viernes, 5 de abril de 2013

REFRESCANDO LA MEMORIA

 

 

Leo en varios medios la noticia del desentierro de una fosa común en el pueblo alavés de Etxaguen, del valle de Zigoitia, con los cadáveres de diez milicianos que debieron ser capturados durante la llamada Batalla de Villarreal, aquel fustrado y lamentablemente intento del Gobierno Vasco de Agirre en reconquistar Vitoria a las tropas franquistas que se saldó con un estrepitoso fracaso por parte de las republicanas. Parece ser que esos diez cuerpos sólo son aquellos que han podido rescatar de una fosa cuya mayor parte se encuentra ahora bajo el asfalto de una carretera. Suficientes, en todo caso, como testimonio de lo que allí hay, y también, ejemplo del destino que deparaba a los vencidos por los franquistas, pues no cabe duda de que esos cadáveres son el resultado de la política de no hacer prisioneros del bando nacional. Es memoria histórica en estado puro, la evidencia tangible de lo ocurrido, el recuerdo de lo que algunos quieren olvidar, enterrar, a toda costa porque les saca los colores a ellos o a sus mayores, porque les afea la visión idealizada que tienen de su participación o de los suyos en aquella carnicería, porque deslegitima incluso un orden en el que, como bien confesaba el ínclito Mayor Oreja, se vivía muy bien, como que no podía ser de otra manera, era el que ellos habían impuesto al resto, diríamos que por encima de miles de cadáveres como los que nos ocupan. Y por eso también les escuece tanto, que ni quieren recordarlo ni que otros lo haga, lo que sea para pode seguir blandiendo la mentira de que la culpa de aquellos desmanes se reparte a partes iguales entre los dos bandos. Mentira, en los dos hubo excesos, pero los de unos no llegan ni por asomo a la cantidad ni a la categoría de lo que hizo el bando vencedor como parte de una política represiva perfecta y sistemáticamente programada para eliminar de raíz cualquier resistencia por parte de los vencidos. Pero lo peor de todo es la impiedad que subyace en los propósitos negacionistas de esta gente, por otra parte tan piadosa, que niega el derecho a los descendientes a reclamar sus muertos, que pretende, ya no sólo equiparar los crímenes premeditados de unos militares sediciosos a los de los grupos descontrolados que haciendo caso omiso a las órdenes del gobierno legítimamente elegido mediante las urnas dieron rienda suelta y por su cuenta a su inquina sectaria. Afortunadamente, y a pesar de todas las zancadillas imaginables por parte de las autoridades actuales, no sólo se están desenterrando, si bien con cuentagotas, algunas de esas fosas de la ignominia, sino que también están apareciendo trabajos exquisitamente documentados que cuentan lo sucedido durante y después del llamado Glorioso Alzamiento, trabajos como el que hizo Carlos Gil Andrés en LEJOS DEL FRENTE, y donde cuenta con todo tipo de detalles la represión perpetrada en La Rioja, esto es y como indica su título, lejos del frente, o EL ESCARMIENTO, de próxima aparición y en el que Miguel Sánchez-Ostiz escribe acerca de la preparación y el desarrollo de la represión por parte del General Mola y su camarilla. Haberlos supongo que los habrá de igual o semejante envergadura en lo que respecta a otras provincias o regiones españolas. Por mi parte, la noticia de la fosa de Etxaguen me ha recordado lo escrito hace ya tres años en este mismo blog acerca de los crímenes perpetrados en mi provincia por los franquistas a los pocos días del Alzamiento. Apenas me limitaba a otra cosa que a divulgar lo documentado en los escasos trabajos que entonces había sobre el tema en el libro de los hermanos Martínez Mendiluze sobre la represión franquista en Álava. Luego ya aparecido libros mucho más prolijos en los que se detalla con todo tipo de documentos lo sucedido durante aquellos días, me estoy refiriendo en concreto al libro de Iñaki Gil Basterra, Jurisdicción especial y represión franquista en Álava (1936-1942), documentos del Tribunal de Responsabilidades Políticas para Álava. Con todo, y siquiera sólo porque la noticia de estos días me anima a ello, creo que merece la pena rescatar lo escrito hace esos tres años como ejemplo de que nunca está de más refrescar aquellos hechos sin que importe el momento o el espacio geográfico concreto al que se circunscriben, todo grano de grava hace camino:

 

 http://quejicakexontzia.blogspot.com.es/2010/04/una-entre-miles-y-otras-tantas-mas.html

 http://quejicakexontzia.blogspot.com.es/2010/04/en-la-ratonera.html

 http://quejicakexontzia.blogspot.com.es/2010/04/las-ordas-ni-tan-rojas-ni-tan.html

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