viernes, 3 de diciembre de 2010

FILTRANTE!!!!


Apasionante todo esto de Wikileaks, una verdadera conmoción comunicativa, que no tanto informativa, que obliga a remplantearse muchas cosas tanto acerca de los límites de la confidencialidad como de la legitimidad de las fuentes de información. De lo primero, está claro que desde el momento que una personalidad (o personaje como en el caso de Aznar...) abre la boca delante de un funcionario de otro gobierno, de donde sea, la cosa se convierte de interés público, de modo que atento a lo que digas o hagas, la discreción también debe ir en el sueldo, y si eres un bocazas que sepas que puedes acabar en oídos de todos. En cuanto a lo segundo, me parto cuando oígo o veo cómo se rasgan las vestiduras los poderosos ante wikileaks con la Clinton a la cabeza. Que si inmoral, pirata, irresponsable, cómplice de Bin Laden y compañía... Anda, anda, si resulta que la filtración es la sal del periodismo, del verdadero, no esa otra cosa que es hoy en día lo que consumimos a fuerza de no haber otra cosa con la que creer que te empapas de las cosas del mundo.

Cómo no les va a escocer, aparte de haberles sacado las vergüenzas y descubierto más de un mamoneo, cuando no puros o duros crímenes como en el caso de las torturas y asesinatos en Irak y Afganistán, cuando llevan décadas intentando meter en vereda a la prensa con la inestimable ayuda de los richachones de turno, esos que como el Murdoch y compañía -digo sucesor del histórico Hearst (el Ciudadano Kane de Welles) que prácticamente provocó la guerra hispano-norteamerica del 98 para vender mñás periódicos y ya de paso hacerle un favor a su gobierno-, o mejor dicho, mediante la inestimable colaboración del grupo mediático de turno. De hecho, el único problema que tiene actualmente el poder con la prensa no reside ya en el trabajo de los periodistas, la labor crítica y de investigación de estos de acuerdo a los sacrosantos principios del gremio en cuanto a transparencia y bla, bla, sino más bien el conflicto de intereses con los diferentes grupos mediáticos, y de ahí el interés de los gobiernos de turno, por tener de su lado, si no a todos, sí al menos al más poderoso. En España no hay que darse mucha prisa en averiguar cúal es el que se lleva la palma con el actual gobierno.

La cosa funciona mientras se solapen los intereses de unos con otros. Sin embargo, cuando esto no sucede, cuando un grupo mediático acaba a la greña con un gobierno por un quítame de ahí esos euros o dólares, tú me perjudicas con tu opacidad informativa o me restringes la publicidad institucional, y yo voy y te fiscalizo la existencia como si esa fuera de verdad la función de la prensa actual, ocurre que hasta la información filtrada por unos, a saber cómo los califico, ¿anarco-etico-idealistas?, ¿piratas de la información?, puede acabar a servicio de los intereses de empresa.

Sin ir más lejos, esta semana que todo el mundo bullía con las confidencias, meros chascarrillos e indiscreciones las más de Wikileaks, EL PAIS ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid para usar dicha munición en su guerra particular contra el gobierno de Argentina, con el cual mantiene su particular pugna como accionista del principal grupo mediático de allá, El Clarín, con el que los Kirchner llevan de morros desde hace tiempo. De ese modo, entre tanta sustanciosa revelación acerca de los tequemanejes de la política internacional, que si los árabes consideran a los iraníes tan peligrosos como lo hacen los propios israelíes, que si la entente Berlusconi y Putín es algo mas que la simpatía entre un putero y su chulo, que si el rey moro y todo lo que le rodea está tan putrefacto como cuando con su papa, que si el monigote que pusieron en Kabul y familia son de una rapacidad que riéte tú de la de los talibanes, que si su aliado contra el terrorismo islámico Pakistan les hace la cama con los mismos terroristas, que si los cubanos mamonean todo lo que pueden y más en Venezuela, que si la embajada norteamericana en Madrid presiona al cada vez más cuestionado poder judicial español, ese que se supone al servicio de los españoles y no al revés; pues de todo eso van y dedican las primeras páginas de su periódico a destacar los chismorreos acerca de la salud mental de la presidenta argentina, el carácter despótico y arbitrario de su difunto marido por todos conocidos -esto es, de noticia nada de nada- y demás cosas cuyo único fin no puede ser otro que denigrar todavía más la imagen de los Kirchner porque nos han hecho pupita en el estado de cuentas de la empresa.

Así pues, bonita paradoja entre esa nueva versión del periodismo en estado puro, la información a cualquier precio, que es Wikileaks, por mucho que anden ahora los poderosos lanzando sospechas acerca de si responde a todavía no se sabe, no han dicho, están tan pillados que no se les ocurre nada, qué intereses espurios. El caso es que de momento las entretelas de sus negocios o simples mamomeos salen a la luz para verse sometidas al juicio de la opinión pública ante la que se supone, en una democracia de verdad, no la teledemocracia o mera lucrocracia en la que vivimos con el debido maquillaje para hacernos creer todo lo contrario, que deben responder.

Y como se ve que no les ha sentado nada mal, pues un clásico, a cargarse al mensajero, a improvisar una acusación contra el responsable de la filtración, que o es muy bobo, siquiera solo desde el punto de vista que no ha podido resistirse a eso que Schopenhauer llamaba la tiranía del sexo que somete sobre todo a los jóvenes, y ha metido la pata de lleno por un simple calentón testicular, o más bien lo que en este momento piensan más de las tres partes del globo terráqueo, ya se sabe, tanta presión y que ni siquiera puedas echar un polvo sin que luego vayan los servicios secretos de turno para convencer a tu partenaire de ocasión que te denuncie por violación aunque hubiera consentimiento previo en el affaire, o lo que es lo mismo, que la causa-efecto entre la filtración de wikileaks y la acusación a su director es tan evidente que ni en una mala imitacíón de las novelas de espías de Lecarré.

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