miércoles, 18 de junio de 2014

TODOS A UNA CONTRA...


Que sí, que ya sabemos que toda la prensa del régimen está empeñada en el acoso y derribo de Podemos, el gran objetivo a batir, el enemigo número uno. El País en concreto no hay día que no salga con varios artículos advirtiendo de los males del populismo (impresionante en su miseria intelectual el artículo de ayer de Antonio Elorza), término descalificatorio, junto con el de antisistema, para todo aquel que cuestione en actual estado de las cosas y más en concreto el bipartidismo dinástico, para todo aquel que ose proclamar la necesidad de una reforma radical de este edificio en ruina, sobre todo moral, que es la España contemporánea. Están en ello, sí, tanto en lo de apuntalar el reemplazo en la jefatura del Estado por vía sanguínea a base de machacarnos día sí y día también con las supuestas excelencias del nuevo monarca y la catarata de mentiras institucionalizadas contra la opción republicana y quienes la defienden, como descalificar a Podemos no tanto por sus puntos flacos, que los tiene y muy obvios, como por los bulos acerca de sus verdaderas intenciones e inclinaciones, esto es ahondando en todos y cada uno de los lugares comunes con los que la caverna mediática procura descalificar a la nueva formación política delante de la opinión pública, ya sea su supuesta financiación por gobiernos como el Venezuela -genial la respuesta de Iglesias recordándole que los primeros en hacer negocios con ese país han sidos todos y cada uno de los gobiernos españoles, eso y asesorar a la oposición a cambio de guita, ¡ah, entonces no hay nada malo!-. Ahora bien, la entrevista que le hacen hoy a Pablo Iglesias ya roza el esperpento en este tipo de propaganda, que no periodismo. ¿Cómo se le puede preguntar a un tío de Madrid: "¿Se siente español?" Tiene la misma entidad que si le hubiera preguntado si se siente del género masculino, de raza blanca o bípedo. Pero claro que no es una pregunta inocente, es algo muchísimo peor, es una pregunta malintencionada que juega con el prejuicio franquista tan manido de que si se es de izquierdas no se puede ser buen español, que ya sabemos, ya, que nacionalistas excluyentes sólo son los otros... Más aún, y como muestra de la falta absoluta de parcialidad del periodista, el cual en vez de limitarse a preguntar se pone a hacer juicios de valor sobre el discurso de Iglesias: "Eso no se puede hacer en dos días.", "¿Y con una ley se van a cargar a Zara?","Uno junta Irán y Venezuela y puede construir una imagen." Pero bueno, me da la impresión que de la misma manera que el El PAÍS y otros están entregados en cuerpo y alma al "calumnia que algo queda", muchos de los votantes potenciales de Podemos que todavía leen u ojean ese periódico acabarán decidiendo hacerlo motivados precisamente por el hedor que emana una campaña tan vil y rastrera.http://politica.elpais.com/politica/2014/06/16/actualidad/1402946493_140110.html

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