Así, así, Iñaki, prietas las filas con los nuestros, Fraga, Martín Villa, el régimen al que debemos todo y cuya memoria defendemos a capa y espada, a muerte con los grises asesinos del 3M, al fin de cuentas "un “exceso” de la Policía para “defenderse de la multitud”", dices. Ole tus huevos, Oyarzabal, sí señor, cinco muertos por tiros de la policía y cientos de heridos al desalojar una iglesia, toda ella rodeada por policías armados hasta los dientes, el máximo responsable franquista de entonces, un tal Fraga, declarando que la calle era suya y que por ello hacía lo que le salía de sus santos aparatos reproductivos, eso y que al fin y al cabo tampoco había sido para tanto, y tú, prototipo de la exitosa mediocridad en el más amplio sentido de la palabra, que nos conocemos, compañero, a saco con los verdugos, escupiendo sobre la memoria colectiva de tus conciudadanos. Ójala recibas a partir de hoy el oprobio que te mereces, canalla.
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