miércoles, 10 de abril de 2013

POR SUS FOTOS LOS CONOCERÉIS




La noticia no es que este señor de la foto, el Gran Timonel de los suyos, el Sagasta por excelencia de esta segunda Restauración Borbónica y eterna X por despejar, fuera o dejará de ser un furibundo falangista en sus años mozos, que oyes, todo el mundo tiene derecho a cambiar, a evolucionar, rectificar, estaría bueno que no se pudiera, máxime en un país como España en el que, quien más quien menos, siempre tiene algo que ocultar o de lo que avergonzarse, y ya se sabe, de sabios es… No, esa no es la cuestión, esa es la anécdota en blanco y negro, la verdadera cuestión, la gran pregunta es por qué este señor se apresura a remover Roma con Santiago para evitar que la foto salga a la luz, y, sin embargo, no haya tenido empacho alguno en que la otra que acompaña esta entrada haya aparecido en todos los medios habidos y por haber. Yo diría que se trata de una declaración de principios, de que uno se retrata según sus vergüenzas, y por lo que se ve de la primera sí lo hace, menuda mancha para su historial, tan orgulloso y sobre todo obsesionado que debe estar el interfecto con su papel en la Historia, tan esclavo de su posteridad. La otra, en cambio, pues mira, a mayor gloria también de esa imagen de vividor, de triunfador de la peor calaña, que tanto parece gustarle cultivar, pensará que los que le critican su falta de coherencia como líder de la izquierda lo hacen por puro sectarismo, pobrecicos, se quedaron en el Mayo del 68, y los otros, si lo hacen o cuando lo hacen, porque les reconcome que uno del otro bando se pavonee como lo haría, o les gustaría hacer, a cualquiera de ellos, vamos, como si la estampa les perteneciera en exclusiva.

 

Luego ya se podría hablar de lo que encierra ese pujo de personajes como el que nos ocupa en hurtar a la opinión pública de datos o imágenes que ilustran, o más bien describen, a aquellos que nos han gobernado, también reinado, y sobre todo despreciado como ciudadanos hasta la nausea. Da para sospechar de la impunidad con la que nos han estado mangoneando durante todos estos años con la excusa, alentada por todos los medios a su alcance, de que todo lo que hacían era por el bien de España y nosotros apenas una masa de indocumentados. Y puede que hicieran mucho y bien, claro que sí, mucho hemos cambiado y a mejor, siquiera ya sólo en comparación con de donde veníamos. Pero ese no es tema, nadie niega lo bueno que se haya podido hacer en estos años, lo que indigna es que se utilice como excusa para ocultar o disculpar todo tipo de tropelías que ahora conocemos al amparo de esa impunidad de facto en la que han vivido instituciones como la monarquía. Luego no es de extrañar que otros, a poco que se arrimaran al poder, resolvieran que a ver por qué ellos no, si los demás lo hacen, si no pasa nada, si hasta me lo merezco. ¿Moral, ética, principios? Fíjate bien en la segunda foto, el personaje parece que se los ha comido todos.

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