Bueno, como me he estado hasta ahora en la cocina preparando la cena para cuando llegue mi hermano y su pibita, me tomo un merecido descanso pq me niego a ver Casper con mi familia o lo que sea esa gente apalancada en el salón. Con lo que voy a aprovechar para tratar un tema ya atrasado: la maldita vitroceràmica. Pues resulta q tras preparar la pasta para unos pintxikos, de txaka y piquillo con atún, me he puesto con unas kokotxas que tenía congeladas creo yo que iba para dos años o a saber. Pero bueno, con unas almejas, un caldo de pescado y unos buenos ajicos va que chuta. Como todos sabemos las kokotxas necesitan ante todo cazuela de barro y meneo, mucho meneo. Pero claro, entre un meneo y otro resulta que zas, pulsas sin querer los botones de la vitro de los cojones y se apaga el fuego, te precipitas a volver a encenderlo para que no se te estropeen las kokotxas de tanto cambio de temperatura y a joderse toca, q como tienes las puntas de los dedos húmedos de limpiar y lavarte pues q no enciende, a llamar a la parienta para q lo encienda q tiene los dedos secos (digo yo) y vuelta a menear, y vuelta a apagarse, y la señora q ya gruñe, y de nuevo al meneo, y otra vez que se apaga, venga a calcar con la yema del dedo para nada, casi reviento los dedos de tanto apretar, y las kokotxas q ya no sabían si hacerse, hervirse o irse... y las almejas sin abrir, q he tenido que llamar una por una a la concha para q salieran... Con todo, y tras la discusión marital de rigor acerca de mis iresolubles problemas con los electrodomésticos y el mundo moderno en general, me han salido de rechupete, mis almejas y mi perejil verde q te quiero verde me han costado en el corte inglés para pijotones. y si hay alguien que lo le gusten, no pasa nada, tb he comprado sidra de expresión, o sease, a lo vino blanco y etiqueta, y mucha de la otra y un rioja alavesa por si las moscas, sera por priva... No va a ser todo cenar de mantel y cubierto puesto, ahí con los amigotes en plan hip, hip, hip... como en casa y donde caben dos...
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