martes, 27 de octubre de 2009

El único animal que hace daño por capricho...


Leo en la edición digital de El Correo que han aparecido más de mil perdices muertas en un coto de Elvillar, Álava, probablemente a causa de un envenenamiento maximo o así. Una noticia que hay que sumar a la de los visones liberados las semana pasada en varías granjas de Castilla y Galicia, y ya de paso también a la de la bestia parda que se cargó a martillazos a no sé cuantos cientos de conejos en una granja de Urbieta, Gipuzkoa. Tres noticias de distinto calado pero de igual significado. La de los conejos tiene toda la pinta de una venganza personal por parte de un empleado despedido. Las otras dos a saber. La del coto de Elvillar no se entiende si es también una venganza de otro rebotado o una amenaza de un grupo terroecologista: la asociación que preside Ruiz de Viñaspre. Desde hace dos meses, tanto él como otros miembros de la junta directiva han recibido amenazas telefónicas anónimas y constantes. «Comenzaron en agosto con cosas como que 'estemos al loro' o que 'nos vamos a acordar de lo que estamos haciendo'». . En cuanto a la de los visones no hay duda, no es la primera vez que sucede, de hecho es una acción recurrente desde hace tiempo por parte de una especie muy curioso de "ecologistas", los cuales, y en teoría para denunciar la explotación de los pobres visones, ya se sabe, la industria esa que tiene como lema el consabido lema de "matar visones para vestir zorras",los sueltan de sus jaulas para que una vez fuera o los atropellen, los ataquen los gatos y perros,o lo que sea. Pero lo más patético de este ecoterrorismo, es que los seudo-ecologistas dicen hacerlo en nombre del respeto a la naturaleza, los bichos y tal, al mismo tiempo que joden sin remedio el ecosistema del lugar donde sueltan a los visones, bonitos mustélidos que como tol mundo saben arrasan una vez desmadrados arrasan con todo lo que pillan por delante. Sea como fuere, el denominador común de las tres noticias es el ya recurrende de la crueldad infinita del supuesto animal racional en exclusiva con aquellos que no lo son. Porque ya hay que ser mal nacido, cabeza huera o monocigótico total, para ensañarse del tal manera con los seres más desprotegidos frente a las bestias humanas, que no vale con explotarlos en nuestro propio interés, a lo que no objeto nada porque no seré yo quien renuncie a los chuletones, pero que precisamente por eso, por cometer actos más allá de lo racional dentro del uso y abuso de los animales para nuestro beneficio, se convierte en el mayor hijo de puta sobre la faz de la tierra. Como si no tuviéramos suficiente con matarnos entre nosotros, mira que no hay motivos para emprenderla con el vecino de enfrente por lo que sea, con el director de la sucursal bancaria, el municipal de turno, la suegra... Pero no, en vez de coger una piedra para tirársela al patrón que te ha despedido, pegarle dos tiros al del coto porque no te deja hacerlo a las perdices o ponerle una bomba lapa al dueño de la granja de visones en plan Frente Mustélido de Liberación, tienen que cebarse con los pobres animalicos, los únicos inocentes de cualquier historia. En fin, sólo queda pedantear un poco echando mano a las citas del gran Schopenhauer:


La conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos es la prueba más firme y segura de la conducta moral.


"Debo confesarlo sinceramente. La vista de cualquier animal me regocija al junto y me ensancha el corazón, sobre todo la de los perros, y luego la de todos los animales en libertad, aves, insectos, etc. Por el contrario, la vista de los hombres excita casi siempre en mi una aversión muy señalada, por que con cortas excepciones, me ofrecen el espectáculo de las deformidades mas horrorosas y variadas: fealdad física, expresión moral de bajas pasiones y de ambición despreciable, síntomas de locura y perversidades de todas clases y tamaños; en fin, una corrupción sórdida, fruto y resultado de hábitos degradantes. Por eso me aparto de ellos y huyo a refugiarme en la naturaleza, feliz al encontrar allí a los brutos."

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