viernes, 25 de abril de 2025

EL CÓNCLAVE


 

 Sueño que soy el Espíritu Santo y que el Jefe -o sea, yo mismo también, por lo de que el Jefe es uno en naturaleza pero existimos los dos juntos con su chaval, que vete a saber dónde andará éste, no asienta la cabeza ni..., siendo así tres personas coeternas y consustanciales, lo que significa que..., ¡bah, déjalo!, si esto no lo entiende ni Dios, o sea, él, yo, el chaval...- me llama al cónclave para elegir al nuevo Papa.

- No podemos permitirnos que los curillas..., quiero decir, los cardenales, elijan a otro papa comunista.

- ¿Bergoglio comunista?

- ¿Qué otra se puede decir de un Papa obsesionado con la justicia social y que estaba todo el día dando la murga con lo de la fiscalidad a lo más ricos, poner la economía al servicio del hombre, reducir la brecha entre pobres y ricos, y así en general todas esas mierdas de los zurdos.

- Yo creo que Francisco I no era de izquierdas ni de derechas, que era sólo cristiano. La doctrina de la Iglesia...

- Ya sé, ya, la Iglesia de los pobres y toda esa mandanga para consumo del rebaño. Pero, no te engañes, todo este tinglado que tenemos montando aquí en la tierra se sustenta en una sola idea: convencer a los de abajo para se resignen a su mala suerte con la promesa de que en la otra vida les irá mucho mejor.

- Y entretanto a aceptar todo lo establecido como si fuera...

- El orden consustancial y natural de las cosas. Sí señor, así me gusta, las cosas claras y el chocolate espeso.

- ¿Y qué se supone que tengo que hacer yo como Espíritu Santo?

- Pues mira, como no quiero que se repita la jugada de los curi... cardenales eligiendo a un campeón de los pobres y tal, no más campañas de imagen para captar adeptos entre los memos. A partir de ahora me voy a regir única y exclusivamente por el principio de "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer."

- No entiendo.

- Que se acabó lo del libre albedrío de los cardenales. Quiero que elijas un papa cualquiera de la Historia y, sobre todo, que represente los valores eternos de nuestra Iglesia con la dignidad acostumbrada a lo largo de nuestros 2000 y pico años.

- ¿Un papa muerto?

- Exacto, buscas uno cualquiera en el Google esa milagrero que tenemos para estas cosas, eliges a un candidato cualquiera de las muchas quinielas que salen estos días, y le imbuyes del espíritu del papa elegido.

- Ya estoy en ello. El problema es que va a costar elegir uno medianamente decente.

- ¿Qué insinúas?

- Pues que es ponerme a buscar uno cualquiera así por encima y me encuentro con Dámaso I que se dedicaba a vender como esclavos a mujeres y niños, incluso a monjas. A Benedicto IX que asesinó, violó y participó en adulterio a la vista de todo el mundo, por no hablar de que envenenó al Dámaso de antes. A Urbano II el de las Cruzadas con su famosa y tan "cristiana" proclama: "Todos los que mueran en el camino, ya sea por tierra o por mar, o en la batalla contra los paganos, obtendrán la remisión inmediata de los pecados. Esto les concedo por el poder de Dios con el que estoy investido”. A Pablo III que, entre otros crímenes, llegó a asesinar a su propia madre solo para heredar su fortuna. A Sergio III que ordenó que su predecesor papal fuera estrangulado hasta la muerte. A Bonifacio VIII que fue probablemente el único Papa en la historia que admitió que ni siquiera creía en Dios y se declaró ateo, aparte de ser descrito en la enciclopedia católica como “casi ningún crimen posible omitido: herejía, inmoralidad grave y antinatural, idolatría, magia, simonía…, todo su pontificado fue un registro del mal”. Al valenciano, quiero decir, el Borgia, que...

- ¡Basta, es suficiente! Ya sólo falta que me menciones a Pio XII y sus cositas con Hitler...

- Oye, yo lo que veo en los anales del Papado. Ahora, si eso resucito el espíritu de Juan XXIII y que el próximo papa nos monte el III Concilio Vaticano.

- ¡Sí, hombre, una polla como olla! Mira, vamos a dejarnos de tonterías, elige uno al azar, a ser posible de cuanto más atrás mucho mejor para que sea de los que a mí me gustan, y luego ya iremos viendo.

- De acuerdo, al azar. Ya lo tengo: ¡Benedicto III! Ahora mismo voy y introduzco su espíritu en...

- Tú eres subnormal. ¿Benedicto III?

- Sí. ¿Qué pasa, pues?

- ¡BENEDICTO III ERA UNA MUJER, LA LLAMADA PAPISA JUANA, UNA LISTILLA GAFAPASTAS QUE SE HIZO PASAR POR HOMBRE PARA LLEGAR A LO MÁS ALTO DE LA CARRERA ECLESIÁSTICA Y QUE SÓLO FUE DESCUBIERTA CUANDO DIO A LUZ AL FRUTO DE SU PECADO CON UN EMBAJADOR ALEMÁM!

- ¡Joder, no me acordaba! Y no me chilles que somos la misma persona y me retumba en el oído.

- ¿Qué pretendes, un papa feminista y además erudito, otro listillo como el Rantzinger? ¿Un Pablo VI con vulva? ¿Y qué será lo siguiente, mujeres sacerdotes? Ya puestos mejor elegimos al mismísimo Diablo, seguro que nos iría mucho mejor.

- ¡Y yo qué sabia! Además, ¿acaso ya no se examina manualmente los atributos sexuales del nuevo pontífice a través de una silla perforada? ¿Ya no proclama nadie lo de: «Duos habet et bene pendentes» (‘tiene dos y cuelgan bien’)?

- Encima cachondeo. Mira, a tomar por culo la lista de los papas. He tomado una decisión Ahora mismo te plantas en España y ordenas cardenal a Federico Jiménez Losantos...

- ¡Cómo!

- Como sea, que para eso somos todopoderosos.

- ¡Pero un papa como Federico Jiménez Losantos sería una pesadilla en toda regla!

- Tal cual...

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