Durante su periplo en bicicleta a lo largo y ancho del mundo consiguió escapar de la policía suiza y su empeño en registrarle la mochila en previsión de que llevara oculto en ella un emigrante, en Budapest casi se la deja olvidada en una posada mientras se ponía ciego de Tokay y bailaba las preceptivas danzas húngaras, en Rumanía consiguió zafarse de unos gitanos que se la querían canjear por una modelo Ceaucescu, en Ucrania casi se la roban unos manifestantes para arrojársela a la policía, en una república indeterminada del Caúcaso casi se la dan de dote al cacique local para casarlo con su hija, en Pakistán escapó por los pelos de un intento de secuestro de los talibanes, en la India casi lo linchan por estamparse de lleno con una vaca sagrada, en... y así hasta llegar a Vitoria, donde a eso de las 12.00 de la mañana en plena Plaza de la Virgen Blanca, la policía local le requisó la bicicleta sin mediar media palabra...
No hay comentarios:
Publicar un comentario