martes, 30 de noviembre de 2010

EL BARÇA Y LA FARSA...


Después del partidazo de ayer, donde no solo ganó el mejor equipo sino además de la mejor manera, con el mejor fútbol, demostrando que todo lo que ha sido la Roja se lo debe al Barça y para de contar, llega el momento de dejar algún que otro apunte. Y no precisamente sobre la actitud impresentable pero muy significativa de algunos jugadores del R.Madrid, en especial ese Sergio Ramos y su patada canalla y hasta criminal a Messi, ay, bendita envidia, impotencia más bien, o su miserable empujón a Puyol, menudo compañero de selección, pero claro, se trata del mismo que cuando oye hablar en otra lengua que no es la suya, en catalán sin ir más lejos, se rebota y arremete diciendo que si le peta también él contestará en andaluz, toma interpretación de la pluralidad cultural española, dialecto y lengua a la misma altura, me pueden preguntar en inglés y entonces agacho la cabeza, me acomplejo, ¿pero en catalán?, por favor, si semo tós españolez hablemo pue en la lengua del Imperio. Claro que... ¿pluraliqueeeé? Eso no existe para un caballero como Ramos, caballero español que le planta cara al pesetero y traicionero catalán de turno, para cualquier patriota español que se precie. Diversidad cultural, lingüística... ¡Pero qué hostias es eso! ¡Bah, bobadas! Manías de los cuatro progrelistillos de turno, cuando no el simple y puro chantaje de esos periféricos separatistas, esos malos españoles que se empeñan en cultivar la diferencia, que quieren romper Espaaaaaña a fuerza de aferrarse a lo suyo, en negar la sacrosanta unidad de destino en universal de esta Castilla ampliada.

No se trata de eso, al menos no en apariencia, sino más bien en recalcar el abismo filosófico y moral entre un Pep Guardiola al final del partido, cuando a la pregunta, tendenciosa comme il faut, de un periodista acerca de si el suyo es ya definitivamente el mejor equipo del mundo, le contesta que ni mucho menos, no solo no lo es sino que además tampoco se puede decir algo así de ninguno sin la debida distancia que solo da el tiempo, amen de que deben ser otros los que lo digan y no uno mismo. Como que el de ayer fue un buen partido, un partido perfecto; pero, solo eso, un partido. Y por supuesto, lo de ayer tampoco significa que el Barça sea en general mejor que el R.Madrid, ni mucho menos. Lo tiene que decir Pep, que no solo es un buen tipo, también es un tio inteligente.

Esa es la respuesta, la actitud vital y moral, de una persona con los pies en la tierra: prudencia y humildad, virtudes cartesianas que imprimen carácter, el verdadero. Lo otro, lo del bocazas que proclama que la humildad nunca trae nada bueno, que no sirve para nada, solo son palabras que se lleva el viento, los goles más bien, palabras de bocazas, la arrogancia de los pequeños, demasiado pagado de sí mismo para echarse un vistazo y descubrir el idiota vacuo que anida en su interior; más que luso un iluso.


Con todo, muy bien lo del partido de ayer, muy reconfortante en medio de tanta noticia económica de mal agüero, de tanto carpetovetonismo a flor de piel. Pero, dejando a un lado los hurras y olés por la exhibición futbolística del Barça. las mouriñadas de turno y, sobre todo, los golpes en el pecho de la tropa periodística acerca de que la española es la mejor liga del mundo mundial, la sempiterna arrogancia patria producto de no ver más allá de las propias narices, del patrioterismo más patético e indocumentado, toca destacar, una vez más, el artículo futbolero de John Carlin sobre dicho aserto, el cual no solo desmiente de raíz sino también con los debidos argumentos.

JOHN CARLIN 28/11/2010
- "La Liga española es una farsa".

-Football365.com, tras las últimas y abrumadoras victorias del Madrid y el Barça
Pasados apenas tres meses desde el comienzo de la temporada, los dos primeros han abierto una brecha prácticamente insuperable con el tercero. El campeonato ya es cosa de dos. Los partidos contra los demás equipos son meros trámites en los que, bien sabido de antemano quién va a ganar, el suspense se reduce a una sola cuestión: cuál será el margen de la victoria. Una vez más se consolida el duopolio Celtic-Rangers en la Liga escocesa.

Échenle un vistazo a la tabla de la Premier League escocesa y a la de la Primera División española. Los números del Celtic y el Rangers son casi iguales que los del Real Madrid y el Barcelona, con la diferencia de que los dos grandes españoles conceden menos goles por partido y marcan más. Los locutores de televisión españoles nos siguen chillando que aquí tenemos la mejor Liga del mundo, pero ni ellos se lo creen. ¿Cuándo se van a enterar de que insistir en semejante bobada demuestra una enorme falta de respeto hacia el telespectador?

No crean que en el resto de Europa no se dan cuenta. Los periodistas, los ex jugadores, los blogueros y demás opinadores de Inglaterra, Italia, Alemania, Francia, Noruega o donde sea se cachondean de lo que está pasando aquí. La Liga española no solo no es la mejor del mundo, dicen, sino que compite con la escocesa por ser la peor. A tal extremo se ha llegado que los presidentes y los entrenadores de clubes como el Sevilla o el Atlético ya reconocen abiertamente que no pueden competir con el Barça y el Madrid. Antes, en el peor de los casos, se mantenía la ficción. Porque, al menos hasta bien avanzada la temporada, se podía sin hacer el ridículo. Incluso, hasta hace relativamente poco, equipos como el Deportivo o el Valencia pugnaban con ellos por el título de campeón. Ahora el gran interrogante antes de cada jornada liguera es si los dos matones van a anotar cuatro, cinco o seis goles. O más. Ver el partido del Barça contra el Almería la semana pasada, el que acabó 0-8, dio vergüenza ajena.

Manolo Preciado, el entrenador del Sporting, habrá o no dado descanso a sus mejores jugadores en el partido de hace un par de meses en el Camp Nou. Pero lo normal, lo sensato, sería que lo hubiera hecho, ya que en esa Liga el Sporting no compite. Quizá todos deberían hacerlo. Quizá los otros 18 equipos de Primera deberían plantearse una especie de huelga y poner en el campo sus onces B contra el Madrid y el Barça y seguir haciéndolo hasta que estos dos abran sus mentes a la posibilidad de aceptar un reparto más equitativo del dinero proveniente de los derechos televisivos del fútbol, la gran fuente de ingresos de los clubes profesionales en todo el mundo.

En Inglaterra se reparten el pastel de manera más justa y democrática y, en buena medida como consecuencia de ello, tienen una Liga sensacional. Cinco puntos separan a los cuatro primeros y el quinto, el Bolton Wanderers, ha marcado los mismos goles que el Chelsea, con un partido menos y que hace dos semanas perdió 0-3 contra el Sunderland. No importa cuál sea la posición en la tabla de los rivales del Chelsea, el Manchester United o el Arsenal: antes de cada partido, todos saben que puede pasar cualquier cosa. Los estadios están llenos, las gradas vibran. Hay teatro, hay emoción.

Lo que no hay es la calidad que veremos mañana en el primero de los dos únicos partidos interesantes de la Liga que tendrán esta temporada el Madrid y el Barça. Los dos juegan de maravilla y todo el mundo lo sabe. Las casas de apuestas británicas les colocan como favoritos para ganar la Copa de Europa. Lo terrible es que, cuando amanezcamos el martes, tendremos cinco meses por delante hasta que se vuelvan a ver las caras, cinco meses de Liga que podríamos saltar ya -presionando el botón fast forward- por lo insulsos y previsibles que van a ser los partidos en los que los dos grandes compitan.

Es la muerte a cámara lenta. Algo va a tener que cambiar.

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