jueves, 8 de octubre de 2009

De coberturas y de lo que hay debajo de éstas


Me manda el amigo Paco una noticia sobre lo de las cubiertas de Lazcoz, ese alcalde maravilloso del txoko que a imagen y semejanza de todos los de su estirpe parece prentender dejar su impronta en la ciudad a toda costa. La noticia dice que nanai, de cubiertas nada hasta nuevo aviso, q desiste en eso de cubrir el centro con una especie de mámpara para que la gente vaya de compras en invierno o salga a tomar café en plan Milán y por el estilo. Vaya hombre, el señor alcalde quería quitar el invierno a los vitorianicos convencido de que éste era tipo Canada, y más en concreto a lo Quebec, esto es, nueve meses de frío polar o así, con nieve de hasta dos metros y las calles y carreteras impracticables, por lo que la idea de crear una especie de ciudad subterránea no les ha venido nada mal. Pero coño, ¿es que este pavo se ha tomado en serio lo de Siberia-Gasteiz? Por favor, con lo maravilloso que es el invierno vitoriano, esas duchas mañanera con las pelotas encogidas, ese abrigarse a lo doctor en Alaska, el vaho que sale de la garganta a lo "hola, soy un dragón", esos caldicos con una chorrotada de vino blanco, el sirimiri como manda Jaungoikoa, los dos, o ya tres a lo sumo, días de nieve, las orejas congeladas, los atascos porque nadie quiere pasar frío y es capaz de ir al bar de la esquina en coche... Pues no, el bobolaba que salió de alcalde por sorteo, que se ha pasado media vida agazapado en su concejalía hasta que un día dijo "quiero ser alcalde", el del talante "no debato con naide que me criticáis todas las irregularidades que hago", el de "esas marquesinas las pago yo, con dos cojones ribereños", parece que no le gusta el invierno vitoriano y prefiere la realidad manipulada, tomar cafés en una terraza en diciembre o bajar en mangas de camisa a comprar el periódico. En fin, chuminadas para pasar a los anales locales, complejo de Cuerda hizo esto o lo otro. Y ya puestos a hacer cosas por qué no se toman en serio lo del soterramiento de la vía del tren, verdadera cicatriz en el plano de la ciudad, q parte la ciudad, el centro, en dos cuando ya Vitoria se ha desbordado por todos lo lados. En fin, no quedarán todavía maquetas ni nada antes de que so tomen en serio. Y será por dinero, ahívalahostiapues, lo pague quien lo pague. Pero resulta curioso q todo el mundo q va a Vitoria siempre te acaba comentando que se nota, vaya si se nota y sobre todo si se compara con otras ciudadades de provincia similares, que hay dinero a espuertas. Claro que en otras ciudades vecinas, fiscalía propia mediante y no, como en Pamplona o Donosti (Bilbao aunque joda no entra en la categoria de ciudad a la que nos referimos, y Donosti casi) resulta que en estos últimos años han remodelado su aspecto hasta hacer algunas de ellas irreconocibles, quién ha visto a Logroño y quién lo ve con auditorio y todo, e Iruña con ese Baluarte o el Kursaal ñoñostiarra, el Palacio de Congresos de Santander, lo antiguo de Burgos como una patena y así sin salirnos de nuestro entorno. Pero en Vitoria, ahí están, un lustro para decidir si hay que hacer un auditorio o no, dónde, quién, para qué. Mejor no hablamos del Casco Viejo, aunque de justos es reconocer que es de lo mejorcito que está pasando en la ciudad desde hace mucho tiempo, tiendas nuevas, bares, restaurantes, el nuevo museo de arqueologia, la catedral, el proyecto del Antzokia, Montehermoso,los murales,las escaleras que atacan cada dos por tres, no vaya a llegar la normalidad, la gente a su guetho particular; miedo da ver cómo acabará la cosa conociendo el percal... Da grima, será verdad lo del carácter apocado y acomplejado de la peña, ese cazurrismo de no ver más allá de las cuatro torres y como mucho a Bilbao de refilón, vamos, en plan niño caprichoso para pedir un tranvia porque al hermanito mayor le han regalado un metro, chu, chu, chu, qué bonico, ya que está no va a funcionar, faltaría plus, ¿pero era realmente necesario?, quiero decir, ¿antes que el soterramiento, el auditorio o cualquier otra cosa q no fuera de disfrute exclusivo de los naturales? Mi suegro recién llegaba de un congreso de lo suyo el pasado fin de semana en Pamplona, en el Baluarte ese para congresos y auditorio, encantado, oyes, y la ciudad volcada en atender a los cientos de congresistas y turistas que semana tras semana invanden las calles, comen, cenan, visitan piedras y museos, dejan dinero..., y quien dice Iruña dice las ciudades antes citadas. ¿Vitoria? Ahí esta el Palacio Europa, para cuatro gatos y poco más, y todavía los hay que creen que es un edificio puntero. Será que hubo un momento en que la gente se quedó tan satisfecha con eso de ser modelo de urbanismo y desarrollo, la murga del espacio verde por metro cuadrado. Y claro, ya pasando de tocar nada, de innovar no vayan a quitarnos algún parque o centro cívico, total, si con mirarse al ombligo y soltar lo de cómo aquí no se vive en ningún otro sitio (a ver si va a ser que en otras ciudades en vez de jardines hay junglas, te disparan al ir a comprar el pan o tiran a los jubilados por un precipicio). En fin, q es leer en el periódico local durante los últimos años todas y cada una de las discusiones bizantinas acerca de si ha de hacerse esto o lo otro para luego no hacer nada y echarse a llorar ante la evidencia de que la única seña de identidad verdaderamente vitoriana es el complejo de inferioridad antibilbaino o ante todo.

1 comentario:

  1. Txema, mándaseló directamente al alcalde a ver si te hace caso en algo.
    Con el dinero que nos hemos gastado en el auditorio que no tenemos nos podíamos haber hecho dos. Eso entre otras cosas.
    Patateros pero cada vez más cutres hasta la médula.

    ResponderEliminar