lunes, 28 de abril de 2014

VOYAGE À LA CAPITAL DU ROI RADAMA - ANDRÉ COPPALLE



Una gozada este "Voyage à la capital du roi Radama" de André Coppalle que cuenta la estancia de este viajero decimonónico en Magadascar durante los años 1825-26, esto es, poco antes a la definitiva colonización del país malgache por los franceses. Decimos viajero y no explorador porque Coppalle viajaba a un país ya conocido de largo por los europeos, de hecho el reino del tal Radama estaba en pleno proceso de occidentalización a marchas forzadas. Desde este punto de vista, el tal Coppalle, como la mayoría de los de su época, ni siquiera era un simple viajero -ninguno lo fue- al que le animan su curiosidad por conocer o descubrir nuevos mundos, paisajes y paisanajes. No, no lo dice explícitamente en su texto, pero se nota a la lengua que Coppalle ha ido a Magadascar no sólo para levantar acta de lo que ve con fines exclusivamente divulgativos, sino sobre todo a tantear a tal rey Radama con fines políticos, probablemente afín de poder calibrar hasta qué punto éste estaba comprometido en su amistad con Francia, se supone que para acabar decantándolo del lado francés en perjuicio del de los ingleses, sus principales competidores en la carrera colonizadora de la que la isla de Magadascar sólo era una pieza más. De ese modo, el texto es una ocasión única no tanto para descubrir una isla y una civilización únicas, una cultura tan original como la malgache, a medio camino entre lo africano y lo indonesio, como para adentrarse en la psicología de los viajeros de la época con todos sus prejuicios occidentales y muy en especial esa mirada que oscila entre el asombro ante lo que ve, a veces incluso admiración de unas costumbres que ya quisiera para su país, y el desagrado con la que también asiste a otras tantas costumbres que juzga propias de salvajes desde la altanería del que está convencido de pertenecer a un mundo superior a aquel que visita. De ese modo, llaman la atención las apreciaciones religiosas de Coppalle, esto es, las de un católico practicante que celebra la labor "occidentalizadora" de los misioneros franceses, y por lo tanto interesado en la extensión de su fe entre los nativos a pesar de su admiración hacia muchas de sus creencias. A destacar ente estas apreciaciones aquellas referidas al disoluto comportamiento sexual de los malgaches; uno no sabe si lo escandalizan de verdad o es que sólo tiene envidia. En fin, una pequeña joyita testimonial no sólo de una isla y sus gentes, sino sobre todo de una época, la de los grandes viajeros previos a la colonización occidental del llamado tercer mundo. Un texto sin grandes pretensiones literarias, el cual creo no haber sido traducido al castellano, pero que se puede bajar gratuitamente online gracias a la página http://www.ebooksgratuits.com/ebooks.php (no sé si hay alguna página igual con clásicos castellanos que ya no lee nadie o casi, si es así ruego que alguien me lo diga, que ya me extraña porque es la mejor manera de que el lector pueda rescatarlos del olvido). 

"Les divorces se font avec la même simplicité que les mariages
et l’on se quitte dès l’instant que l’on ne se convient plus.
Cependant l’adultère est fort commun, mais si parfois les
lois semblent le tolérer, il est aussi des circonstances où elles le
punissent avec la dernière rigueur. Toute femme (Mifady) qui
est faible en l’absence de son mari, peut, si l’époux offensé
l’exige, être punie de la peine capitale, mais son complice n’est
pas même supposé coupable. Comment concilier cette loi atroce
avec le relâchement des moeurs de l’Ambaniandre et son insouciance
conjugale ? Il est remarquable au surplus, que si le mari
se trouvait dans la province d’Émirne pendant l’infidélité de sa
femme, il n’a pas droit de s’en plaindre. Souvent même la coupable
vient elle même annoncer son délit à son mari, en lui disant
qu’il a cessé de lui plaire et qu’elle a fait un autre choix.
Il n’est je pense aucun lieu du monde où le libertinage soit
plus effréné qu’à Tananarive et en général à Madagascar. Nulle
idée de pudeur. J’ai vu plus d’une fois des femmes du peuple
courir entièrement nues au milieu de la ville."
VOYAGE À A CAPITAL DU ROI RADAMA - André Coppalle

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