domingo, 31 de julio de 2011
EN TOLOSA...
Llegas a Toulousse, en adelante Tolosa (comme il faut en espagnol y hasta en occitano), bajo un manto de lluvia que te acompaña desde Vitoria, todo el trayecto por los Pirineos occidentales pasado por agua. Ya con todos los bártulos colocados en el aparthotel a las afueras, te diriges hacia el centro. Aparcas nada más cruzar el Garona en la coqueta placita de Saint Pierre, allí donde comienza, ya en serio, ya no sólo como recurso estético-identitario de la ciudad, sino como símbolo genuino de la cuarta ciudad más grande de Francia, el reino del ladrillo rosa que la caracteriza. Sigue lloviendo a cántaros, hay que pertrechar a la familia con chubasqueros, zapatos de lluvia, paraguas y toda la hostia. También hay que tirar del carrito del nene por unas aceras mínimas y de un bordillo tamaño acantilado, procurar a cada instante que el mayor no se precipite debajo de las ruedas de un coche o empuje sin querer a un nativo. Toda una Odisea hasta llegar a la Plaza del Capitolio, con el Palacio u Hotel que le da nombre, el pórtico que la rodea con sus cafeterías, restaurantes, pastelerías, etc. Preciosa plaza de ciudad media con una más que evidente, notoria, personalidad, siquiera de momento sólo arquitectónica, que es el predominio de ese color terroso, cálido, que imprime a casi todas sus fachadas la que sin lugar a dudas es la principal herencia romana y románica de su pasado: el ladrillo de terracota. Estás en el sur de Francia, en la capital de la Francia de la langue d`oc que ya sólo hablan cuatro nostálgicos numantinos por obra y gracia del más puro y duro jacobinismo francés, la Francia del sol y la impronta mediterránea por todos sus poros, la que a veces mira más hacia la vecina España que hacia ese norte frío y gris antaño repoblado por esos bárbaros sin romanizar que fueron los francos salios. Si tienes más de un libro en la cabeza, de esos que te la llenan de tópicos y prejuicios, imposible no recordar que muchos de ellos hace alusión al contraste que tantos y tantos, no sólo Mistral, no sólo, artistas e intelectuales hicieron entre ese sur de los lienzos de Van Gogh, Gaughin y tantos otros, y el norte de la Langue d´Oil con sus nativos con un palo en el culo y una mueca eterna de asco hacia todo lo que les rodea, siempre en contraste con ese tópico del sureño abierto, hospitalario, amante de la vida. Occitania como una Andalucía para los franceses; no sólo acuden en masa desde sus madrigueras del norte en búsqueda del sol, también lo hacen de lo pintoresco aquí al lado, sin salir de casa, gente con otro acento, otra gastronomía, paisajes que evocan latitudes bañadas por el mare nostrum.
Tópicos aquí y allí, tópicos para llenar el zurrón de ideas preconcebidas, simplistas, absurdas. Luego entras a cenar, siquiera por una sola noche, en un restaurante más o menos de relumbrón, porque te queda cerca de donde estás en ese momento, lejos de cualquier parte conocida, y, sobre todo, a cubierto de la lluvia que no cesa, y de simpáticos sureños de sonrisa quilométrica, simpatía a raudales y la hospitalidad como bandera, nada de nada. Se diría que hasta les molestas porque vas con dos críos y les vas a poner perdidos de agua su bonito comedor decimonónico. ¡Españoles! A las dos camareras gabachas de tipo fino, glamour de tercera regional y modos exquisitos nuestra presencia se les debió antojar similar a la de una invasión de gitanos rumanos o algo por el estilo. Dudaban en acercársenos por si les contagiábamos algo, esos niños chillones ya se sabe, a ver quién les aseguraba a ellas que los teníamos vacunados o al menos que el pequeño no tenía la rabia. Y luego vale, diez años o casi sin necesidad de machacar la lengua de Moliere, puede que uno al principio dude o resbale con esas j y g, esas vocales imposibles de la lengua gala, que cueste encontrar el tono, siempre he creído que con apretar el culo bastaba, pero bueno, y que entonces al pedir alguna que otra vocal o consolante resbale. Pero coño, eres tú, maja, la que tiene que hacer el esfuerzo por entenderme, no al revés, que los clientes somos nosotros, a ti te pagan por servirnos, princesita, petite princesse des cuillons, y encima no pongas esa cara de modelo revenida porque el crío berrea, la madre grita para que se calle el otro y el padre exige bierre en cantidades industriales vite, vite,, y no pongas esa sonrisita de infinita condescendencia cuando nos traes el gazpacho de atún, los tortellini o mi magret de canard recurrente como dando a entender "ahí tenéis, muertos de hambre, que seguro que no habréis probado nada mejor en toda vuestra vida, al menos nada que ver con vuestras grasientas tortillas de patata o vuestros colesterolíticos chorizos asesinos, bon apetit y a ver luego con si tenéis dinero para pagarlo o hay que llamar a la gendamerie..." Menos mal que de las tres camareras, si bien las dos gabachas de aparente bonbe souche, la tercera que no recuerdo si se llamaba Aisha, Shamira o por el estilo, era bien simpática y agradable, la única al menos con los críos y mi paciente con mi titubeante francés recién estrenado,
Ahora bien, deducir d ahí que todas las tolosanas de aparente bonne souche son unas zorras estiradas de sonrisa de cartón y glamour de prostíbulo de carretera, pues no. Claro que no, faltaría más, como que no nos han atendido en estos días otras bien majas y enrolladas que hasta se interesaban por nuestra existencia, poco importaba el color de tez, el lugar o el por qué, de hecho no importa nunca. Capullas como las del restaurante de la Plaza del Capitolio las encuentras en todas partes, en mi ciudad natal incluso a puñados, como que muchas veces en Francia uno hasta se siente como en casa, que apenas nota la diferencia entre el trato habitualmente displicente o ya directamente maleducado de muchos camareros o dependientes, porque uno ya esta acostumbrado desde siempre. Eso y que nunca hay que descartar la posibilidad que las dos pavigalas, tan finas, blanquitas y z... ellas, no fueran de la misma Tolosa, puede que fueran estudiantes de la región parisina y entonces sí que se entiende tanta bordería... (c´est de la ironie, bien sûr) Y en todo caso, qué bueno estaba el pato de los cojones, saignant como bien me encargué de recalcarlo, y los tortillini de marisco de mi señora, y... y poco más, que ante los precios siempre astronómicos del vino en carta (luego en el supermarché mejor incluso que en España, cosa rara, rara, manera de gravar le vin más rara tienen en la hostelería o de ofrecer sólo vinos de gama muy alta; pero bueno, para probar un Medoc del 2008 ni que pintado, buenísimo estaba con una ensalada de tomate y dos tipos de fromages de esos, placer al calor de aire acondicionado de la habitación del aparthotel), que de 30€ no bajaban, pues nada, a libar pintas de esa cosa insípida que normalmente suele ser Kronenburg o cualquier otra mierda alsaciana.
sábado, 30 de julio de 2011
EROSTA
Itzuliak gara, itzuliak joan aurretiko errealitate gordin baina ezinbestekora, ondo asko bagenekielako hilzorian egoan amandrea laster ehortzi beharrekoa ere zela. Bizi-legea edo esaten zaio, inondik ere apurtu edo gainditu ezin den lege ia bakarra, areago laurogeita zazpi urte inguruan, bizi luzea, bizi oparoa edo, auskalo, nork bere sekretuak daroaz hilobira, zer bestela, hezurrak eta sekretuak, ez besterik.
Edozelan ere, atzo izan zen egun benetan gogorra, oroi mina etengabean, benetako agurraren unean sei izarreko hotelea ematen zuen Gamarrako tanatorian, bakarka nire amandrearen gorpuaren aurrean, bakarka txikitako oroitzapen gordinekin, bakarka izan nintzen haurrarekin.
Atsaldean, Bastidako hileta mezea, amaigabekoa suertatu zitzaidana, elizako pareta koloreztatu edo erretablo barrokoegira begira, abadearen prediku hutsal, arruntari entzungor, berba hutsak, hitz agian ere ezinbestekoak edonolako kontsolamenduren beharrean zeudenentzat. Halako zentzugabekerietan sinesten ez dituzunean, ordea, ezer gutxi egin edo pentsa dezakezu, joan egin da, joan behar gainera, horrelakoa da bizitza, ankerra jaio ginenetik hil arteraino.
Gero ere zure senitartekoekin topo egin duzu aspaldiko partez, txikitan ia egunero zure bizian presente izan zirenekik, zeharo ahaztuta zenituenekin zein zeharo ezezagunak zitzaizkizunekin ere. Gogorra da badakizula geroan ere bistatik galduko dituzula, harremana erabat galduta ez baldin badago honezkero, ez dagoelako modurik ezer berreskuratzeko horretarako eguneroko tratua eta bihotz zabaltasuna ezinbesteko suertatzen baitira, ia ezinezkoa.
Eta hau guztihonekin nahikotxo idatzi dut azken egunotako barne-ondoezaren kontura, barne-barnean ere darrai, baina tira, behin idatzi banuen blog honen funtsa nagusia, zerbait izatekotan, egutegi modukoa izateaz gain, gauza ahalik eta atseginenak, barregarrienak, xelebreenak idazteko asmotan asmatua zela, ekin diezaiogun, beraz, halakoak idazteari, ekin diezaiogun bizi izateari.
domingo, 24 de julio de 2011
AYER SÁBADO
Dicen que Any Winehouse irá a unirse al parnaso en el que ya están Janin Joplin, Morrison, Kurt Curtain y compañía. Valiente consuelo para los que admirábamos su voz y nos quedábamos perplejos ante el enésimo ejemplo de autodestrucción por entregas de un artista del shown bussines este de la música.
En fin, poco más se puede decir al respecto la verdad es que el mismo éxito, hit, que la catapultó a la fama lo dice todo sobre la que fue la resucitadora del soul como género, como que nunca antes desde los mejores tiempos del mismo se habían escrito letras como la de esta canción y muchas otras de los dos discos que la propia Any compuso con material de su propia y desastrosa vida.
Luego ya, por esto de procurar hacer una entrada diaria buscado un hueco cualquiera a lo largo del día, estaba tentado de hacerlo para hablar de la perplejidad que me sigue produciendo toda la polémica alrededor de la mezquita de Zaramaga en Vitoria. Un El Correo traía un reportaje a dos páginas en el que se recogía, tanto la aparición ayer de pintadas xenófobas en el barrio, las cuales daban más pena que otra cosa por lo mucho de patetismo que tiene todo lo relacionado con esos símbolos neonazis, así como de actual por lo sucedido en Noruega, como las declaraciones de los líderes o responsables de otros cultos que hay en la ciudad y que, mira tú qué cosas, no han provocado nunca rechazo o generado problema alguno, cultos como el ortodoxo de la comunidad rumana y rusa de la ciudad, los evangelistas tan extendidos entre la comunidad negra africana e incluso las experiencias de otras mezquitas de la ciudad, cuya existencia no ha supuesto ningún problema hasta el momento. Siendo esto así, por qué de repente y en un barrio tan peculiar como Zaramaga, barrio obrero y mayoritariamente de emigrantes venidos en los años sesenta de casi todas las partes de España, surge un rechazo tan visceral hacia la apertura de una mezquita. El mismo artículo apunta a lo que ya se ha apuntado antes en otros medios, que qué casualidad que sea precisamente una asociación de vecinos controlada por elementos cercanos al PP la que encabece esta protesta y reciba de inmediato el apoyo y comprensión del recién estrenado alcalde del PP, el cual ya se posicionó tal que así antes y durante la campaña actual. De modo que aviso a navegantes, peligro y mucho cuando se mezcla el populismo electoralista con la ignorancia innata de una población, generalmente envejecida, que lo mezcla todo, el integrismo con el Islam, los moros con los pakistaníes, el 11M con el tipo bigotudo del Kebab de la esquina.
Ahora bien, que uno apele por no perder el norte y recuerde que vivimos en un estado de derecho en el que los ciudadanos no pueden ser sospechosos de nada por pertenecer a este o ese otro colectivo, principio fundamental de una democracia de la que asombra cuánta gente no tiene claro ni lo más básico, no significa que uno comulgue ni con este ni con ningún otro credo, los acepta porque no le queda otra, porque sabe que vivir en libertad y democracia es vivir con diferentes y punto pelota. Lo digo porque luego leo en el mismo periódico al responsable marroquí de la mezquita de Barakaldo y casi me echo a reír, pues una de dos, o el tipo es de una ingenuidad supina que le impide reconocer lo obvio, o lo es de un cinismo mayúsculo que además pretende tomarnos al resto por tontos del haba. Pues no sale el entendido este en la cosa islámica para decirnos que lo suyo ante todo va de amor, paz y respeto al diferente, que el Islam es todo eso y no el fanatismo de los que odian a Occidente y todo lo que representa, la libertad entre otras cosas o la principal, margina o considera a las mujeres seres de segunda categoría y persigue y castiga, siquiera allí donde es la religión oficial, mayoritaria, a los homosexuales, renegados, librepensadores y a cualquiera que se les ponga a tiro. No niego, que lo sé, que existan corrientes del Islam más o menos tolerantes o abiertas a las ideas modernas, que quieren un Islam de puertas para adentro, personal y poco más pero supeditado a las leyes y costumbres de la sociedad en la que se vive. Tratan de confraternizar con su entorno para no sufrir rechazo. En el fondo no deja de ser lo que ha hecho la Iglesia Católica allí donde ha perdido predicamento, intentar contemporizar con los nuevos tiempos. Pero que no nos vendan el cuento de que la religión, cualquiera de ellos y en especial la de los monoteístas, es sinónimo de paz y libertad, la Historia los desmiente de entrada, no les da opción a réplica. De modo que si transigen, si aceptan que otros pueden creer en otros dioses o no creer en nada, que las mujeres tengan los mismos derechos que el hombre, que los homosexuales no tengan que ser perseguidos y los libros que no les gustan quemados, eso lo hacen porque no les queda otra, porque la sociedad civil les ganó el pulso en su tiempo. Por eso es importante recordarlo, para que no nos vendan discursos de baratillo sobre las excelencias de sus credos, que ya sabemos que a la menor de cambio, como crean que pueden hacer algo para remediar el actual estado de cosas y retroceder a los tiempos en los que lo mangoneaban todo a su antojo, te sale un Rouco Varela o un imán como el de Fuengirola, que si no nos queman en las hogueras o nos degüellan como hacían no hace mucho en Argelia, Afganistán, Pakístán, y en general cualquier infierno sobre la tierra acabado en -tan, lo es porque tenemos las leyes de nuestro lado, que de lo contrario…
Pero bueno, no quería y al final me he ido por los Cerros de Úbeda. Si hay que escribir de algo mejor hacerlo de lo bien que lo pasó uno anoche con su santa y unos amigos cenando en un mejicano de lo viejo, de la Zapa para ser exactos. Un coqueto establecimiento de comida mejicana regentado por un simpático señor de D.F. que prepara una salsa de guacamoles genuina, nada que ver con lo que se vende por ahí, eso y las quesillas, los tacos de frijoles con toque de chocolate, con chile para pegar brincos. Todo en un local de apenas seis mesas, estrecho, decorado con curiosos motivos mejicanos y bien regado por un cosechero de la tierra, de Laguardia, que curiosamente se llamaba Poliki-Poliki, que no sé yo si no era una coña o qué, porque eso en vascuence significa poco a poco, despacito pero bien, con cuidadín; pues ni poco a poco, despacito, cuidado, ni hostias en vinagre, tres botellicas que nos pimplamos de lo a gusto que estábamos, las risas que nos echamos y lo animados que nos pusimos. Como que luego hubo gintonics y bailables, quien tuvo retuvo, yo hasta cogí de la cintura a mi señora para darle unas volteretas, puede que sólo unos pisotazos. Qué más da, el caso es que lo pasamos pipa, que se decía antes y hasta sonaba igual de idiota que ahora. Ahora bien, uno que apenas sale de noche para cenar con los colegas, tomar un par de potes antes de despedirse y de vuelta a casa a horas razonables, hacía ya tiempo que como no trasnochaba no veía a la fauna con la que se tropezaba y codeaba en sus años mozos. Algunos no cambian, todo lo más les sustituyen otros, siempre están los viejales con calvas y barrigas que esperan pillar lo que sea esa noche antes de ir al puti de turno, los colgados que observan al resto con desprecio e insuficiencia desde su rincón de la barra porque por lo que sea ellos se deben considerar especiales y no los patéticos gilipollas que nos parecen a otros, los grupos de treintañeras a las que sólo les falta llevar camisetas con la leyenda I hate men o por el estilo, los morroskos llegados directamente de la zona rural para ver cuánto hay de verdad en eso de que las de ciudad son todas unas… e incluso alguna que otra pareja de veintiañeros con una percepción harto exagerada de su potencial seductor, futuros rompecondones antes que rompecorazones, los cuales asaltan a nuestras parejas en cuanto se alejan un poco sus mariditos a sacar la chorra a pasear en el baño. Lo dicho, la fauna de siempre.
EGIA BOROBILAK
Ez nago oso seguru zer esan, pentsa, euskararen inguruko berrien harira, zeren eta zenbakiak alde batera utzita, ezin baita esan oso onak edo baikorrak direnik. Edo bestela esanda, ondo asko erakusten digute ezagumena gero eta zabalagoa izanda ere, erabilpena ordea sekula baino murritzagoa. Badirudi euskarak azken hamarkadetan esparru asko irabazi egin duela, baduela presentzia ona, bere neurria esan nahi dut, informatika-bideetan eta abar. Hala ere, galdu egin badu berezko esparru asko, galtzen ari da, batik bat lurralde esparruak, orain arte euskaldun peto-petoak zirenak, eta bai, Iparraldeaz ari naiz, non gure hizkuntza hilzorian dagoela esatea ezta lelo bat, gero eta borobilagoa egiten ari den egia baizik. Azken honek harritzen gaitu, noski, baina harridura hau ezjakintasunaren parekoa da, ez baitugu Iparraldea ezagutzen, Iparraldea idealizaturik dugu, euskal esentzien altxorra, antzina izan gineneko etno-erretserba hutsa, Lapurdiko kostaldea kenduta, barnealdea euskaraz bizi zelakoan geunden, eta ezta egia, ezta izan sekula, badaude Behe Nafarroa eta Zuberoako euskararen egoerari buruzko hainbat topiko edo errakuntza bertakoek errotik argitu behar dizkigutenak. Hauetako bat Michel Etxebest, Maule, 1961. Gotaineko Berruetan du jatorria. Laborari semea da. Gau-eskolan irakasle eta Seaskan engaiatua iraganean. Artzainak lantegiaren burua eta Mauleko auzapeza da. Ez da ezein alderdi politikori atxikia:
Zuberoa tipia da: 13.000 bizizale dituzu. Horien herenak euskara ematen badu ere, zubereraz mintzo da. Herena 4.000 da, oso gutxi. Aski denez euskalki honen atxikitzeko? Ez dakit. Momentuz, hautetsiek eta botere publikoek alde egiten dute egiturak laguntzen eta engaiatzen. Baina, hori euskararen abarretarik bat baizik ez da. Erran nahi baita, konparazione, irakaskuntzan, haurren heren bat eskola elebidunetan eskolatua da, baina horko haurrak ez dira euskaldunak ateratzen. Euskara entzuten dute, batzuek hitz egiten dute beharbada, baina ez dute ahalik eskolatik at mintzatzeko. Gizartearen aldetik presioa azkarra da, gizarte frantziarraren aldetik erran nahi dut. Ikastolako haurrek ere ez dute euskara garbi bat ematen eskolatik ateratzean, ez denek behintzat.
Maulek bi itxura ditu. Batetik, Espainiako gerla zibilaren ondorioz, iheslariak heldu ziren, halaber, espartingintzak langileria ekarrarazi zuen Nafarroatik –Erronkaritik– eta Aragoitik bereziki. Maule erdi “espainola” duzu: Lopez, Perez eta Fernandez asko dago hemen. Beste itxura Maule politikoarena da. Politikaren aldetik Maule frantziarra da. Hauteskunde presidentzialen emaitzak ikusirik, bi heren ezkerrean dago eta heren bat baino gehixeago eskuinean. Maule “langile” herria da, eta honek euskal nortasunari leku gutxi-gutxi uzten dio. Maulen bi kartier nagusi dira, Maule gainekoa, etxe txikiak eta langileria dago. Jaietako gaualdi batean hala Mariatxiak nola Jotak izaten dira. Maule hirian burgesia txikia dago, lantegi tipien buruak. Badago beste zati bat laboraria, dozena bat etxalde daude, euskaldunak izatez, baina ez espirituz. Beste zati bat, Basaburutik, Atharratzetik eta herri auzoetatik jinikako jendea da, euskaldunak dira. Baina Maulen sortzez ez dago euskaldunik.
Nik neuk gogoratzen dut duela laupabost urtez Ataharratzeko terraza batean geundela, baziren bi gazte oinatiar euskaraz ari zirela bertako batzuekin, xiberotarrek euskaraz eztiro-eztiro egiten saiatzen ziren oinatiarrekin, ikaragarri goxo xiberueratik batuerako saioan, baina halako batean, xiberotarrek elkarri hitz egin behar zioten aldiro, frantses hutsean, gauza benetak biak oinatiarrekin denok euskaraz polito egiten baitzuten. Zer dela eta halako zentzugabekeria bat? Ezin ageriago, xiberotarron eguneroko benetako hizkuntza frantsesa omen zen, agian nork bere etxean euskaraz egingo zuen, baina kalean auzoekin frantsesez, horra hor Xiberu esküaldun peto-petoaren zertzelada adierazgarri bat. Taberna barruan, zer esanik ez, ataharratzetar guzi-guziak ere frantsesez barra-barra minzo ziren, eta kaleetan baran joan ginenean beste bezainbeste, baziren adineko xiberutar peto-petoak eta zahar-zaharrak, txapelarekin eta guzti, frontoi inguruan partida batera so, eta euren arteko hizkuntza frantsesa ere zen. AGUR XIBERUA, bai noski, agur hegoaldean Benitok eta enparatuek idealizatu ziguten Zuberoari.
Agian ezta zuzena edo zilegi, baina nik neuk behintzat Iparraldeko euskararen buruzko zertzelada hau lotuko nuke joandako aste honetan Gasteizen ospaturiko Hizkuntza Gutxituen inguruko kongresuaren harira parte hartzaileetariko neska batek esandakoarekin. Neska honek azaltzen zituen erdal hiriguneetako euskaldunok euskara erabiltzeko ditugun oztopoak-eta, eta eskatu eskatzen zituen ere topagune edo esparru gehiago gure hizkuntzaz egiteko. Entzun eta harritu, eskatzea librea baldin bada, beti zer edo zer eskatzeko baldin badago ere onartuta, banago ni apurtxo bat asperturik halako eskakizunekin, ematen baitu euskaldunok euskaraz egiteko betiere beste bati zerbait eskatu behar diogula, euskaraz egiteko oztopatzen gaituenaren errua beti-beti gainontzekoena bailitzan, kalean edo edonon topatzen eta ezagutzen duzun euskaldun batekin euskaraz egitea oztopatzen edo eragozten zizuna guk berez barneratuta ditugun konplexuak edo beldurrak ez baleude bezala.
Ez dugu euskaraz egiten erdaraz bizi garelako, erosoago gaude erdaraz euskarak berez bat-bateko esfortzu handi bat eskatzen digulako, erdaratik euskara ziplo aldatzea kosta egiten zaigulako, eta agian ere, astebete honetan eta kongresuaren barruan Axisko Urmenetak irratitik ederki azaldu zigunez: gaztelera gazte hitzarekin zein gazten elearekin inkontzienteki lotzen dugulako. Edonola ere, hau guztiau behar bezala hausnartu beharrean, gure euskararenganako egiazko jarrera onartu baino lehenago, gure itxurakeria agerian utzi aurretik, beste bati errua egotzi eta batik bat mota guztietako eskakizunak euskararen alde eskatu nahiago dugu. Zoritxarrez, eta delako kongresuan denetarik entzun eta gero, badago egia borobila, gureak bezalako hizkuntzek iraun dezaten bide bakarra omen dago: norberaren atxikimendua.
sábado, 23 de julio de 2011
NEKANE STYLE FASHION TOTAL
Mi padre empezó con una peluquería de señoras en el piso de la Avenida Gasteiz (cuando yo nací del cabrón del Generalísimo), luego, en seguida, como había estudiado para maestro industrial, montó una academia de peluquería en Siervas de Jesús. Allí estuvieron mis padres compaginando la gestión de la pelu y la academia hasta que trasladaron esta última a la Avenida. Con el tiempo y las debidas gestiones consiguieron la homologación, es decir, la facultad de expedir títulos académicos, en concreto de FP1. La academia tomó como nombre EDERGINTZA, que viene a decir en vascuence algo así como actividad dedicada al cultivo de la belleza. Entonces la trasladaron a Abendaño, donde estuvo hasta la práctica jubilación de mi progenitor.
¿A qué viene esto? Pues a que durante décadas la academia de mi padre y el colegio Molinuevo fueron los únicos que expedían títulos de enseñanza profesional en su ramo de los rulos y cepillos, por lo que generaciones enteras de peluqueros no sólo vitorianos y alaveses, sino también de Miranda de Ebro, el Alto Deba, Haro y hasta de Alsasua y alrededores, se sacaron el título en uno de los dos centros de enseñanza.
¿A qué viene esto? Pues a que llevo tiempo observando, yo que he quitado rulos en la pelu de mi padre desde pequeño, que durante un tiempo llevé las cosas administrativas de Edergintza, que hasta me saqué el título por la face sin tener ni puta idea de si un bigudí iba en la cabeza, se les ponía a las pavas en la nariz o en el mismísimo..., a lo que vamos, el proceso imparable de degeneración de la profesión en esta tierra que resiste ahora y siempre al invasor, tierra de convicciones de piedra metafísica, de verdades como puños porque son con estos con los que se defienden o se tratan de imponer. Me refiero al predominio capilar del llamado estilo Nekane.
Todo sea por crear señas de identidad que nos diferencien a toda costa del otro, de ese, ya no del otro lado de Ebro o del Adour, sino del vecino de al lado si va y vota al PP, el PSOE o cualquier otro partido de cerdos unionistas, de españoles, para los que una txarriboda (matanza del cerdo) se quedaría corta. Y así vamos, van, sobre todo ellas, con unos pelos que...
viernes, 22 de julio de 2011
HATOR, HATOR... ZATOZTE, ZATOZTE BIOK
Ostiral/ortzirale/bariku/egubabakotx... baina, agian batik bat sorginegun, badatozelako ene sorgin laztana eta ume deabrutxua, txerrentxoa. Badatoz Mr eta biok astebete igaro eta gero nire gurasoenean, nire hiri aluan. Esan behar primeran igaro dugula, lan eta jolas/solas egin dugula, bai betiko aixkide batzukin zein ustekabez topaturiko zenbait lagun zaharrekin, ni behintzat ikaragarri poztu/hunkitu nau bertopatze horrek, ia-ia egunero pintxoren bat eta kopa bat ardo ondua hartu ahal izatea bezainbeste. Goizetan ordenagailuari atxikita eta arratsaldeetan denetarik asmatu behar haurra telebistako marrazki bizidunenegandik erauzteko. Eguraldiak ez digu batere lagundu, alderantziz, bazirudien dena oztopo zela gurasoen etxetik alde egiteko, behartzen gintuela barruan geratzeko. Baina ez, azkenik irten gara txontxongiloak ikustera, mota guztietako museoak-eta eta batez ere Mr liluratu zuten zabuetara, atzo lagunak eta guzti egin zituen-eta. Eta ibili birritan bakarrik ibili ahal izan naiz, astelehenean eta gaur goizean bertantxe, zer esanik ez, Armentiako basotik Ariznabarraraino oinez, ematen du ez dela hainbesterako, bai zera!, zoazenean baliteke ezetz, baina buelta da literalki aldapan gora, ez naiz gurasoenera arnasestuka iritsi baia ozta-ozta.
Bestalde gogoratu behar atzo ikusitakoa aitaturiko zabuen inguruan. Garagardo bati helduta nengoela eta egunkaria sudurraren aurrean, burua bat-batean altxatu eta Mr. neskato ilehori baten aurretik ihesi dakusadala, haurtxo txikia lehenago nire kafetegiko terrazan ondo-ondoan zegoen amarekin euskaraz ari zela, benetan liluratu, limurtu egin ninduela euskaraz natural-natural mintzatu ez ezik, oso ahots melenga ere. Gainera, urrezko kizkurtxoetako neska horrek berehala Mr.en lehengusina nagusia gogoratu egin zidana bere urtearen parekoa zen-eta, eta itxuraz ere oso liraina, nabarmen zitzaiola neskatilari apurtxo bat koxkortu orduko zer-nolako neska pertxenta eta batez ere mari-maisu-agintari-txikerra eta gehienbat bazter-nahaslea bilakutako dela ziur aski. Hori zela eta, neskatoarengandik antxintxika ihesi nekusala zera otu zitzaidan behingoan, hots, zer nolako seme azkarra edo zuhurra nuen oldoztutakoan: ARINAGO, MARTIN, ZOAZ ARINAGO!!!!
Edonola era, baldin badago ihesi egiteko deabrutxo bat hori da nire Mikel maitia, iristekotan dagoena. Horrenbestez, kantu hau baino ez zait bururatu agur gisa edo: Banituen hainbat bertsio, besteak beste Sutagararrena edo Negu Gorriakena. Azkenean hautatu egin dut Ainhoa Artetak abesturikoa; ez dakit ba, agian oraingoan, ama eta umea kotxez etortzen ari direla honantz, lasai eta atseginagoa begitantzen zaidalako.
B.B. KING Y COMPAÑÍA
Ayer actuaba B.B. King sobre la playa de Zurriola en Donosti, en el marco de eso que allí llaman festival de jazz y que tiene de jazz lo que un bocadillo de chorizo de píldora adelgazante. En cualquier caso, viendo las fotos de la actuación de ayer, con un B.B. King de 85 años, actuando desde una silla porque los huesos y la diabetes son lo que son por mucha fe en Díos y todo lo que quieras, por mucho duende del Blues que tengas y una guitarra como Lucile que sabes que nunca te va a fallar como esas féminas de los blues que siempre se van con el tipo forrado de pasta abandonando al pobre músico negro, el cual, como dice la canción de Fito, siempre se enamora de la menos buena, la verdad es que tenían un punto de innegable patetismo con sabor a eterna despedida. Luego ya que el tiempo fuera de perros, amenaza de lluvia y la marea alta comiéndose media playa, pues todavía más blue la cosa.
En cualquier caso, viendo las imágenes del concierto cómo no evocar el muy peculiar concierto de B.B. King al que asistí hace ya casi veinte años en Dublín. Lo calificó de peculiar porque se celebró en un escenario nada habitual, en pleno centro de la ciudad, con el escenario levantado al otro lado de la verja del edificio del Banco de Irlanda (la famosa antigua sede de correos que fue asaltada por los rebeldes durante el Levantamiento de Pascua y de la que fueron sacados a cañonazos por los ingleses antes de ser fusilados por estos) y el público repartido por las calles de los alrededores, que es como decir que pararon la ciudad entera pues estamos hablando del centro del centro de la ciudad, también llamado centro neurálgico, así en fino. Pues allí estuvimos disfrutando del blues más clásico, guitarreo puro y mucho gorgorito negro a lo gospel, una gozada. La escena, con los músicos sobre un escenario al otro lado de la alta verja del señorial edificio neoclásico del banco bien que tenía su punto, me recordaba una de esas pelis americanas en las que salen tugurios sureños donde los músicos de country tocan detrás de unas barras o una lona metálica para que no les alcancen las botellas que les arrojan los borrachos o simples capullos. El caso es que aquel día nadie arrojaba otra cosa que no fueran besos y aplausos, en especial las oficinistas desde las ventanas de los pisos de los edificios de enfrente, allí donde se encuentran los despachos más serios y exclusivos del país, de un país que tiene poco de serio y exclusivo, claro está. Ellas tan despendoladas, tan pálidas y pelirrojas, con sus melenas al aire y dos o tres botones menos de la camisa dejando asomar los encajes de sus sujetadores, como ellos con la corbata suelta a la altura del ombligo y sus contoneos guitarreros: súbete luego a pedirles un crédito y di que es para una Harley, fijo que te conceden uno para la moto y otro para la rubia que quieras o no tiene que ir de paquete, parece ser que es lo que mandan los cánones.
Y como va de conciertos, casualidades de la vida, hoy actúa en los jardines de Falarina en Vitoria el guitarrista flamenco Raimundo Amador. Casualidades porque es sabido que el sevillano mantuvo hace no mucho una relación sentimental con el genio del blues que nos ocupa. Por sentimental me refiero a que le pusieron mucho sentimiento al disco que grabaron a dos manos, cada uno rascando su respectiva guitarra, el negro a la Lucile y el gitano a la Gerundina.
Para mí que los hay que llevan día esperando con ansía el concierto. Lo digo porque estábamos ayer con unos amigos en Aldabe, en la plaza que ya habría que decir de la ONU o directamente Al-Dabe, porque allí, si bien hay gente de todas partes, la verdad es que predomina la morisma dado que tiene al lado su zoco con sus mezquitas y negocios en la antigua Barrenkale, sentados enfrente de unos abueletes que debieron luchar con Franco en su guardia mora, con unos tremendos negratas de vete tú a saber dónde a un lado, y al otro unos gitanillos por palmas, aayayayayayayay… Menudo ambientazo, entre la jerigonza árabe-wolof-urdú y el quejío de los Montoya-Heredia (apellidos, por cierto, genuinamente alaveses) y los gritos de la mucama latina a sus churumbeles: Walter Joseeeeesé, Yusnavyyyyyyy, no crucen sin mirar que los va atropellar un carro, vayan despasito no más… Eso y el trapicheo competitivo entre marroquíes y argelinos en las esquinas, el olor a kebab de los pakistaníes a su paso con sus túnicas inmaculadas y sus mostachos, las negras senegalesas o de por ahí, tremendas con sus tornasolados trajes regionales y sus traseros planetarios, algún que otro barbudo admirador de Bin Laden, un anciano gallego en dirección a su piso de la Coronación que viene de cobrar la pensión o de otro barrio donde todavía hay tiendas que venden productos españoles, siquiera sólo lacón para los grelos, el gitanillo a toda pastilla en una bicicleta que válgame Dios, Alá y quien sea de suponer que es robada y la chinita de camino de vuelta al sótano de la tienda tras darse el garbeo del mes hasta la acera de enfrente. Y mira que me gusta sentarme en la terraza de Los Amigos a contemplar tan variopinto paisanaje, nada que ver con la chusma pretendidamente elegante y bienpensante de la Dato y alrededores, con sus jerséis al cuello, sus exclusivas camisas de rayas, su pelo engominado, el bulto de su cartera en el bolsillo trasero de los pantalones beige de pinzas y con raya en medio y, eso que no falte, que se note que vamos por la vida mirando como triunfadores, su careto de asco permanente, ¡mira cariño, acabo de ver a un negro, escóndete, que no resisto las comparaciones!; ¡dónde va a parar!
jueves, 21 de julio de 2011
ONDOEZA
Ondoeza da eragiten didana norbaiti entzutea hiriko agintari garrantzitsu bat homosexuala dela ageriko mesprezuz, nola egoera edo ezaugarri pertsonal hutsa denak, beltzarana, lodia edo dena delakoa bezalakoak, benetako garrantzia lukeen bezala, funtsezkoa bailitzan bere betekizunak aurrera emateko edo bere kondizio horrek nolabait ezgai bihurtuko balu bezala aginterako edo. Ondoez ikaragarria halako esamesa berez bere burua ezkertiartzat edo duen batek esana baita, oso ezkerreko koalizio abertzale bati botoa eman diona aitortu berritan, agintari honen sokakoak erruz larrutzen dituena eskuinekoak izateagatik, hau da, atzerakoiak, diruzaleak, ostiajale porrokatuak eta abar. Ondoeza halako zurrumurruek ondo asko erakusten didatelako noraino sartua dagoen nire ingurukoengan gainontzekoei gaitzesten dieten larru azalaren azpiko intolerantzia, zer nolako itxurakeria euren burua besteon aldean zabalagoa aurkeztu nahi dutenena.
Gero, jakina, badakit gure inguruan soka atzerakoi, diruzale eta ostiajale horretakoak gero eta ugariagoak direla, gainontzekoekiko ezinikusi ideologikoa, ezberdin eta behintzat bestela pentsatzen duen ororenganako berebiziko destaina, betiko destaina gainera, gaien kontra, tximaluzeen kontra, etorkinen kontra edo printzipioz arrotz duten ororen kontra. Eta bai, noski, ni ere dezente abailtzen nau edonon, gero eta hedatuagoa, gero eta harrotuagoa, topatzen ari den eskuineko harropuzkeria maltzurra, espantu izugarria, negargarria, etsigarria. Badakite laster irabaziko dutela, nahi adina botere eskuratuko dutela gogara agintzeko, gustuko ez duten oro errotik aldatzeko, erauzteko. Eta bai, beldur ematen dute. Nola ez, oraingoz eta agian aurpegia jendaurrean egunero erakutsi behar dutenek bakar-bakarrik, ematen dute zentratuagoak, buru zabalagoak, Europan dagoen eskuinarekin homologable eta guzti. Baina hau guztiau oraingoz, hauen atzean badaudelako oso bestelakoak direnak, Intereconomiaren itzalpean, jende xehearen artean simaurra barreiatzen dutenak, gorrotoa eta aspaldiko balore zaharkituak berriro ezarri nahi dituztenak.
Harro daude, noski, eta zenbat eta kaskamotzagoak, eskolagabekoagoak, zekenagoak, gero eta harroago. Badutelako motibo franko harro egoteko, hauek ez baitira oso garai onak inteligentziarako, krisialdikoak baino, eta holakoetan deiadar guztiak omen dira ahalik eta gutxien gogoeta egiteko, nahikotxo egin delakoan aldez aurretik edo, eta bai ordea arazoei gogor eusteko ekinaren ekinez. Ekintza gizonak, jakina, haiek dira, munduari sasi guztien gainetik eta hodei guztien azpitik garaitu zaizkionak, nahi eta behar adina jabego metatu dutenak, hutsetik eta batez ere ezjakinetik aberastu egin direnak. Haiek omen dira krisialditik aterako gaituztenak hain zuzen ere, jende kementsua, zintzoa, manupekoa, fededuna, diruduna, betiko eta batez ere krisialdia bera eragin zutenak, besteak beste bizpahiru negozioren jabe izanda eta bestetzuen diruaz baliatuz hiriburu bateko futbol taldearen nagusi bilakatu eta hain alperra zen ezen berehala eta hainbat arinen ospa egin behar zuen talde hori zeharo suntsitu baino lehenago, karguari eutsi bai, baina behin eutsita ezin iraun gero, handinahia besterik ez baitzuen sakelan ordura arteko enpresari arrakastatsu zein harroputzak. Honek bazituela soberako motiboak mozkor-mozkor egina bere egoskorkeriaz, ezjakintasunaz eta batez ere giza kaskarkeriaz harrotzeko, bai noski, eta baita, gainera, mundua bere modukoek bakarrik dakiten moduan konpontzeko: kolpeka.
miércoles, 20 de julio de 2011
TARDE EN EL MUSEO
Como a diferencia de hoy, que luce y hasta calienta el sol moderadamente, tanto que hasta nos acabamos de dar un chapuzón en la piscina de plástico, ayer hizo un día de perros, cielo cubierto y amenaza permanente de lluvia. De modo que no se me ocurrió otra cosa para arrancar a mi hijo mayor de su apatía vital frente a las cadenas CLAN, DISNEY, BOEING e incluso, ya en el colmo del me meto dibujos animados en vena, los marrazki bizidunak de la ETB, que llevarlo a la tarde de museos. Primero recalamos en el de armas, sin lugar a dudas el que más le iba a molar al nene. Y en efecto, fue ver la primera armadura, las primeras hachas, lanzas, espadas, ballestas y escopetones, y ponerse a alucinar en colores. Papa, aitatxo cuando estamos aquí, se esmeró intentando explicar a nene el manejo de las armas en cuestión y su efecto sobre los cuerpos de los enemigos contra las que eran utilizados. Ni qué decir que la explicación resultó de lo más gore casi sin darme cuenta; espadas que cortaban de tajo miembros con su corresponiente chorro sanguíneo, dardos de ballesta que atravesaban corazas, balas de cañón que arrancaban cabezas de cuajo, escopetas cuyo retroceso casi causaban más daño al que las utilizaba que al enemigo en el punto de mira… Eso hasta que subimos hasta el segundo piso y ya fue el acabose junto a las maquetas de la Batalla de Vitoria, esa de la Guerra de Independencia en la que los gabachos salieron ya definitivamente por patas de la península tras ser derrotados por las tropas hispano-luso-británicas, de cuando el hermano de Napoleón perdió todo su ajuar por el camino en dirección a Irún, aquella a la que Beethoven dedicó una de sus sinfonías. No era para menos, fue ver los soldaditos con sus uniformes, caballitos, sus cañones, sus casitas, el puente sobre el Zadorra, y querer poner en práctica él sólo todo lo que le acababa de contar acerca del manejo de las bayonetas.
En fin, hubo suerte y no nos echaron a gorrazos del museo. Coño van a echarnos si estábamos solos con un matrimonio gabacho, el cual no paraba de sacar fotos a las vitrinas, not coment, y además la vigilante debía seguir pegando la hebra con un maromo tal y como la habíamos visto a la entrada. Así que arrastro al crío, todo ciclado con el tema este de las batallas con sus soldaditos, sus caballitos, sus cañones y las amputaciones, hasta el Museo de Bellas Artes de la acera de enfrente, en el paseo de la Senda, justo al lado de donde vegeta el lehendakari Patxi en su palacete de Ajuria Enea.
Ya en el interior del viejo palacio de los Álava, la familia del general alavés que, por cierto, dirigía las tropas españolas bajo las órdenes del comandante en jefe del ejército antinapoleónico, el famoso Wellington, apenas consigo que el guaje aguante un par de cuadros. De modo que, como también nos encontramos prácticamente solos, paso del crío como de la mierda, allá él y los de seguridad de detrás de las cámaras de video, al menos pasarían un buen rato viéndole pegar saltos y tirarse por el suelo a lo macaco rabioso, yo con tal de que no descuelgue los cuadros de una patada, escupa en ellos o salte sobre ellos, me doy por satisfecho.
De modo que ya sólo tengo que reconducirle de una sala a otra, de un piso a otro, mientras me entretengo viendo una colección que conozco al dedillo pues no son pocas veces ni nada las que he visitado esta casa. Eso y que, descontando alguna que otra novedad, allí estaban los mismos cuadros de toda la vida, la mayoría de los artistas alaveses y vascos del XIX y XX que componen la escuela regional de la saga de Amárica, Arteta, Zubiaurre, Ruiz de Arcaute, Aurre, Uranga, Iturrino, Diaz Olano y compañía. Es decir, la escuela que quería ser realista, con algún que otro guiño a las influencias foráneas, en especial a las que venían de París con el impresionismo a la cabeza, pero siempre en plan moderado, cauto, no vayamos a joder la baraja esta de que aquí como en Honololú por lo general se pintaba para quien pagaba y punto pelota. De modo que mucho paisaje patrio y de alrededores, mucho bodegón y retrato de prebostes locales y, ahí es donde está escuela se hizo más o menos famosa fuera de nuestras fronteras vasco-navarras, mucho pretendido retrato antropológico de tipos locales, es decir, caras curtidas de narices largas y cuerpos serranos de baserritarras y arrantzales por doquier (caseros y pescadores). Que la escuela de Arteta, Zubiaurre y compañía lejos de representar una imagen idealizada de prototipos vascos cayera directamente en la caricatura de estos mismos, ya es otro cantar. Pero bien anacrónicos que resultan ya esos cuadros con el paso de tiempo, esa idealización a la que me refiero de un pueblo en la que podían más los tópicos que la pura, dura y casi siempre decepcionante realidad. Tal es así incluso que a poco que uno repare en toda la iconografía nacionalista de antes y después de la guerra, no puede dejar de percatarse de cómo esos vascorros que ilustraban los carteles de propaganda o las publicaciones del partido guía y otros grupúsculos nacionalistas en mayor o menor grado, apenas resultan otra cosa que eso que digo: caricaturas.
El resto tampoco desmerece la medianía típica de cualquier museo de provincias. Hay, eso sí, cuadros que ya forman parte del imaginario de los que los hemos visto toda la vida, casi diría de los que hemos crecido con ellos, y no tanto porque hayamos ido al museo una vez cada mes todos los años, sino porque forman parte de esa iconografía local que ilustraba calendarios, barajas, revistas, etc. Cuadros como el del campesino alavés con kaiku y nieta al lado bendiciendo los campos de Díaz Olano o ese otro de la romería popular con sus vasquitos y neskitas que todavía ilustran las cajas de trufas homónimas de la pastelería Goya. Lo más curioso es que de todos estos, el cuadro de Diaz Olano “El Restaurante”, uno con los que ilustro esta entrada, y que en esta ocasión estaba cedido al museo de Girona para una exposición temática sobre la historia de la burguesía. Un cuadro que es, de entre tanta temática religiosa, paisajística, antropo-narcisista o de puro y aburrido bodegón, casi el único amago de crítica social de uno de esos artistas de la época. Una crítica que, salvando las distancias, me hizo recordar que el último museo que me ha gustado de veras ha sido el Neue Nationalgalerie de Berlín, donde se exponen las obras de los artistas del cubismo, surrealismo e impresionismo alemán, estilos muy posteriores a los que nos ocupan, pero que, en cierta manera, y ya sea por la búsqueda de nuevas formas pictóricas como por la crítica y hasta ironía que contienen la mayoría de esas obras, alegran no sólo la vista sino también el espíritu.
Pero lo del Museo de Bellas Artes de mi provincia es otra cosa, es otra época, la de los pintores pequeño burgueses afanándose en contentar a un público de su clase, de modo que excentricidades las mínimas, no fueran a joderla, insisto, ellos a sus paisajes del pueblico de al lado, todo lo más a arrancar gestos de admiración por la técnica tal o cual, pero que se reconozca lo que hay en el cuadro, que sea bonito. Ya vendrían otros tiempos y otros tipos a poner a prueba la paciencia de los mecenas de turno, a escandalizar a un público que identificaba el arte con lo bonito y para de contar; esos están el Artium, el museo de arte contemporáneo en la otra punta de la ciudad.
Con todo, en el museo del palacio de los Álava también hay más de una obra dedicada al llamado exotismo oriental, aunque luego sólo lo fuera de Marruecos y alrededores, mucho retrato de zoco con moro, mucha moza berebere con sus coloridos vestidos, mucho negro con su fez en la cabeza y sus pantalones bombachos, y también, mucha gitana con alhajas, el colmo de lo exótico en aquella época. Y aún así, lo mejor entre tanto retrato sombrío o exaltación casi monocromático de lo propio, tanto regodeo costumbrista, del terruño y poco más. En eso destaca Gustavo de Maeztu, al que dedican una retrospectiva entera. El tipo, hermano del ultramontano y chaquetero escritor Ramiro de Maeztu, gustaba mucho de retratar bailadoras, gitanas y moras, e incluso divertidas escenas de cabaret como las de muchos de los alemanes a los que hacía mención antes, razón o más bien excusa para usar el color a mansalva, para experimentar incluso –hay un paisaje en el que casi se intuye un acercamiento al cubismo— Lo dicho, una gozada de luz y color entre tanta morralla con kaiku, boina y sotanas, y eso aunque Gustavo se entregará también en cuerpo y alma al más puro tenebrismo castizo español de su época, qué remedio. Claro que luego lees biografías más o menos noveladas como la que le dedicó Sánchez-Ostiz en La Nave de Baco y no puedes sino compadecerte de lo duro que fue la brega de tanto espíritu libre, divertido, entusiasta, con la grisura de su entorno, vamos, lo de siempre por estos pagos.
ARIMA GABEKO AUZO-ZULOETAN
Astelehenean eraman behar nuen nire koinata bere kotxez Salburua alderaino lan kontuak zirela-medio. Ez nuen auzoa ezagutzen, ez dut sekula zapaldu, ez behintzat gaur egur bertan altxatu egin duten auzo itxuroso edo morderno-modernoa. Banekien, noski, ikaragarrizko etorbideak eta hainbat eraikin bitxi edo eginak zirela, edonor harritzeko modukoak arkitektoek zein eraikitzaileek behar adina leku eta diru izan baitzuen delako burbuilak eztanda egin aurretik. Edonola ere, ez nuen inolako gogo edo jakinminik auzoa gertutik ezagutzeko. Zer dela eta? Izan banuen negozio bat Lakua auzoan eta nire anaia Zabalganan bizi da. Auzo guztiok pare-parekoak dira, kale eta etorbide zabal-zabalak, zeharkatzerakoan beste herri batera zoazela ematen dutenak, tabernaz taberna ibiltzeko horniak-eta eskatzen dizkizutenak . Eta eraikinak, agian oso itxurosoak arkitektoen ikuspegitik, zalantzarik ez, besteak beste kolore bizi-bizikoak –Salburuan badago bat zeharo gorria-, edo leiho oso bitxi, apain, txukunez estaliak; leihootariko baten bat aldian behin oineztakoen buruen gainean amildu izana oso bestelako kontu bat… Gehienek, bestalde, lekutatik edo gertutik ikusita, kunker hutsen antzerakoak dira, dotoreak baina huts-hutsak. Dena hau, noski, primeran geratzen zaie arkitektoei euren maketetan, ezin txukunago, bikainago. Hala ere, badirudi haiek erainak gogoan dituztela soil-soilik, bertan bizi behar direnek ordea bost axola diete, ezta euren eginkizuna. Ala agian bai, badituzte gogoak biztanleak, baina nola txinurrien parekoak begitantzen zaizkien txinurriei zer-nolako auzo eta ekipamendua ondoen egokituko zaizkien hausnarrean egiten dute, ondorioz txinurrientzako auzo txit itxurosoak, zabal-zabalak, txinurriok nahi adina ibil daitezen, haizeak gogara jo zezan kale artean, goitik begiratuta inork inolako erazgopenik jar ez diezaien auzo benetan itxuroso bat asmatu izanagatik. Harrezkero, auzook ez baldin badute auzo arimarik, ez badin badago benetako auzo-bizimodu edo girorik, errua ezta sekula beraiena izango, errua biztanleona izango da betekizun hori euren eskuetan utzi egin baitute.
Hau guztiau esateko nire hiriko auzo berriok nola edo hala etsitzen nautela, hirurotako edonon egonda ere berehala aztoratzen naiz, ezinegona nagusi, asperra bezainbeste, ez baitago norantz jo, dena berdin-berdin da, bizitzeko zuloak, besterik ez, eta baldin badago jolaskelu edo lorategirik, hauek ere arrunt-arruntak dira, modernoak bai, oso gainera, zabuak punta-puntakoak, noski, Lakuan badago Gijonekoa bezalako itsasontzi bat eta guzti (eztakidala zenbat aldiz esan didate aste honetan haurra hara eroateko). Baina zer nahi duzue idaztea? Bertan nagoela Espainiako edozein auzo berri baina perifériko eta arruntetan banengo bezala sentitzen naiz, hau da: lekuz kanpo, ez baitira nire auzoak, ez baitut han inolako errorik edo merezi duen oroitzapenik (Lakukakoak ere ez dira oso gogoan hartzekoak, ahaztutzekoak baino, porrotaren ondorioak…). Bertan nagoela galdetzen diot nire buruari: zer galdu zait hemen, zer dela eta etorri naiz honaino? Non dago nire hiria? Eta jakina, ondo baino hobeto dakit nik non dagoen, erdigunean eta bire txikitako kaleetan, hiri inguruetako alderdietan akaso, ez beste inon,
Horregatik Gasteiza etortzen naizen aldiro joera bizia dut Alde Zaharreraino igotzeko, bertan igaro baititut nire bizitzaren pasarterik goxoak eta baita mingotsenak ere. Bestela esanda, bertan dago nire gaztaroa, nire benetako erroak, gainerako guztia, nondik zatozen, non duten zuretarrek erroak, aiton-amonen etxea, arbasoen jaioterria, gurasoen jabegoa edo dena-delakoa, hori guztiau gainontzekoek inposaturikoak omen dira, gure lepo gainean jarritako zama astuna edo petrala, besterik ez. Nik maite dut nire alde zaharra eta horrexegatik joan ohi naiz haraino ahal dudan guztietan, bertan etxeko sentitzen naizelako, bertan beste inon ez bezala eroso sentitzen naizelako, bertan bene-benetan gozatzen dudalako. Gero badaude ere hiriko beste alderdi batzuk bihotzeko ere ditudanak, hazi nintzeneko etorbidearen ingurualdea, txikitan ia asteburuero joaten nintzen herria, udarero joaten ginen kostaldekoa, noizik behin bisitatzen genituenak, honek guztionek ehuntzen, eratzen dute gure iragana, hori maite duguna, gogoan duguna, benetan bihotzeko edo gertukotzat behintzat hartzen duguna. Gainerakoa, aldamenean izanda eta guzti, arrotz begitantzen zait, berria bezain arrotza, eta okerrena, aztoratu ez ezik, gogait ere izugarri gogaitzen naute.
Horrenbestez, etzi Martinekin Salburuako kale zabal, motel, amaigabe, arimagabe, arrotzetan barna nindoala noraezean, inondik antzematen ez genituen zabu batzuen bila (gero ikusi bagenuen parketxo bat lakutxo batez eta guzti, oso itxurosoa, txikuna eta esandako zabu punta-puntakoekin, non Mr.k ikaragarri ondo igaro egin zuen bere izebak bera biltzeko hots egin arte), gauza bakarra nuen gogoan, ia hausnarrik egiteke, ia garrasi muduko eskakizuna: goazen hemendik lehenbailehen, goazen Gasteiza behingoan!
martes, 19 de julio de 2011
CERVEZÓN EN LA CASA VIEJA
Ya dicen que este verano va a ser una montaña rusa meteorológica. Hoy ha amanecido con nubes y llovizna, tocaba ponerse pantalones largos y salir con paraguas de mano. Ayer, en cambio, lucía el sol discretamente, pero lo suficiente para que servidor decidiera bajarse hasta Vitoria a través del bosque de Armentia, decidiera escapar de su madre, la cual ya no se conforma con interrumpirme cada dos por tres cuando estoy trabajando con el ordenata en mi habitación, sino que encima me ve salir y se me escandaliza porque a ver a qué hora pienso comer si me voy ahora a andar, que lleva toda la mañana preparando unas vainas y a ver si se las va a tener que echar al perro. De modo que casi no salgo andando, más bien lo hago al trote, como alma que lleva el diablo, si permanezco un segundo más en esta casa doy en loco.
Ya en el bosque de Armentia, que empieza apenas a cien metros de la casa de mis padres, vas con la radio del móvil puesta y ni te enteras. Además, como te conoces el recorrido al dedillo ya no te pierdes por cualquiera de los mil y un senderos paralelos que atraviesan el bosque, y que lo mismo te conducen hasta la carretera que da a Jundiz, a la pieza que corre paralela a la de Lasarte o directamente al puticlub de Ariñez. Una gozada de caminata bajo las copas de los árboles, al abrigo de estas frente al calor, el aroma de la vegetación en estío, la fauna minúscula y molesta revoloteando a tu alrededor, alguna ardilla loca, jabaliés despitados o zorras buscando uvas, los enanos saltarines del bosque y hasta un basajaun que luego resultó un empleado peludo del ayuntamiento, en fin. Luego ya en Armentia toca besar al Santo y bajar por la Senda hasta el Prao o desviarse hacia el Portal del Castilla. Como no tengo tiempo y además empiezo a acusar la fatiga, no voy más allá del barrio de Ariznabarra. Compro el periódico y me dispongo a tomar una birra reparadora de la larga caminata. Luce un sol de mediodía, de modo que busco una terraza por la zona. De repente veo una en la antigua casa de Etxezarra, la casa donde dicen que durmió Napoleón a su paso por Vitoria por gentileza del dueño de la casa, el banquero vitoriano Fernando de Lacuesta. La casa la he conocido toda la vida en ruinas, cerrada a cal y canto, un caserón de piedra en medio de los edificios de pisos, a pocos pasos de otros edificios emblemáticos de la ciudad como la antigua sede de la CC.OO, la actual de la Cruz Roja, la antigua fábrica de Areitio –hoy zona de pisos de lujo-, alguna que otra capillica cuyo nombre no me acuerdo, y las primeras casonas de inspiración vasco-francesa de la Ciudad Jardín. La casa, con su aureola napoleónica y su abandono en medio de los edificios mordernos del Portal de Castilla, albergaba no sólo un pasado rico en Historia sino también algún que otro fantasma y leyenda negra de esas de las que hacen las delicias de los niños. Hoy en día, en cambio, la casa ha sido primorosamente restaurada, con su inevitable añadido modernista incluido, y parece ser que alberga un centro social, un restaurante y varias viviendas de lujo en un añadido de su parte trasera. Con todo, y visto el precioso resultado de la rehabilitación, lo coqueto de la terraza en uno de sus flancos donde fui de cabeza a sentarme a leer el periódico y tomarme un cervezón, servidor, que en su momento de estudiante de Historia se dedicó a rastrear momentos o anécdotas de la Historia local, no pudo sino pensar en el desconocimiento que existe acerca de un hecho, nimio, relacionado con esta casa, y que no es otro que el que albergara en su momento el último jardín histórico, de estilo romántico, privado que hubo en Vitoria, diseñado por el mismo arquitecto francés que diseñó el jardín romántico de La Florida. Del momento de su inauguración y su destrucción me remito a este extracto de la Asociación Cultural Landazuri:
Aquel jardín espectacular no sólo lo pisó Napoleón, sino que lo visitó la reina Mª Josefa Amalia de Sajonia el 8 de octubre de 1819 cuando iba camino de Madrid a convertirse en la tercera esposa de Fernando VII. Eulogio Serdán, en su "Historia de la ciudad de Vitoria" nos lo cuenta de la siguiente manera:
Se anunció al Ayuntamiento que la Reina deseaba dar un paseo por el camino de Castilla, y así lo hizo, saliendo en coche a las doce, dirigiéndose a las afueras y deteniéndose en la casa de campo del Sr. Cuesta (Etxe-zarra), cuyo vasto jardín visitó cogiendo flores y una hermosa pera que comió ofreciendo parte a sus damas.
En las mismas fechas en que las palas excavadoras destruían aquel jardín, por "necesidades" de la nueva planificación urbanística de la zona, se estaba restaurando la casa-palacio de Landázuri. Eran los años 1977-78 y los promotores de la restauración tuvieron la feliz idea de recuperar los elementos decorativos del jardín de Etxe-zarra (casa vieja en vasco) para recrearlo de algún modo en los espacios que rodean la casa-palacio. Se le dío una forma parecida, dentro de lo que permitieron las posibilidades espaciales, y plantaron similares especies de árboles y arbustos, de modo que hoy en día, quien lo visite, también podrá coger una pera que cuelgue de la pérgola, tal como hizo la joven reina Mª Amalia.
En fin, ya digo que del jardín de marras sólo nos queda la imaginación, y acaso también el rincón donde ahora está la terraza donde me tomé una cerveza en copa después de haberle pedido al camarero del restaurante que hay en uno de los bajos de la casa: el botellín de cerveza más grande que tengas. A lo que el camarero, un cincuentón con barba cana con inequívoco acento local y la socarronería otro tanto, ni corto ni perezoso, pero bien que se le notaba la sonrisa torcida al muy cabrón, me saca una botella de litro de una cerveza de importación:
-¿Qué pasa pues, no me dirás que un mocetón como tú no es capaz de beberse esta botella?
-Claro que sí, nos ha jodido, esa y dos más si hace falta, pero no es cuestión de llegar dando tumbos a casa de mis padres para comer.
-Bueno, bueno, mejor te pongo una de barril en copa.
-Mejor, mejor.
Pues eso, se nota que uno está en casa.
lunes, 18 de julio de 2011
18 DE JULIO
Ayer, aprovechando el 75 aniversario de lo que para unos fue un alzamiento redentor, que salvó a España de las garras de unos comunistas que en aquel momento eran cuatro gatos, y para otros un fracasado intento de golpe de estado en manos de militares sediciosos, el cual originó la peor guerra de nuestra historia y sumió el país en décadas de atraso e injusticia, decidí bajarme andando hasta Vitoria desde Berroztegieta por el bosque de Armentia. ¿Que qué tiene que ver una cosa con otra? Pues mucho, porque servidor, además de corregir un montón de cosas de lo suyo, también estuvo leyendo en la red varios de los artículos que traía la prensa nacional sobre el asunto, y oyes, la verdad es que da cosa, grima en muchos casos, y pena, mucha pena y rabia. Claro que para la inmensa mayoría de los jóvenes toda esta mandanga de la Guerra Civil les suena a cuentos chinos del Instituto, les suena lo mismo que si les hablas de las Púnicas o de la Guerra contra el gabacho; pero, mucho me temo que es llegar a una cierta edad, y ya sea por cuestión familiar o simplemente ideológica, la verdad es que al españolito medio le empieza a surgir la necesidad de posicionarme de un lado u otro. Y posicionarse no es sólo opinar cuando surge el tema, que surge y surgirá porque las cicatrices están muy presentes en las familias de cada cual siquiera sólo como recuerdo de dónde estuvieron los abuelos o los bisabuelos en aquel momento, sino también pretender no hacerlo, que es como sumarse al relativismo que de un tiempo a esta parte nos aqueja como reflejo imposible más claro de un pensamiento acomodaticio, desprendido, esencialmente materialista y simplista a más no poder, lo que a la postre, y por mucho que les joda a algunos, viene a ser la enésima manifestación de un pensamiento conservador, de derechas; la memoria como que molesta, no es práctica, no sirve a lo que estamos, a hacer caja y poco más, cuanto menos sepamos mucho mejor, no nos distraemos de lo que realmente importa, consumir y… nada más.
Y lo más curioso es que si te das una vuelta por los medios más conservadores, de derechas, en seguida percibes dos estrategias en lo tocante al recuerdo de la Guerra Civil. Por un lado la militante, la de aquellos sin complejos que setenta y cinco años después todavía tienen la desfachatez de defender los mismos argumentos que utilizaron los alzados y sus aliados para justificarse. Es una actitud que clama al cielo porque la propaganda no es Historia, esta es una disciplina humanística más o menos consensuada a través de los medios académicos como resultado de los diferentes estudios sobre cada tema. Desde este punto de vista exclusivamente formalista la Guerra Civil y el Franquismo no tienen vuelta de hoja como no la pueden tener ni el nazismo y es fascismo italiano. La Guerra Civil fue el resultado de la asonada fallida de unos militares sediciosos que querían derribar el régimen democráticamente constituido de la República, y el franquismo es el nombre que recibe la dictadura personal de un generalito gallego que concentró todos los poderes del estado en sus manos mediante la fuerza y no pocos golpes de fortuna, sin ir más lejos los que lo arroparon a la cabeza del ejército sublevado tras la muerte accidental, o no, del líder elegido por los rebeldes, el general Sanjurjo, o la del verdadero factotum del alzamiento, el general Mola. A partir de estas certezas historiográficas todo lo demás es intentar poner luz mediante la investigación histórica sobre los puntos negros de la Historia, descubrir o aclarar los pormenores de la trastienda de la guerra o del franquismo. Algunos como el hecho de que fuera el propio Franco quien dificultara el suministro a las tropas del general Mola en su asalto a Madrid o que se demorara en la toma de Madrid con el único fin de afianzar su poder mediante una guerra larga y despiadada.
Ahora bien, ya digo que una cosa es la certeza histórica, académica, y otra la manipulación ideológica en la que están empeñados desde un tiempo a esta parte muchos medios conservadores, de derechas, españoles. Son aquellos que dan pábulo a la tergiversación, ocultación, omisión que hacen algunos seudohistoriadores como Pío Mora de la documentación histórica para refrendar la propaganda tradicional del régimen franquista. Son aquellos que se hicieron historiadores orgánicos durante el Franquismo y todavía hoy vegetan en instituciones tan anacrónicas como la Real Academia de la Historia, esa en la que, casualmente, no forman parte la plana mayor de los historiadores más reputados del país. Son también los que pagan y los elaboran reportajes como el que pasaron hace un par de semanas en Telemadrid y en el que se defendía la tesis con la que en su tiempo los franquistas justificaron el alzamiento, esa en la que el gobierno republicano poco más había mandado matar a Calvo Sotelo, el líder por antonomasia de la derecha. En resumen, setenta y cinco años después todavía existe en España una derecha que se considera heredera ideológica del franquismo y que está dispuesta a sufragar y arropar a todo aquel que defienda las tesis que ya en su momento utilizó el régimen de Franco para justificarse. Una derecha para la que todo lo demás, la certeza histórica sobre lo que fue de verdad la Guerra y el Franquismo, refrendada por todos los medios académicos de prestigio nacionales e internacionales, apenas es otra cosa que propaganda de los del otro bando, de los herederos de las hordas rojas y separatistas, una gentuza a la que hoy como entonces no sólo no hay que darle pábulo, es que casi tampoco deberían tener derecho a la vida como bien se la negaron en su época a sus mayores. Una derecha para la que el principal y único argumento intelectual a la hora de rebatir certezas como la de que los suyos se sublevaron contra un gobierno legal y democráticamente constituido, que cometieron un verdadero genocidio ideológico antes y después de la guerra con el único propósito de hacer tabla rasa con el enemigo, que impusieron cuarenta años de dictadura, no es otro que el relativismo intelectual, decir que también los otros mataron como si la cantidad y las circunstancias hubieran sido las mismas (los asesinatos de los exaltados republicanos nunca fueron respaldados ni alentados por las autoridades republicanas sino resultado de la anarquía y desgobierno del bando republicano, el cual, prácticamente se quedó sin militares profesionales para intentar poner orden a una masa enfebrecida ante la amenaza de los sublevados). Vamos, que sería algo así como querer justificar el nazismo o el fascismo aludiendo a que los partisanos de las diferentes resistencias europeas, o las fuerzas aliadas que bombardearon las ciudades alemanas sin piedad, también cometieron su cupo correspondiente de desmanes. Pero esa es la derecha española, si no toda, sí una buena parte. Vota siempre en contra de cualquier condena del Franquismo, rechaza la ley de Memoria Histórica y cuando se aprueba hace todo lo posible allí donde gobierna para que no se cumpla. Y cómo no lo va a hacer si se siguen considerando herederos del franquismo, si la mayoría lo justifica o defiende de alguna u otra manera, esta en deuda con el antiguo régimen porque probablemente ni ellos ni sus hijos estarían donde están si no hubiera sido por el caudillo y sus gentes. Eso es lo que la diferencia y aleja precisamente del resto de Europa, pues nadie puede imaginarse a la derecha de Markel justificando o relativizando los crímenes nazis, ni siquiera al actual presidente de Portugal ensalzando la figura del profesor Salazar.
Luego viene esa segunda tendencia de los medios conservadores que pretenden minimizar todo lo relacionado con la Guerra Civil y el Franquismo apelando al pragmatismo ese al que me refería antes. De ese modo están empeñados en sembrar la indiferencia. Se trata de convencer al personal de que todo este asunto no es que no nos incumba, como parece que no lo hacen las Guerras Púnicas o la del Gabacho que citaba antes, es que además resulta perjudicial para la convivencia diaria porque saca a pasear fantasmas que creíamos enterrados e incluso puede volar por los aires esta supuesta convivencia pacífica entre diferentes en la que estamos instalados, este pacto táctico de no remover la mierda para que no se incomoden los verdugos o los que pretenden conservar en paño de oro su memoria, esto es, el de los probos y honrados jerarcas franquistas que de un modo u otro contribuyeron a que la pesadilla durara lo que duró. Un estado de cosas que viene según unos desde la Transición, según otros desde que cayó cautivo y desarmado el ejército rojo. No me cabe duda de que esta tendencia es la peor de las dos, la más dañina para la salvaguarda de la verdad histórica, la más injusta porque ampara el silencio de décadas sobre lo que de verdad ocurrió, y, sobre todo, porque crea un estado de opinión entre las personas sencillas y prácticas a las que se dirige, las que nunca se complican la vida o prefieren ver siempre el lado positivo, bonito, de las cosas, el cual sirve para justificar el rechazo a leyes como la de la Memoria Histórica cuyo principal objetivo era recuperar la memoria, no solo los cuerpos, de los miles y miles de asesinados y abandonados en tumbas y cunetas por la represión franquista, así como desterrar de una vez para siempre todos los símbolos de un régimen que fue, antes que nada, criminal.
Y con estos mimbres como para no querer seguir dando la murga con el tema...
TXOTXONGILLOS EN EL MACHETE Y NOCHE EN EL GAZTETXE
Mi señora y el bebe de ambos nos dejaron ayer al mediodía. De modo que fue marcharse y empezar a aprovechar la semana, que estamos en julio, vísperas de fiestas aunque falten varias semanas, y huele a ganas de juerga, de chapuzón, en suma, de pasarlo bien.
De ese modo, y gracias a mi hermano y su parienta, pudimos llevar a Mr. a la representación de txotxongilos (títeres) en la Plaza de Machete, en lo viejo. La obra se llamaba Monster Shown y con decirle a crío que eran de monstruos ya se le puso el corazón a cien por hora. Poco le importó tampoco que fuera en euskera, que para el caso, entre lo que decían los txontxongilos y que el poco que le ha enseñado su padre en casa venía a ser lo mismo (otra cosa es que servidor estuviera todo el rato acojonado por si sacaban a escena a su crío y claro, menudo corte, que tendría que haberle dicho al comediante que haurrak ez daki euskaraz -el niño no sabe euskera- y acaso también ezta bertakoa -no es de aquí- casi a modo de excusa porque ya me veía a todo el mundo mirándome con caras de indignación -iba a decir de asco, pero es que esas casi siempre lo son por estos pagos…- ¡no le ha ensañado nuestra lengua milenaria a su retoño, no lo lleva a la ikastola, y encima tiene la vergüenza de traerlo a los actos en vascuence, ¡¡¡¿¿que no tiene bastante con los que se hacen en castellano o qué??!!!). Pero bueno, al final sacaron a una niña muy mona a la que hicieron escribir con tiza unas letras y que, cómo son ellas ya desde crías, casi le echa una bronca de cuidado al monstruo-títere por escribir la E al revés, que no se daba cuenta la marisabidilla que era una broma, y así hasta que crecen y…
Bueno, ya he dicho que era tocarle el pecho a Mr, y notarle el corazón revolucionado. Mirarlo también y encontrártelo boquiabierto porque la verdad es que los muñecos estaban bastante currados, unos monstruos muy simpáticos que en cierta manera me recordaban a mi pequeño ya acercándose a Oviedo en coche con su madre. Otra cosa es que a los críos de ahora cualquier cosa les vale, eso o que ahora con la imagen y cuatro mamarrachadas la les vale. Porque la obra en cuestión no tenía ni pie ni cabeza, no tenía guión alguno, era una sucesión de ocurrencias más o menos graciosas, de pedorretas incluso, recurso fácil e inmediata para arrancar risa a unos pobre infantes con el criterio de lo gracioso más que justo, y luego ya a pasar la factura al ayuntamiento.
¿Que qué quiero decir con esto? Pues eso mismo, que al rato servidor ya estaba mirando el reloj. Y como el reloj no tiene mucho que mirar, la verdad sea toda dicha, pues que enseguida me puse a mirar a mi alrededor, al personal congregado. Y claro, estás en tu ciudad y qué coño crees que vas a encontrar que no sean jetas conocidas. Y de entre ellas la de algún que otro fantasma del pasado, esos que apenas recuerdas de qué te suenan, en qué movidas conocí a éste, de quién era amigo ese que luego me lo presentó ese otro, que iba mucho por ahí o que te lo encontrabas siempre por allá. Vamos, caras que te cuesta asociarlas con algún momento de tu vida, jodido alcohol, pobrecitas esas neuronas. Y claro, como no acaba la cosa, los txontxogilos de los cojones siguen pegando berridos sin ton ni son y la actriz o payasa que los maneja está empeñada en dar sustos a unos niños que ya sólo se asustan si les dicen sus padres que la Nintendo se ha quedado sin pilas o que este año no nos podemos ir de vacaciones a Eurodisney. El caso es que los ven con críos a su vera, con su pareja que recuerdas de toda la vida, que aquí la peña es mucho de la primera para siempre, quita, quita, para que probar con otras, con lo que cuesta echarse la primera novia, no jodas. Los ves, y ya en concreto, ves a algún que otro que yo me sé, y no puedes evitar cagarte en su puta sombra. Cabrón, que eres un cabrón, no sólo no se le ha caído el pelo sino que encima el muy hijo de puta parece que te lo restriega porque sigue luciendo melena a lo he pasado la cuarentena pero sigo siendo alternativo que te cagas. Claro que no rejuvenece poco ni nada la envidia, el odio incluso.
Claro que para alternativos servidor y su señora el sábado a la noche. Tocaba cena de parejita a lo, ay qué pena que vamos a estar una semana separados, vamos, que había que celebrarlo. Así que volvimos al Erdizka en la Kutxi, que la primera vez que fuimos con unos amigos le encantó a T el menú fijo, sobre todo la macroensalada totum revolotum y los otros tres platos. Pero ya lo dice el tópico, segundas partes nunca fueron buenas, y si el revuelto de setas con foi se les había pasado, el entrecot de ella era una puta mierda, y no sólo porque la carne en general no le llega ni a la suela del zapato a la carne que comemos en Asturias. En cualquier caso, y esto sin que sirva de precedente, servidor salió de la cena verdaderamente perplejo consigo mismo: ¡dejé media botella de cosechero! Estaré madurando, vamos, que sé que como me pase con el bebercio la voy a tener fijo con mi señora a la menor barbaridad que suelte por esta boquita… Ahora bien, ya aviso que la botella de cosechero era la segunda, no jodamos.
En cualquier caso, como no habíamos tenido suficiente con subvencionar con nuestro dinero a la peña alegre y combativa del Erdizka, luego encima nos dio por acercarnos hasta el gaztetxe. Más que nada porque la idea era acudir después de cenar a cualquiera de los conciertos de jazz, blues o lo que fuera que había esa noche por todo lo viejo y el centro, y como lo primero que escuchamos fue la música que venía del gaztetxe pues hasta allí fuimos de cabeza. ¡Dios Santo! Hacía siglos que no entraba, supongo que desde que me he convertido en una persona decente, seria, aburrida, un puto padre o por el estilo. El caso es que a primera vista todo estaba igual. Como que no hizo falta preguntar por dónde caía la barra, el baño ni nada por el estilo. Y eso que cuando entrábamos solía ser a las tantas de la mañana, con las correspondientes birras encima y casi siempre a rebosar de peña y ruido, esto es, a empujones, pisando a todo cristo y con colas de semental negro para entrar al baño; no se mueve uno poco bien ni nada entre la mugre y las insurgencia de pacotilla o casi.
Luego ya el concierto para salir corriendo a la primera nota. No es que uno vaya de exquisito en esto de la música, es que aquello no era música ni de lejos –bueno, de lejos sí porque por eso fuimos-. Uno se hace viejo y ya ha escuchado lo suyo como para tragar con una puesta en escena que todo lo más suena a mira que pose tan guay tengo que no me hace falta saber tocar la guitarra ni cantar para subirme a un escenario con el único propósito de a ver si así por lo menos consigo follar un poco más porque menos es imposible. En todo caso, nada que reprochar, que de eso y no de otra cosa va montar un grupo con veinte y hasta treinta tacos. Lo único que ya puestos algún que otro acorde decente no estaría mal. Eso por no hablar del cantante, que no nos dimos cuenta que lo era hasta que se recuperó del ataque místico o epiléptico que parecía haberle dado mientras el resto del grupo destrozaban las cuerdas de sus guitarras eléctricas, y se puso a berrear como un poseso en un idioma que quería ser inglés y que en mi opinión se parecía más al que hablaban los orcos esos del Señor de los Pestillos.
Pero no se crea el personal que fue una noche loca ni nada por estilo. Apenas pasaban de las once y servidor y su pareja se replegaron a casa en cuanto trasegaron un cafetón con leche en una terraza, que no había ni fuerza, ni ganas, ni edad para una buena farra en condiciones. Qué cojones, como si esas cosas se hicieran en pareja, salir con la tuya es otra cosa, lo es a lo tranquilote; tranquilo Txema, no bebas más, deja la mitad de la segunda botella que además no te ve nadie conocido, y cuidado, muérdete la lengua antes de saltar esa burrada que te acaba de venir a la cabeza tras verle el escote a esa pava de la barra, eso para cuando estés con tus amigos, ay, ay, ay, que no voy a poder, que si no la suelto revientooooooo...
domingo, 17 de julio de 2011
ELKARBIZITZAREN AJEAK
Ondo nazkatuta nago aldian behin nire bikotearekin izan ohi ditudan eztabaida edo kalapita garratzen kontura,ikaragarri kostatzen baitzait onartzea zer-nolako gaitza, latza, izaten den emakumezkoekin zenbait gai edo jorratzea. Badute, nik uste gehienek, edo gutxienez nire inguruko gehien-gehienek, edozein huskeriagatik gizabanakoen arteko harremanen hautsa harrotzeko joera bizia. Esan nahi dut, edozein gaizkiulertze, konponezin edo hika-mika hutsal kalte edo ezinikusi ziplo eta erabateko bilakatzeko joera ikaragarri errotua euren garunean. Gizakietan elkartzeko motiboak bilatu beharrean guztiz kontrakoa bilatzen dutela ematen du, elkar ezin ikustekoen bila baleude bezala etengabe. Kosta egiten zaie izugarri gizabanakoak diren bezalakoak onartzea, eta ustez edo printzipioz ez baldin dago alde edo konponezin handirik gizabanakootan, ez etsi, kosta ahala kosta lortuko dute zer edo zer topatzen ondokoa gaitzesteko edo, banatzeko zioak asmatzeko, bizia ozpintzeko.
Badirudi aspertzen direla, ez daudela behar bezala hezita gainontzekoekin ondo konpontzeko, batu beharrean banatu nahiago dutela, inguratzen duten guztiaren bizkarrezurra izateko jaioak direlakoan baleude bezala. Kosta zaie beraz gainontzekoak onartzea, jende berriarekin adiskiditzea, nola bestela, beti idoroko dute-eta edozein huskeria aiko-maiko hasteko, hobe dute bakarrik egotea badaukatenarekin, kontrolpean izan dezaketenarekin, inolako itzalik edo arriskurik begitantzen, suposatzen, ez dionarekin.
Bada, beraz, oso zaila, oso, zure bikotearekin bakarka egotea, demagun afaritan edo, eta hasiera goxo-goxo eta gero agian barrezka eta guzti ere, noiz edo noiz errieta egotea aitaturiko edozein huskeriaren erruz. Zuri txantxetan eta abar egitea gustatzen zaizu txolindu zarenean, zure asmo bakarra ondo pasatzea da-eta. Berak, aldiz, nahiago du bere barrenean egoten ziren ezinikusiak azaleratu, zu zeu bihotzetik aztoratzen dutenaren konplize bihurtzea nahitaez, nahiago du bere barneko sugegorriak askatu, abagunea profitatu bizia atseginagoa egin beharrean jasanezinagoa, zailago, aspergarriagoa bilatzeko.
Bizia, elkarbizitza hobeto esanda, bide ikaragarri malkortsua...
sábado, 16 de julio de 2011
HISTORIA DE DESAMOR
La conocí hace ya tiempo de mi primera visita al museo. Allí estaba ella detrás de su mostrador de la recepción, agazapada tras el ordenador y sus gafas de azafata talludita del 1,2,3. Ya entonces su recibimiento era áspero y distante como el que he sufrido durante toda esta semana.
El lunes acompañé a mi primogénito hasta el museo de Bellas Artes de Oviedo para un cursillo de pintura. Nada más entrar, todo despistado, y viendo a otros padres con niños que esperaban al otro lado de la puerta que separa el recibidor del patio del antiguo palacio señorial donde se encuentra el museo, no me lo pensé dos veces, abrí la puerta y... de repente, una voz que me compelía a no hacerlo: ¡dónde va, tiene que sacar tickets! En ese instante me petrifiqué con el pasador en la mano y la puerta a medio abrir. En seguida reconozco la voz. ¡Es ella! La estirada, sobria y permanentemente malencarada pava de edad entre un arroz pasado y la menopausia que oficia de recepcionista. Allí estaba ella con su melena recogida, su cara de pastor alemán, sus gafas ya descritas y un uniforme que bien podía haber sido de recepcionista como de Oberaufseherin, esto es, de jefa de las vigilantes de las SS en los campos de concentración femeninos. Me dirijo hacia ella para explicarle que vengo con el crío por lo del cursillo y que… No me deja terminar la frase:
-¿Nombre y apellidos del niño? ¿Martín Arenas?
-No, Arinas, Arinas sin h –la corrijo.
Nos mira de arriba y abajo con sus gafas de culo de plato a medio quitar. Yo ya no sé si he venido a traer al crío a un museo para un cursillo de pintura o para alistarlo en la Legión.
-Vale, pueden pasar, pero tienen que coger dos tickets –nos informa, ordena o lo que sea.
-Muchas gracias –digo con la educación de la que a veces hasta puedo hacer gala.
Y es cuando nos hemos dado media vuelta en dirección al patio donde todavía espera el resto de padres con sus retoños, que vuelvo a oír la voz de la cancerbera en cuestión-
-¡NO PUEDEN ENTRAR CON LOS PARAGUAS!
En efecto, tiene razón la señora, hemos vivido en un aguacero continuo esta semana en Oviedo y de ahí que vayamos con los paraguas correteando agua a todas partes. Otra cosa es el tono empleado por la pava, cualquiera diría que íbamos a cometer un atentado con los paraguas en plan liarnos a hostias con los vigilantes del museo o arremetiendo contra el Tapies que hay colgado en el patio y que bien se merece unos cuantos viajes, de paraguas, navaja, metralleta o de lo que sea.
Al día siguiente procuró no cometer tantos errores. Pero qué quieres, uno es humano, y aunque el martes ya me acerqué directamente hasta su mostrador para pasar lista y no meter la pata como el día anterior, fue dar el nombre y apellido de mi hijo, esperar a que nos repasara una vez más a ambos de arriba abajo mientras servidor ponía la única sonrisa que había en aquel instante en la recepción, poner ella toda displicente la x en su casilla y volverme una vez más con los paraguas hacia la puerta.
-¡NO PUEDEN ENTRAR CON LOS PARAGUAS!
Con lo que ya el tercer día fue vernos entrar y torcer el gesto.
-¿Número?
-¿Qué número?
-El del niño, todos los padres me lo dicen, así voy más rápido.
-A mí no me diste ayer ningún número –la tuteo a conciencia, es decir, como se tutea en mi tierra, para marcar distancias y bajar del burro al que tienes delante cuando lo que espera es todo lo contrario, que lo trates de usted.
-Todo los niños tienen un número.
-Pues dime cuál es el del mío.
Ya no disfruta tanto dedicándome su sonrisita de infinita condescendencia, esa con la que es verme entrar y pensar “ya está ahí el garrulo ese con su crío, a ver cuántas veces le tengo que llamar la atención hoy, si es que dejan venir a cualquiera…” No, ahora su gesto torcido expresa a las claras el tremendo fastidio que la provoco y acaso también la desazón de tener que recordar que por tipos como yo que odia su trabajo de recepcionista, ella que tendrá su licenciatura en Historia de Arte y puede que hasta un master en museistica o lo que sea, ella que iba para directora de aquel en el que estábamos y, mira tú por dónde, se ha quedado en la entrada.
-¡LOS PARAGUAS!
Tercer día, ya voy todo lanzado hasta el mostrador. Hay cola, son los padres que dan el número de su retoño para que Frau Rezepzionisten pase lista. Llega mi turno, claro que me acuerdo del número de Mr. Pero no sabes tú bien bonita, es un decir, con qué pedazo de tocahuevos has topado.
-Martín Arinas.
-¿Número?
-Martín Arinas, lo tienes ahí apuntado en la lista, busca tú el número.
Entonces levanta la vista que tenía clavada en la lista hasta el momento. Me reconoce, no da crédito a sus ojos. Sí, soy yo otra vez, el garrulo anumérico del paraguas. Y encima no da la puta gana esperar a las monitoras del cursillo en el patio, prefiero quedarme en la recepción revolviendo los folletos y hojeando los libros de arte para venta. Así me paso un rato largo con el chaval haciendo otro tanto con los folletos y los libros. Sé que ella ya no sólo me desprecia, ahora también me odia.
-¡LOS PARAGUAS!
Cuarto y último día, ya no llueve en Oviedo, ha salido el sol. Llego al museo. Verme y fruncir el ceño es todo uno. Encima mira tú qué pintas, pantalón corto y sandalias, sólo le falta la riñonera para parecer uno de esos turistas a los que tiene que padecer cuando entran en el museo preguntado si dentro hay un asador o algo parecido, que a ver si les da mesa.
-Martín Arinas.
Ni se inmuta, pone la cruz directamente y me lanza los tickets que ha estado dando cada día para poder pasar al interior; mira qué bien, así luego contabilizarán cada uno de ellos, y lo de cada padre y niño del cursillo, como visitas al museo; hay que estar al loro, que luego viene Cascos con las rebajas y es bien sabido que esto de la cultura es lo primero en lo que meten la tijera.
-Hoy no hemos traído paraguas porque no está lloviendo.
La tipa no la coge a la primera, qué va a coger ésta si en una cabeza cuadrada digana de... de eso, de campo de concentración nazi. "¿De qué me está hablando este tío?" Yo levanto las palmas de la mano como muestra de que no miento. No hay paraguas, así que no nos jodas con tu grito por la espalda, señorita Rottenmeyer.
En fin, se ve que la descoloco, ya lo que le faltaba para confirmar sus peores sospechas, las de que servidor no solo es tonto del culo sino que además se entrena para serlo todavía más. Qué duro es trabajar en un museo en una ciudad de provincia como Oviedo, ella que como poco aspiraba a hacerlo en el Louvre o el Pergamomuseum de Berlín. Pero ya ves, para qué negarlo, si al final lo que pasa es que entre nosotros ha surgido algo muy bonito, muy, ya no de novela rosa, sino de novela negra, esto es, con asesinato de por medio. Ni más ni menos que no ha habido feeling alguno, que hemos encontrado a nuestro medio limón, eso o cualquier otro cítrico a los que le pegas un bocado y te dan ganas de pegarle una patada a lo primero que tienes delante. Es lo que tiene el desamor, que surge en cualquier parte cuando menos te lo esperas.
viernes, 15 de julio de 2011
ETXEKO HAUTSA
Bart amaitu nuen Anjel Lertxundiren azken nobela, ETXEKO HAUTSA, eta betiko legez aitortu beharrean nago idazkera saio ikaragarri eder eta bikain baten aurrean nengoela. Bai, suertatu egin zait ia beti Lertxundiren nobelekin, izugarri ondo landuak, hausnartuak eta batez ere idatziak daudela, euskarazko idazmolde aparta duela hizkuntza dotore-dotore erabili ez ezik, ederretsi egiten du errotik ere.
Eleberriaren nondik norakoek, ordea, behin berriro elkar lotuta daude gure azken urteotako gaiarekin. Beharko, jendea aspertuta edo egonda ere bortizkeria politikoaren ajeak artean pairatzen ari garelako. Badago oraindio gauza pila idazteko azken urteotako ditxosozko gatazkaren kontura, badago oraindio ez idatzitako haimaika bizipen edo ikuspegi, hamaika gauza kontatzeko eta gehienbat Euskal Herritik bertatik, egon badagoela liburu asko kanpotik idatzitako kanpoko aurreritzietan oinarrituta eta ez besterik. Bien bitartean, ordea, hor daude idazleak fikzioaren bitartez gure garai hits eta ilunon berri emate aldera.
Lertxundik egin du, behin berriro eta beti bezala, hau da, ezin dototeago, txukunago, ezin maisuago. Hori baita ikurri bitartean burura etortzen zitzaidan hitza etengabean: maisu. Nobela hau maisulan peto-petoa da alde guztietatik, hizkuntzarenetik, istorioarenetik eta batez ere bere belaundaldiaren aitortze ariketa nabarmenaren aldetik. Ikaragarri ondo erakusten dizkigu bere belaunaldiaren zenbait pertsonairen gorabehera ideologiko, kultural eta pertsonalak. Izan ere, protagonista ispilu berezi baina hutsa ere omen da Lertxundik gogoan duen belaulandi horren giza eredu batena, aitzakia aproposa, oso baliagarria, bestalde garaiok taula gainera eramateko asmotan, gure iraganaren zerbait zertzelada edo irizpidera ekarriz.
Hau guztiau Lertxundik primeran egin duela esan badut. Egia esan, maisu hitza erabili dut, Lertxundi aspaldi maisu izatetik klasikora aldatu da baina. Horrexegatik nobela berri hau beti bezala gozatu arren, beti bezala pila bat ikasi arren, klasikoegia ere begitandu egin zait ni behintzat zinez liluratu ahal izateko, nik lilura edo bestelako zirrarak ozta-ozta topatzen baitut hainbat idazlanen akatsetan, edo bestela eta hobeto esanda, bikainak ez izanda ere gehiegikeriaren birtutea duten idazlanetan; bikaintasuna bera ez baitiot bizitzari eskatzen. eta, sentitzen dut, askotan aspertu ez, baina hunkitu ez nau batere hunkitzen ere. Baina tira, esan bezala, hori nire akatsa da.
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