viernes, 8 de julio de 2011

EL CODICE Y LOS SALVAJES DE LOS PIRINEOS


La que se ha montado a raíz del robo en la catedral de Santiago de Compostela. del ínclito Códice Calixtino. La cosa va para novela de misterio con mucho exoterismo, curas pasados de rosca y vete a saber qué. Ahora, bien, no descarto que el robo haya sido perpetrado por algún navarrico de paso, el cual, en estos tiempos de indignación y tal, no haya podido más ante la sarta de improperios e injundias que escribió el autor del Códice, probablemente uno de esos franchutes que van por el mundo con el culo prieto y permanente cara de asco, a su paso por Navarra, tales como:

Éste es un pueblo bárbaro, distinto de todos los demás en costumbres y modo de ser, colmado de maldades, oscuro de color, de aspecto inicuo, depravado, pérfido, desleal y falso, lujurioso, borracho, en toda suerte de violencias ducho, feroz, silvestre, malvado y réprobo, impío y áspero, cruel y pendenciero, falto de cualquier virtud y diestro en todos los vicios e iniquidades; parecido en maldad a los getas y los sarracenos, y enemigos de nuestro pueblo galo en todo. (...)
Comen, beben y visten puercamente (…), no con cuchara, sino con las manos, y suelen beber por un solo vaso. Si los vieras comer, los tomarías por perros o cerdos comiendo. Y si los oyeses hablar, te recordarían el ladrido de los perros, pues su lengua es completamente bárbara. (...)
El hombre y la mujer navarros se muestran mutuamente sus vergüenzas mientras se calientan. También usan los navarros de las bestias en impuros ayuntamientos. […] También besa lujuriosamente el sexo de la mujer y de la mula.



Ahora bien, ¿alguien puede afirmar sin miedo a equivocarse que la opinión del puto gabacho acerca de esos pérfidos vascones habriá cambiado esencialmente desde el siglo XII a esta parte?

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