento o porque lo haces por primera vez, el irresistible encanto del realismo mágico como recurso literario, eso de trastocar la realidad inventando sucesos imposibles al objeto de que el relato se le antoje al lector el colmo de lo original, fantástico, hermoso y hasta delicado.

Pues a eso se aplica con especial denuedo David Uclés en LPCV, a embelesar a la mayoría con la ocurrencia contándonos la Guerra Civil desde su punto de vista de españolito nacido en 1990 a través de las peripecias, fantásticas, mágicas, dado que siempre queda más chulo que decir irreales e incluso ridículos, de los naturales de Jándula en general y de Odisto y su familia en particular. Un relato en el que no falta una mirada contemporánea, salomónica, incorpórea y a mi juicio insoportablemente meliflua, sobre ese episodio histórico sobre el que tanto se ha escrito, y se seguirá escribiendo en el futuro, porque por algo se trata probablemente del más trascendental de nuestra Historia Contemporánea. Así que, con estos mimbres de la supuesta originalidad narrativa nos encontramos con una mirada que sólo puede hacer las delicias de los españoles de bien, hartos de tanto guerracivilismo pasado y puede que todavía ambiental, que él parece dispuesto a superar con una historia en la que se impone sobre todas las cosas y a toda costa ese ánimo conciliador, casi que condescendiente, que Uclés vierte sobre los protagonistas de nuestra Guerra Civil. Cómo no iba a cautivar LPCV a miles, puede que pronto millones, de críticos y lectores ávidos de una realidad al margen, aquí también por no decir alternativa, de esa otra que podemos encontrar en la bibliografía al uso sobre la Guerra Civil como pueden ser «Homenaje a Cataluña» de G. Orwell, la tercera parte de «La forja de un rebelde» de Arturo Barea, «Réquiem por un campesino español» de Ramón J. Sender, «A sangre y fuego» de Manuel Chaves Nogales, la mayoría de los de Max Aub, el testimonio de Pablo Azcárate y tantos y tantos otros. Todos ellos textos demasiado apegados, o dependientes, de la siempre molesta e ingrata realidad.

Uclés nos relata la Guerra Civil española como si nunca hubiéramos oído o leído sobre ella, casi que —y soy consciente de la burrada que voy a escribir— haciéndola bonita, o cuanto menos literariamente bonita, algo así como parece hacerlo, siquiera para el lector apenas versado en la Historia colombiana, las guerras o batallas entre liberales y conservadores en «Cien años de soledad», sí.

De modo que LPCV es el libro perfecto para cautivar tanto a los nostálgicos de lo mejor del realismo mágico iberoamericano, como a aquellos que, ya sea por juventud o por pertenecer a esa mayoría que lee uno o dos libros al año, apenas ha frecuentado un género ya más ordeñado que una vaca asturiana, y que seguro que se dejarán cautivar por esas continuas y simpáticas pinceladas surrealistas que a otros, según parece pocos, en cambio se nos ha hecho verdaderamente exasperantes; como que era empezar un capítulo y pensar a ver qué chuminada se le iba a ocurrir ahora al Uclés para justificar su apuesta narrativa en plan prestidigitador de un todavía más difícil, increíble o ya sólo ridículo. Ideal también como libro de culto de una época, en concreto esta del bienquedismo sociológico como norma para la gente con dos dedos de frente y tal, la cual se traduce, cómo no, en el pujo de tantos y tantos autores jóvenes por procurar quedar bien con todo el mundo procurando en todo momento y a toda costa para no molestar a nadie con nada que se parezca a un posicionamiento ideológico sincero, siquiera ya sólo con una visión verdaderamente crítica sobre los hechos; «Haga como yo, escritor; no se meta en política», que habría dicho ya saben todos ustedes quién, y si no mal vamos, aunque puede que también de perlas para disfrutar a fondo de la novela que nos ocupa.

Y es que, ya lo siento, porque debo ser una mala bestia como lector, un ser ya no de luz sino de insondables oscuridades, incluso un perverso realista, al menos en cosas que atañen a la Historia, y además un sectario de tomo y lomo por pensar que esta novela romantiza en exceso, si es que no banaliza y para de contar, y de hecho hasta grados inauditos de frivolidad histórica, dicho episodio histórico haciendo entrever un juicio pretendidamente conciliador entre españoles, el cual, para qué andarnos con remilgos si tampoco los hemos tenido hasta aquí, me parece que tiene mucho de postureo a lo “en el fondo to er mundo é güeno».

Así que no he podido pasar de las seiscientas hojas aburrido como estaba, o puede que sobre todo empachado, tanto de la sumamente irritante pirotecnia narrativa para poco más que epatar de continuo al lector con fuegos de realismo mágico, como de ese continuo tono naíf que caracteriza el conjunto de la novela como si los personajes de carne y hueso no fueran otra cosa que memos del agro, cuando no seres inocentes al límite del retraso, y por ello siempre, bajo cualquier circunstancia a lo largo del libro, a merced de los acontecimientos antes que del ejercicio de su libre albedrio.

Pues eso, disfruten de LPVC de David Uclés porque estoy convencido de que es la gran novela de nuestra época —y aquí Dios me libre de caer en la tentación de hacer una humorada con el título del libro refiriéndome a la época de la que hablo como la de “La península de las cabezas vacías”—. Repito que probablemente porque también es la que mejor la definirá en el futuro. La novela está espléndidamente escrita, de eso tampoco me cabe la menor duda, como que consigue atrapar al lector desde la primera página, gracias a su estilo tan cuidado, cultivado incluso, como natural, sencillo y distendido, a destacar una capacidad descriptiva fuera de lo común, y en especial del paisaje jinense de la mítica Jándula, hasta… hasta que el lector aguante. Lo dicho, un futuro clásico.

© Txema Arinas

GAMBITO DE DAMA


 

     Estoy de farra con mis colegas en un un conocido pub irlandés del centro de mi ciudad. Llevo ya media docena de pintas negras, varias de ellas a lo "black&white", vamos, con un chupito de whiskey Jameson dentro, y además demasiado bien echadas como para no sospechar de que se trata de un sueño en toda regla.

Entonces, entre tanta pinta, risas y algún que otro cántico al estilo de The Fields of Athenry (By a lonely prison wall/I heard a young girl calling/Michael, they have taken you away...), de repente me entran unas ganas tremendas de descargar tanto negro elemento. Así que desciendo las escaleras que conducen a los meaderos del pub. Reconozco que el descenso se me hace eterno; un poco más y fijo que voy de cabeza al infierno. Ya en el subsuelo, junto a la puerta que supongo que da a los servicios, me encuentro a una chica sentada a una mesa con un un tablero de ajedrez encima.
-¿Tú no eres la de Gambito de Dama?
- Lo que tú digas- Pero, si quieres cruzar la puerta tendrás que ganarme una partida.
- ¿Lo qué?
- Juegas o te meas encima.
- Juego.
No me dura ni cinco minutos, despacho la partida con un Jaque Mate del Pastor y corro a abrir la puerta del baño para encontrarme junto a otra puerta a... ¿Anatoli Karpov?
- Venga, rapidito que me meo. Mueves tú.
Mira si tendré ganas de mear que me lo cepillo al ruso en menos de cinco minutos con un Gambito italiano.
- ¡Que me meooooo!
Atravieso la segunda puerta y me doy de bruces con la tercera. Junto a esta me espera, cómo no, Garri Kasparov.
- ¡A tomar por culo, Jaque Mate del Loco!
En la siguiente puerta me espera la ajedrecista georgiana Nona Gaprindashvili. La verdad es que ya me estoy empezando a cansar de tanta partida y tanto ex-soviético. Eso y, sobre todo, que no me aguanto. Así que no dudo en jugar un poco sucio.
- ¿Tú no eres la ajedrecista que demandó a Netflix por haber dicho que nunca jugaste contra hombres? Eso y que en la serie además te decían "ajedrecista rusa".
- Sí, ¿Qué pasa, pues?
- Nada, nada. ¡GAMBITO DE DAMA!
Cruzo la quinta puerta ya con la vejiga a punto de estallar, confiando que la pesadilla acabe de una vez por todas. Pero no sería una pesadilla si no hubiera otra puerta y junto a ella... ¡MI PUTO HIJO PEQUEÑO?
- Venga, aita, ya sabes lo que toca, tienes que ganarme si quieres...
- Va a ser que no, no. ¡Si tú me ganas siempre, a mí y a todos!
Dicho lo cual ya no aguanto más, así que me saco la chorra ahí mismo -confieso que empieza a preocuparme las veces que lo hago en mis últimos sueños- y vació todo lo que llevo dentro sobre el tablero y también, qué se le va a hacer cuando lo que se impone es la fisiología, parte del crío.
- ¡SERÁS GUARRO!
- Lo siento, hijo, no podía más y tampoco tenía opción.
- ¡PUNKY, QUE ERES UN PUTO PUNKY!
Y sí, claro que sí, al despertarme había gotitas...

ERNAMUINAK


 

   Iraganaren antzezlekuan oroitzapenak dira alperrik erretako bizitza baten txingarrak


Udaberri hasieran etxeko "perrien" ernamuindutako arboletako loreen bozkarioa

Aspaldian ez bezala gaur egun nahitaez hunkitzen ninduten itxaropen printza ederrak

Aldamenean gure aitaren errautsen gainean etengabe koskortzen ari den gerizondoa

Nire inguruari so halabeharrez eta errukigabe amiltzen ari den leinu arrunt baten hondarrak

Dena izan da neke, oinaze, zorigaitz: arboletako fruituak inoiz gozatzen ez zekitenen sufrikarioa

Lurrean haimaka min, deseingainu, porrot eta damurekin batera utziko ditugun zuztarrak

Bai, egia da, gurean bizitzaren sentimendu trajikoaren kontua da benetako tara genetikoa.

HATERS


 Ayer veía, escuchaba más bien, una entrevista en Nós Television a Carlos Callón, el historiador y destacado galleguista que ganó en 2011 el XVI premio Vicente Risco de Ciencias Sociales con la obra, traducida del gallego, "Amigos y sodomitas. La configuración de la homosexualidad en la Edad Media". Comentaba Callón que su libro le ha acarreado tener que aguantar un aluvión de descalificaciones e insultos en los que además se le atacaba por partida doble, es decir, por homosexual y galleguista. Como la entrevista merece la pena porque disecciona muy bien las raíces del odio que parece haber aflorado en los últimos años con eso de la impunidad de las redes sociales, o ya sólo la coartada que supone el discurso de la ultraderecha para que muchos se atrevan a decir alto y claro lo que antes no se atrevían porque sabían que serían enseguida catalogados como lo que son, necios, pues voy y lo adjunto: https://youtu.be/SP2V8ujHbvU?si=t5CWwrLXLH_kiv21.

Así pues, no pude evitar trazar un paralelismo con la catarata también de descalificaciones e insultos que ha padecido desde hace una semana el presentador Marc Giró por prácticamente lo mismo, por defender el catalán en un monólogo en su programa de TVE y su condición de homosexual, de la cual hace lo que peor puede sentar a sus odiadores, con irónica ostentación y no poca mala leche.
Y claro, en ambos casos el denominador común del odio hacia lo diferente, la lengua minoritaria de turno concebida como un irritante engorro, cuando no una amenaza en toda regla, dentro de la uniformidad castellana, y/o al homosexual por desentonar también dentro de esa otra uniformidad heteropatriarcal que ha sido la norma hasta hace cuatro telediarios.
Pues eso, odiadores de lo diferente, sin lugar a dudas de lo que no entienden, nunca han podido entender y siguen sin entender ni entenderán por mucha pedagogía que se haga desde cualquier parte, probablemente porque no están capacitados para ello, qué se le va hacer. Asumieron como artículos de fe, da igual sin en la escuela nacionalcatólica o en su casa en boca de los que fueron a esta, una concepción monolítica, inmutable y sobre todo simplista de la idea de España, y también de una supuesta normalidad sexual tan monolítica, inmutable y sobre todo simplista como la primera. Así que simple y llanamente no hay nada que hacer con ellos, todo lo más esperar a que se extingan y confiar en que su ejemplo no cale en las generaciones venideras.
Pero no es el caso, porque su odio cala, vaya que si está calando. De hecho, está de moda, o mejor dicho, lo han puesto de moda los de siempre, los que ya lo hicieron en la primera mitad del pasado siglo XX. Hablamos de ese poder fáctico que en nuestra época son las grandes corporaciones tecnológicas y en especial los dueños de las redes sociales como el tipejo de Musk, el Zuk..., el dueño de este medio en el escribo, e incluso el de Amazon, Bezos, sobre todo desde que se hizo con el Washington Post y otros medios a servicio ahora de la reacción supuestamente libertaria a lo Milei y CIA... Son los encargados de poner en punto el neofascismo de nuestra época, primero dando cabida en sus medios al odio de los simples o necios, los resentidos con ese mundo moderno que no entienden porque cada vez está más alejado de esa sempiterna Edad Media mental en la que viven, los que ven el fin del mundo en cada paso a favor del progreso y las libertades del prójimo, y luego, por supuesto, expandiéndolo como nunca antes.
Así que de dónde sale todo este odio, quién lo empodera y sobre todo se beneficia de él luego en votos, a quién le interesa mantener a cuanto más individuos en la "garrulidad" mucho mejor para ellos. ¿Acaso es casualidad que Trump afirmara en su momento todo ufano "I love the poorly educated!" ¡No los va a querer, si son ellos los que lo han colado donde está y además como nunca antes estuvo!

GIZAKIAK OTE?


 

    - Ama, zergatik bonbardatzen gaituzte etengabean, zergatik akabatu gura gaituzte kosta ahala kosta?

- Terroristak garela leporatzen digutelako.
- Nolatan?
- Lehen gure sorterriko etxeetatik bota, gero hemen Gazan pilatu eta hemendik auskalo nora, sionisten Israel Handia edo Trumpek proposaturiko Riviera eraikitzearren, alde egiteari uko egiten diogulako.
- Baina, ama, zer dela eta hainbeste gorrotatzen gaituzte sionistek zein hauei laguntzen dietenek?
- Historiaren zaborra garelako, galtzaileak, edonon eta edonorentzat soberan gaudelako.
- Ez al gara gizakiak?
- Badirudi ezetz, alabatxo!

AUZORA BUELTAN


 

   Gurea ere behinola izandako bizi-hotsa

Abenida ingurumarietako egunerokoan
Ume txit bihurria izan nintzeneko ahotsa
Paradisu faltsurik gabeko haurtzarokoan.

Non dago orduko denda, taberna edo botika
Galdezka dut atsoa aho zabalik etengabean.
Gaur kebab, jokoetxe edo klinika dermoestetika
Aizu, ama, hamarkadak ez dira pasa debaldean.

Edo aitak ezkutuan eroaten ninduen Politena,
Gure ama akademiatik noiz irtengo esperoan.
Edo arratsaldero litxarreriak erosteko Beyena,
Haurrok gozatzen genituen gutizien mordoan.

Eta orduko denda eta taberna itxiekin batera
Ezagun edo lagun zitzaizkigunon oroitzapena.
Azalez baino ez eraldatutako kale giro berbera
Auzora bueltan berriz pozik egoteko itxaropena

BIENESTAR CANINO


 

 Como el mayor no está en casa me toca llevar a ese simulacro de Fox Terrier mínimo que vive con nosotros al veterinario para que le corte las uñas, que por lo que se ve no se las podemos cortar en casa por si las moscas o yo qué sé. Ni qué decir que tardo una media hora en agarrar a la bicha tras sortear el reguero de cacas y meados que deja por toda la casa dado que el responsable de recogerlas, mi hijo mayor y dueño putativo del bicho, está en la uni por las mañanas.

- Ahora estamos a tope, tendrá que pasar a la salar de espera hasta que le llamemos.
- De acuerdo, si no queda otra.
- Usted no, la perra.
- ¿Cómo?
- El una sala de espera exclusiva para mascotas; no queremos que se estresen con la presencia de humanos que no conocen.
- ¿Y los dueños dónde nos ponemos?
- Pues aquí no hay sitio, así que tendrá que esperar en la calle; pero, no se vaya a tomar un café o a dar un garbeo, en cualquier momento podemos llamarlo.
- Pero, pero, afuera hace un frío que pela y además amenaza lluvia y puede que hasta granizo.
- Ya, es lo que hay.
- Entiendo, contento con que no me aten a un árbol por si me escapo...
Al cabo de una hora y pico me llaman para que recoja a la perra.
- Son 300€.
- ¿Cómo? Mi mujer me ha dicho que las uñas se las cortabais gratis como deferencia por ser clientes habituales.
- Claro, sí, las uñas gratis. Los 300€ son el paquete de pastillas para todo tipo de pijoterías que hipotéticamente pueden afectar a la perra y que es mejor que tenga en casa por si las moscas; sin ir más lejos la Tse-Tse, que no es que se dé aquí mucho; pero, con tanto cambio climático... También se incluyen unos chuches especiales y varios juguetes robotizados para que no esté su mascota todo el día tirada en casa sin hacer nada.
Me callo porque si la monto sé que luego me la van a montar a su vez en casa mi mujer y mis hijos, que si soy un puto ogro insensible que vive anclado en la Edad Media, un australopitecos irrecuperable y todas esas mierdas al uso. Luego ya, de camino a casa, voy tan absorto en mis pensamientos contra el mundo que casi me despisto y dejo miccionar a la perra junto a un portal. Ahora, como la llevo atada de la correa le pego tal tirón que probablemente se le hayan quitado las ganas de mear en la calle para una semana.
- ¡ALTO A LA POLICÍA MUNICIPAL!
- ¿Qué pasa, qué he hecho, qué?
- ¿Que qué ha hecho, que qué ha hecho? ¡Que hay que tenerlos bien puestos! ¿Le parece normal el tirón que le ha dado de la correa al pobre animal?
- Era para que no meara en ese portal.
- Encima justificando el maltrato animal.
- ¿Es que ahora está bien visto que los perros meen en los portales?
- Con la nueva normativa lo que está mal visto es traumatizar a las mascotas impidiendo que puedan hacer sus necesidades fisiológicas cuando ellas lo tengan a bien. Le va a caer una multa de las gordas.
Así que no sólo he sumado a los 300€ de la veterinaria otros 400€ de la multa del munipa, sino que encima me he visto obligado a llevar a la perra al mingitorio canino que el ayuntamiento ha acondicionado en cada barrio usurpando terreno de los parques para críos. El meadero en cuestión es un barrizal asqueroso y apestoso al que no me queda más remedio que entrar con la canija para que no se la coman otros perros más grandes que ella, eso o para que no le peguen un mordisco en el hocico por pesada.
El caso es que me ha entrado tal depre que no me ha quedado más remedio que hacer lo que hago en estos casos: entrar a una pastelería para comprarme un algo con crema, una polka, un pionono, una bomba, un suso, lo que sea. Luego ya decido sentarme en un banco para poder disfrutar en deliciosa soledad mi pastelito de crema. La perra me mira con sus habituales ojos de ansiedad poco y mal contenida mientras me deleito con lo que cada vez tengo más claro que es una de las pocas razones por las que merece seguir vivo a estas alturas de mi existencia. Por lo general suelo compartir mi pastelillo con ella; pero, en esta ocasión es tal mi mosqueo que he decidido disfrutar también, y con verdadero sadismo, de la desesperación de la perra al ver cómo engullo su objeto de deseo sin separar ni una miserable migaja para ella.
- ¡TE HEMOS VISTO, TE HEMOS VISTO! ¡MALTRATADOR, MALTRATADOR!
Ha sido escuchar a esos putos críos abroncarme por no haber compartido mi pastel de crema con el puto chucho, que me ha entrado verdadero pánico; ya sólo faltaba que les hubiera oído el munipa de antes y... 500€. Así que llego a casa con unos humos que ni para qué. Claro que para el caso que me hace mi mujer cuando me quejo de lo de la veterinaria, el munipa y los críos, pues mejor encerrarme en mi rincón a ver si me tranquilizo un poco escuchando música. Y esa era mi intención, relajarme, hasta que al atravesar el pasillo he pisado una vez más, y no sólo una sino varias veces, parte de la cuota de pis y mierda que el puto Fox Terrier del tamaño de una puta rata de alcantarilla acostumbra a dejar a diario por toda la casa; creo que mis juramentos se han podido escuchar hasta en el desierto del Gobi. Ni tan mal, porque ni Coltrane, Chet Baker, Schumman u hostias en vinagre, está más que demostrado que lo que relaja de verdad es cagarse en Dios por todo lo alto durante un buen rato. Al cabo de una media hora o así, oigo que llaman a la puerta.
- ¿Mande?
- Buenas tardes, somos agentes caninos de los servicios animales de la Diputación.
- ¿Agentes de qué?
- Hemos recibido varias denuncias en las que se aseguraba que en esta casa se amenazaba a un can con tirarlo por la ventana.
- Mujer, era una manera de hablar, para desahogarme por haber pisado una de sus mierdas y tal.
- Lo siento, se trata de una situación de peligro, por lo que tendrá que abandonar la casa para venir con nosotros.
- Por mí como si se llevan con la perra también a mi mujer y mis hijos.
- Nos referimos a usted. Usted tiene que abandonar la casa dado que supone un peligro para el animal.
- ¿Y adónde me van a llevar, a una perrera?
-...
En ese momento despierto de la que ha sido probablemente la pesadilla más gorda que he tenido en muchas semanas. No pierdo un instante en despertar a mi mujer para contarle lo mucho que la he odiado en este sueño junto con los críos y, por supuesto, la puta perra.
- Y todo esto porque anoche te pedí que, puesto que eres el primero que madruga en esta casa, bajaras a la calle a la perra de mi madre para que pueda hacer sus necesidades.
- ¿Te refieres a la Golden Retriever coja que nos han dejado tus padres para que la cuidemos mientras se van dos semanas de vacaciones a Marruecos?
- Ja, ja. Me parto contigo, oyes.

NOIZBAIT, NORBAIT, NOLABAIT


 

     Noizbaiten zerbait esan, idatzi edo auskalo zelan adierazi nuelako utzi ninduten bazter.

Norbaitekin auskako zeren kontura errieta egin nuelako sailkatu ninduten betiko liskarzale.
Nolabait maite dudanaren alde gogotik borrokatu nahi izan dudalako hartzen naute ergel.
Norabait ekinaren ekinez, eta beti zintzo, heldu nahi dudalako begiratzen didate dohakabe.
Nonbait honaino ekarritako bide malkartsutik behingoz aldenduko naizelako ametsak ditut bidaide.

ESPERANTZARA KONDENATUAK


 

   - Amama, normala al da suertatzen ari den hau guztiau?


- Zer, maitia, zetaz zabitz?

- Badakizu, amama, Trumpismo garaipen erabatekoa eta honekin batera orain arte ezaguturiko oreka soziopolitiko mundialaren txikizio zoroa, Europar Batasuneko buruzagien armamentu lasterketa zoroa edota inork ez hautatutako Elon Musken moduko personaje ahalguztidun zoroen nonanahiko esku-sartzea hainbeste eskuratzen kostatu zaizkigun giza eskubideen murrizketa edo erabateko ezabaketa ere eraginez.

- Hainbeste kezkatzen al zaittu, laztana?

- Zelan ez, amama, badaukat ustea, susmoa agian eta batipat beldurra, XX mendearen lehen erdialdera bueltan gaudela! Hau da, gizakiok azken hamarkada hauetan pairatu, sufritu edo bakarrik ezagutu behar izandako ezbeharrek, gerrek, triskantzek edota gatazkek ezertarako balio ez balute bezala, hau da, hainbesteko tragediatik ezelako ikasbiderik atara ez bagenu bezala.

- Hara, ene txikiña, benetan uste al zeuen gizakiek egunetik egunera gizaki izateari itxikotziela?

- Ez dakit ba, hori ez al da haur eta gazteon betekizuna, esperantzari eustea?

- Bada, bai... 

UN COR FURTIU - JOSEP PLA de Xabier Pla


    Qué barbaridad, Marc. Esto por haber hablado en voz alta para lo de un regalo navideño y de buen nacido es ser agradecido y tal, que si no de qué me iba a tirar yo desde diciembre hasta ayer leyendo este tocho. Vamos, por eso y porque a mí me van mucho los escritores que dicen poliédricos, contradictorios, por eso de ir a la contra de su supuesto rebaño, siquiera a la contra de lo que se estilaba en su época. Luego yo es que de la copiosa obra de Pla, 47 volúmenes y así, sólo he leído el famoso "Quaderm gris" y "Fer-se totes les il·lusions possibles - i altres notes disperses". Vamos, que no soy lo que se dice un devoto ni muchos menos. Pero, aún así reconozco el embeleso de esa prosa aparentemente sencilla, directa, clara, tan culta como coloquial y el uso constante de la ironía para lijar la solemnidad que pudiera haber ente sus líneas, de los diarios antes mencionados.

Así que de repente me veo con un regalo de Navidad de casi mil quinientas páginas. Una barbaridad que supongo que hay que considerar un hito biográfico por parte del autor, un pujo por escribirlo todo sobre el escritor de Palafu... Pla. de abarcar todo aspecto de su vida y obra que pudiera pasársele a alguien por la cabeza. Una biografía que apabulla y no tanto por su tamaño sino por la cantidad de información que, supongo, de no ser un entusiasta lector de Pla, resulta sinceramente innecesaria. Me refiero a capítulos como los dedicados a los asuntos de rentas y tal de la casa familiar de los Pla, los pormenores de la relación con el padre, o, ni qué decir, esos otros dedicados a los escarceos amorosos del autor con féminas como la Aurora o la Consuelo -aquí "articulizo" los nombres como guiño catalanista o algo por el estilo-. Capítulos, episodios, apartados o como lo quieras llamar que juzgo que se podrían haber resuelto en varios párrafos, acaso pinceladas, y poco más, que no entiendo la necesidad de extenderse en las intimidades del autor si no es para rellenar, siquiera para demostrar lo exhaustivo que ha sido el biógrafo que no ha dejado escapar ni una tarde de juegos amorosos bajo el sol del Mediterráneo o así, que nos ha documentado hasta las puestas de sol del Ampurdán.

Luego ya en lo que atañe a la obra literaria de Pla y sus más y menos con la intelectualidad de su época, incluso sus devaneos políticos en el ejercicio de su oficio como periodistas, qué decir. Pues bien, no sé, ahí también tengo que reconocer que, si dejamos a un lado "La plaça del Diamant" de Mercé Rodoreda, "Camí de Sirga" de Jesús Moncada, "Julia" de Isabel-Clara Simó, "Feliçment jo soc una dona" de M.A. Capmany y cosas de Joan Fuster como "Nosaltres els valencians", amén de alguna que otra cosica de contemporáneos como Pamies, Quim Monsó o "La mestra i la Bèstia" de Inma Monsó, "Noruega" de Rafa Lahuerta Yúbera y puede que algún otro que haya olvidado, tampoco es que servidor esté muy versado en Literatura catalana por mucho que me apasione la lengua y en general todo lo relacionado con esa zona de la Península. Lo digo, subrayo porque soy consciente de que mucha, o la mayoría, de la información que aparece en la biografía de Pla seguro que hace las delicias en los que sí lo están, de ahí la puntillosidad del biógrafo que sabe a qué público se dirige. A mí, en cambio, me ha pasado lo que con muchas otras biografías y autografías de las que leo de vez en cuando, porque la maldita cosa esa de la curiosidad acostumbra a ponerte entre las manos libros que luego te preguntas a santo de qué tanto tiempo vertido en escudriñar vidas que tampoco tienen para tanto. Y esa fue la de Pla, una vida que tampoco tiene para tanto, como mucho el cosmopolitismo del principio y una guerra civil y su posguerra de por medio como testimonio, este sí, interesante a través del periplo vital un escritor ferozmente individualista y pinturero, a la par que liberal sincero, "pagès" conservador casi que por definición y catalanista en diferente grado de exaltación patriótica según las circunstancias, el cual atravesó la larga noche del franquismo casi que sin moverse, más que nada en lo simbólico, con boina y pitillo para lo del postureo de las fotos, porque en lo físico no se estuvo quieto, del "mas" familiar. Eso hasta que por fin escampó. Pues bien, para otros no sé, para mí demasiadas hojas. Suerte que estas cosas nunca las leo de tirón, sino al limón con otras, así que no me extraña que desde navidades hasta ayer hayan pasado prácticamente tres meses, lo que nunca.

 

jueves, 13 de marzo de 2025

EL CAPITÁN HADDOCK EN LAREDO


 

    Vuelvo a soñar que soy el capitán Haddock y estoy en una comida de cuadrilla y, como de costumbre, ellas a un lado y nosotros al otro. Hasta los cojones de la cosa atávica esta. Me rebelo y por eso también me levanto para sentarme entre las chicas. De repente indignación generalizada entre los miembros de la manada. Ellos que si "¿Estás loco? ¿Por qué te sientas con ellas, no quieres que hablemos de fútbol?". y ellas que si "¿Qué haces aquí, qué pretendes? ¡Fuera, fuera, no queremos fisgones, al redil, al redil!" Pero me emperro y al final, como son quince o más, así ya podrán, consiguen reducirme y ponerme de patitas en la calla al grito de: "¡Ornitorrinco, cercopiteco, esquizofrénico, anacoluto…”

Entonces me veo solo en mitad de la calle. Pero no en esa del centro de Vitoria en la que estaba el restaurante al que había ido a celebrar el quincuagésimo cumpleaños de una de la cuadrilla, sino al lado de la estación de autobuses de Laredo en mitad de la noche. Supongo que me toca esperar hasta las dos y media el trasbordo del autobús que me lleve de vuelta a Oviedo. Me aburro, también empiezo a acusar el fresco nocturno y temo por agravar todavía más un catarro que no me ha remitido del todo. Así que decido dar una vuelta por el pueblo. Ni un alma por las calles, todo cerrado. Conozco el pueblo de haberlo visitado con mis viejos de chico. También estuve dando una vuelta con mis amigos durante un finde de casa rural en el otoño del año pasado. Así que deambulo por un terreno más o menos conocido. Me digo, como buen babazorro y por supuesto que de coña, porque casi todo lo que escribo es de coña y sobre si todo se tratan de mis sueños -cómo estará últimamente el patio de ofendiditos varios que me siento obligado a recalcar esto-, que lo mejor de pasear de noche un lunes de principios de noviembre por Laredo es que, al menos, no hay bilbaínos. En ese momento oigo que llega hasta donde yo estoy un coche que al girarme distingo que es de la policía municipal. Miro quién va dentro y me encuentro, era de cajón, a Hernández y Fernández.
-¿Se puede saber, caballero, qué hace andando solo por las calles a estas horas de noche? -preguntan, cómo no, ambos al unísono.
-Estoy haciendo tiempo hasta las dos y media que tengo que coger el autobús que va a Oviedo.
-¿A Oviedo? ¿Qué se le ha perdido a usted en Oviedo?
- Eso me pregunto yo desde hace años. Pero es que allí me esperan mi mujer y mis hijos.
- Como me llamo Hernández que todavía tendrá que esperar un buen rato.
- Yo diría más. Tendrá que esperar un buen rato como me llamo Fernández.
Dios, y no digamos ya la Ley Mordaza, me libre de pensar que la policía es idiota por definición, siquiera de escribirlo...; pero, el caso es que dejo a Hernández y Fernández discutiendo dentro del coche patrulla y sigo mi paseo hasta la playa, donde decido andar sobre la arena en mitad de la noche al objeto de poder así mecer mis ideas con el ruido de las olas y llenar de "kresala" mi ánimo, que es algo que me trae muchos recuerdos de cuando chico y así. Entonces oigo que un desconocido me llama de entre las sombras.
-Chssss, tú, si tú, marinero.
-¿Yo?
-Sí claro, ¿hay alguien más? ¿Te apetece farlopa de la buena para pasar la noche?
-No gracias, no consumo.
-¿Y sexo barato con sabor a mar?
-Menos aun, qué pereza, marisco para cenar.
-¿Y un conjuro mágico? Mira, lo fabrica una amiga mía que es bruja, vamos, farmacéutica.
Entonces veo que la sombra avanza unos pasos hacia la luz que una de las farolas del paseo marítimo proyecta sobre la playa, y descubro que el quinqui camello y proxeneta no es otro que mi amigo Tintín.
-Deja que mi amiga te haga un hechizo –insiste él-, es una de las mejores de su gremio, lo mismo le puede echar un mal de ojo a tu suegra que alargarte todavía más la polla. ¿No te gustaría volver con tu familia volando?
Entonces se adelanta bajo luz de la farola la bruja de marras y yo me quedo helado del susto. Se trata, nada más y menos, que una de mis primas que vive en el pueblo de mi viejo.
-Hombre, Txema, ja, ja, ja, cuánto tiempo sin verte. Sí, porque yo no fui al funeral de tu padre, ja, ja, ja, ja, no, no fui, ja, ja, ja, ja.
Observo que se deleita recordándomelo, no solo lo que ya sabía, sino las mismas palabras que le soltó unos días antes a mi hermano en otro funeral. Así que ni siquiera me molesto en indignarme por la mala baba que destilan sus palabras, ese querer hacer daño hasta el último momento. Lo mejor que se me ocurre es salir de allí corriendo. No voy a esperar al autobús, me vuelvo andando hasta Oviedo, probablemente al trote. Al rato, cuando ya estoy a punto de dejar Laredo a mis espaldas, miro hacia atrás y reparo en una hoguera encendida sobre la playa. También puedo distinguir alrededor de la hoguera a Hernández y Fernández con los hábitos al uso de los sacerdotes de la Santa Inquisición. Pero todavía es más mi sorpresa, y no digamos ya satisfacción, cuando al mirar quién se está consumiendo entre las llamas de la hoguera descubro que no es otra que la bruja de mi prima.
En cualquier caso, son tantas las ganas de perder de vista Laredo, no digamos ya la estampa infernal de aquel acto de fe nocturno, puede que todo lo que queda a mis espaldas, que no dudo en imprimir a mi paso un ritmo tan frenético que al final pierdo la noción del tiempo. De modo que, cuando ya empiezan a despuntar los primeros rayos de luz del día, me sorprendo contemplado a lo lejos las torres de la catedral de Santiago; he debido pasarme de largo al recorrer el Camino de Santiago de la costa de una tacada y todo ello sin pócimas, hechizos, males de ojo ni demás mierdas del gremio. Claro que lo mejor de este sueño es la convicción de que el reconocido alcoholismo del capitán Haddock tampoco es óbice para que esté en plena forma como para recorrerme a pie la cornisa cantábrica casi que de una punta a otra en una sola noche.
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LA PENÍNSULA DE LAS CASAS VACÍAS - DAVID UCLÉS

 Reseña publicada en HOJAS SUELTAS; https://hojassueltas.es/?p=18769      E s el libro revelación del 2024 y del autor al que se le augura e...