miércoles, 2 de octubre de 2013

CARNÍVOROS



¡Qué decepción! Hace ya unos meses propongo a mi señora comprar carne de potro para probarla, que dicen que es la mar de nutritiva y tal, y ella por poco que me llama canibal, que a ver si iba yo a comparar un vaca con un caballo, que erananimales mucho más inteligentes y más nobles (aquí no entro a calibrar lo de la nobleza de los bichos...), más... "¿que los cerdos?" Quién me manda apostillar, madre, quién: "pues dicen que son los bichos más parecidos a los humanos" Por poco me dice lo que estaba esperando que dijera: "No, si en tu caso no cabe duda..." Pues no, ahí quedó la cosa, sobre todo después de lo de "¡niños, papa se quiere comer un caballo!" y de replicarme con lo de si sería capaz de comer perro como los chinos, que no, que va a ser que no. ¿Y por qué no?, Pues... 

Pues bien, cuál sería mi sorpresa que este sábado cuando íbamos llenando el carrito en el supermercado, va ella y echa una bandeja de filetes de potro al mismo; "...para probarlo." Nada que objetar a los firmes principios de mi pareja, acaso si eso su caducidad o así. Pero mejor lo dejamos ahí, que si no quise discutir el sábado, dado que el cupo de temas para tenerla ya es muy reducido de por sí, que para qué quemar más cartuchos de los necesarios en esto de la convivencia conyugal, pues tampoco voy a hacerlo ahora. El caso es que, disquisiciones animalistas aparte, lo que más me atraía de probar la carne de potro no era otra cosa sino ver la reacción de mi hijo mayor, tan sensible él a estas cosas, tan víctima como la mayoría de su edad del imperio Disney y similares (del pequeño paso porque éste cuando va por el campo señala directamente a las vacas al grito de "¡chuletas!"). Pues sí, así de cabronazo es el menda. De modo que les preparo la carne con sus pataticas fritas y su puré de vainas, que espero a ver si reacciona ante el sabor del potro. Pues oye, que cuando acaba de devorar la carne, porque el mayor será todo lo sensible o impresionable que resulta de ver pelis a lo "Liberad a Willy de una puta vez, joder!", "El Rey León" y ya en especial la de "Spirit" (y menos mal que no le pilló lo del osito Misha, no lo pase yo poco mal ni nada), pero devora las chuletas que da gusto, le pregunto qué tal y él que bien, sin más. Entonces ya no me aguanto, hago acopio de toda mi falta de humanidad y sentimientos, pongo cara de malvado a lo Caramaro de Bob Esponja, y le suelto que lo que acaba de comer es potrooooo, vamos, caballitoooooo, de los que trotan alegremente por los prados llevando a lomos tiernos infantes y toda la hostia. ¿Y qué me contesta el mocoso? Pues que vale, que bien, que no estaba mal pero que si eso que sigue prefiriendo la ternera, que a ver cuándo pongo. La semana que viene, hijo, la semana que viene...

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