miércoles, 4 de junio de 2014

DEL APARTADO: "Yo soy republicano; pero..."




"Yo soy republicano, pero en estos momentos no conviene, no procede un cambio de semejante calado, mejor seguir con lo que tenemos, no marear la perdiz, bastantes problemas tenemos ya. Además, ¿la República va a acabar con la crisis, con el paro, vamos a ser más ricos?"

Pues no, no eres republicano, eres monárquico aunque no tan entusiasta del anacronismo y las reminiscencias clasistas y antidemocráticas de esta institución como para no sentir vergüenza en reconocerlo. Por eso mismo siempre que te preguntaban te descolgabas con un recurrente "no soy monárquico, soy juancarlista". Pero claro, ahora seguir con un "...soy felipista" quedaría ridículo, por eso ahora te toca presentarte como un pragmático, alguien con los pies en el suelo, que sabe de qué va la cosa a diferencia de esos radicales vocingleros que blanden banderas del pasado y por los que sientes un desprecio infinito ya que en el fondo lo que eres es un conservador y recelas de todo lo que signifique un cambio sustancial del mundo que conoces. Y eso si no lo haces única o exclusivamente por pereza o cobardía, por no indisponerte con los que consideras que tienen la sartén por el mango y te pueden hacer pupita si te significas; hacerlo no sería inteligente, práctico, tu tema es "siempre al arrimo del más fuerte". Por eso tiras de sofismos a porrillo, a ver si cuela, siquiera a tu alrededor, acaso convencido de que, en efecto, estás rodeado de ilusos e ignorantes a los que si les dices todo eso de que la República no sirve para nada bueno, nada esencialmente útil para mejorar su situación, nadie te responderá que no se trata de eso, que tampoco el sufragio universal, la abolición de la esclavitud, la igualdad de géneros y por el estilo fueron en sí mismos revulsivos para mejorar la economía de la gente del común. No, eran derechos humanos, principios irrenunciables para una sociedad más justa y democrática. Así pues, no mientas al prójimo, no te engañes a ti mismo, no se puede estar contra la esclavitud, a favor de la igualdad de género, del sufragio universal y de otros principios inalienables y afirmar que ahora no toca, que sólo lo piden cuatro gatos, que lo que hay no está tan mal, que para qué si no va a mejorar la situación de nadie en lo esencial y sobre todo en lo particular. Pues eso, no eres republicano, eres un hipócrita.

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