miércoles, 20 de mayo de 2015

DE LA VERGÜENZA AJENA EN ÉPOCA ELECTORAL



Como me es imposible expresar con palabras la grima que me provoca todo lo relacionado con la campaña electoral que padecemos estos días, y mira que las cantidades ingentes de desfachatez y cutrez por parte de la casta política son tales que darían para no parar de escribir comentarios más o menos acertados o divertidos, procuro mantenerme calladito al respective. Pero claro, ya sea porque un día sales a dar tu paseo vespertino con los cascos puestos y en eso que de repente se te cuela el anuncio de un tal Iglesias Caunedo, aspirante a la alcaldía de Oviedo, diciendo que le votes a él si no quieres que gobierne la ciudad una coalición de partidos de extrema izquierda, la cual según cuenta el anuncio está dispuesta a eliminar los premios Princesa de Asturias, el programa anual de zarzuela y hasta a llenar las fiestas de San Mateo de banderas republicanas. Vamos, algo así como presumir un oculto y perverso programa oculto de las susodichas fuerzas de izquierda, extrema porque para los de Caunedo siempre lo son. Un tipo de hacer campaña consistente en imaginarte las peores intenciones del adversario con el único propósito de meter miedo a tu electorado, por lo que se ve un pelín mosqueadete por eso de la corrupción, los recortes y otras pijadillas, haciendo caso omiso del sentido común y hasta de un mínimo de decencia intelectual. Vamos, como si ese electorado potencial fuera ya directamente tonto del culo hasta el punto de creer tamañas patrañas tal como se las cuentan, certezas sacadas directamente del forro de los cojones de los responsables de la campaña del señor Iglesias Caunedo. Y claro, te preguntas, ya puestos, si en realidad piensan que se dirigen a idiotas sin juicio capaces de tragarse todo lo que les suelten, por qué no emplearse a fondo y afirmar también que de ganar la susodicha coalición de izquierdas quemará todas las iglesias de la ciudad, harán listas para ir a violar a las monjitas de las Clarisas y de las Pelayas, sodomizará al arzobispo Sanz en mitad de la Plaza de la Catedral, expropiará el Centro Asturiano del Naranco, el Club de Tenis, la Confetería Ovetus, todos los chigres de Gascona, y ya por último una checa en el Reconquista y un centro de reeducación marxista-lenista-bolivariana-gordillista en la Gesta. Ya digo, puestos a hacer de la política una historia de miedo para memos, pues oye, qué menos que emplearse a fondo. Y luego también faltaría por comentar la jeta que le echa el candidato en cuestión queriendo desvincularse de las siglas de su partido por si acaso, que en el anuncio no dice en ningún momento presentarse por el Partido Popular sino que lo que motiva su candidatura no es otra cosa que su Pasión Por Oviedo, toma ya, jeta, cobarde y falsooo (y por supuesto que no es el único, un tal Maroto de Vitoria también lo hace y seguro que otros tantos candidatos peperos también andan en la labor de hacer creer al "ciudadano que no se mete en líos y se queda en casa a verlas venir", que ellos no tienen nada que ver con el partido que les ha puesto en sus listas, el de la Gürtel, los sobres, las tarjetas Black de Rato y compañía, los recortes, los aguinaldos a la banca a cambio de nada, el de...). Pero bueno, que dirán que siempre me meto con el PP, como no hay motivos para ello..., que a ver si no voy a decir nada del candidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, un tal Carmona, que hoy, día de San Isidro, todo chulapo él, se ha soltado con lo del: “El 99,99% de las mujeres no desearía ser penetrada diez veces al día” ¿Y qué hostias sabes tú, Carmona? ¿Y qué hostias sé yo? Pues eso, a ver si pasa pronto todo lo que está pasando para que no pase nada.

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