miércoles, 20 de noviembre de 2013

SERVIDUMBRE Y VASALLAJE



De la lectura de la crónica acerca de las declaraciones de las empresas que contrataron a Urdangarín como fenómeno del asesoramiento en a saber qué ignotos campos del saber, destaca el denominador común de que ninguna de ellas sabía a ciencia cierta para qué lo contrataba y sobre todo por qué le pagaron. Consejos que no se sustentan en informe alguno, asesoramiento en base a no se sabe qué conocimientos acreditados por el Duque Empalmado. ¿Qué pasa entonces, es que no controlan sus cuentas, no saben a quién contratan, lo que pagan? ¿O es que el Duque, al que, la verdad sea dicha, cuesta imaginárselo en el papel de Marlon Brando en El Padrino, les hizo una oferta que no podían rechazar...? Pues a ver si va a ser eso, que creyeron que al yerno del Rey de España no se le podía decir que no aunque lo suyo no se sustentara en nada. Y cómo pueden gerentes de empresas tan importantes llegar a dicha conclusión, cómo se permiten el desembolso de cantidades que, sin ser significantes para ellos como empresas, sí lo eran como ejemplo del modo de proceder que vamos a comentar a continuación. Me refiero al concepto del "por si acaso", esto es; "paguemos por si acaso necesitamos un canal de acceso al rey, por si éste o su entorno se malquista con nosotros por haber rechazado al yerno, por si el ayuntamiento tal o la consejería cual nos mete en una lista negra... por lo que sea." 

Pero si algo caracteriza a esta forma de proceder, ya sea por miedo o simple interés, eso es la concepción intrínsecamente medieval de las relaciones con el poder. Relaciones de vasallaje a la antigua usanza, una disponibilidad innata a agachar la cerviz frente a los que reconoces señores, a tragar con todo y eso sin importarte que lo que haces sea conforme a derecho o no. Porque las leyes, la ética, lo que vale para otros campos de tu vida porque no te queda otra, vives en un estado de derecho siquiera para las pequeñas cosas, en el caso de relacionarte con un poderoso eso ya como que se olvida, como si saltara de inmediato un atávico mecanismo en el cerebro que te hace retroceder en el tiempo a la época en la que tus antepasados eran siervos de la gleba, siquiera simples destripaterrones, miembros de los gremios urbanos o hidalgos sin recursos como el que sale en el Lazarillo, y aceptar de buen o mal grado todo lo que te echen encima los señores feudales de tu época, no se vaya a enfadar el señor Duque, ¡oh, gran señor! 

Vasallaje porque parece que en el subconsciente de muchos españoles los conceptos democracia o Estado de Derecho no acaban de calar, aquí tocaría hablar de cómo la Historia que nos ha tocado en suerte nos predispone precisamente a esto que estamos hablando, así que desconfían de tan hermosas palabras por lo que sea, que va a ser que la peña está muy escarmentada de su trato diario con los de arriba y prefiere pasar por el aro antes de enfrentarse a la ira de los señores a los que acaso y sólo en un ataque de dignidad puede que se atreva a espetarles: "no, mire, eso no es así, eso no se puede hacer, eso es ilegal y sobre todo inmoral." 

(y para ilustrar este desahogo mañanero qué mejor que esta canción de Tijuana in Blue, "Rebelión Medieval", de cuando la música popular no se dedicaba en exclusiva a hacer declaraciones de amor a una tal Laura y en ese plan)

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