miércoles, 19 de febrero de 2014

BALONCESTO FEMENINO



Nada como las noches de sábado en plan sano, moderado, sin sal ni... las cantidades ingentes de vino de antes con sus correspondientes patxaranes y cubatas. Dos botellicas de Baigorri entre cuatro, buena conversación, el buen hacer en la cocina del Erkiaga de Yosune entre ensaladas de pulpo con catarelus, revueltos de bacalao sobre salsa de perretxikos, patatas revoltosas o revolconas -de lo que estoy seguro es que picaban de cojones y eso a mí me encanta- carrilleras con más setas, el de Txus y compañía entre las mesas y como bien dicen ellos en su web:http://www.barrestauranteerkiaga.com/es/productos/, verdadero ambiente familiar, nada impostado como en tantos otros. En fin, esto parece un post publicitario pero da igual, no les hace falta, han recibido ya tantas menciones que el que todavía no los conoce es porque no quiere, lo último el primer premio del campeonato de pinchos de Álava. Pues eso, comida elaborada con los pies en el suelo, trato familiar, de coleguicas, precios baratos, baratos de verdad, y sobre todo nada que ver con esos otros establecimientos nuevos que se han ido abriendo por la ciudad cargados de pretensión posmoderna y malos modos que regenta algún que otro gilipollas de los que miran a la peña por encima del hombro si no la pueden reconocer, si no les conviene, que anda que no hay poca bobería ni nada en esto de la hostelería de un tiempo a esta parte.

Ahora bien, para llegar a casa tan sereno como satisfecho, si bien con el sueño terrible que me acompaña de un tiempo a esta parte, que cada vez me parezco más al amigo Ptx, mira que le decíamos el marmoto..., convencido de que, a diferencia de otras noches de sábado tras alternar por ahí un rato, iba a dormir como un lirón, me he pasado toda la noche con pesadillas del tipo pedir unas patatas revolconas o revoltosas y aparecer de un salto la cocinera de la cocina vestida de jugadora del Baskonia y dando botes al balón, al balón y... Supongo que tendría que ver con la presencia anoche de dos antiguas glorias del basket y la conferencia improvisada de uno de ellos acerca de la evolución del equipamiento femenino a lo largo de las últimas décadas, con especial detenimiento en aquel en el que la feminidad de las jugadoras fue desvergonzadamente usada como reclamo para el público, tal y como tuvo a bien ilustrarnos con generosa voluptuosidad una antigua jugadora local que en ese momento se encontraba por ahí...

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