jueves, 28 de mayo de 2015

DOMINGO ELECTIVO



Le digo al mayor que me acompañe a lo de la fiesta de la democracia y me mira como si le fueran a extirpar el apéndice por segunda vez: "¿queeeeé, dejar la consolaaaaaaa?" En fin, al final, y sin necesidad de repartir un guantazo a nadie, me acompaña toda la familia y así de paso compramos el pan y la prensa. Llegamos a Armentia, voto en la casa de la Junta Administrativa. Me espero una larga cola como en otras ocasiones a la misma hora. Pues oye, cuatro gatos contando vocales e interventores. Me mandan a la mesa de los de Berroztegieta y allí me quedo vacilando un rato a cuenta de que me acerco sólo con el sobre para el ayuntamiento, que me olvidado el de las forales, casi que el más importante porque son los que recaudan los dineros. Me disculpo diciendo que tengo tantas ganas de votar en contra del alcalde populista que señala a las personas por su origen étnico como defraudadores obviando que el que comete fraude siempre es el individuo y no su colectivo, de primero de Derecho, oyes (al menos en el de aquí, que en el de la Alemania nazi o la Surafrica del Apartheid ya era otra cosa...), el alcalde que se indigna tanto por el fraude de los humildes pero que cuando era concejal de Hacienda rubricó con su firma el chanchullo millonario por el que un empresario bodeguero obtenía el contrato más sustancioso del mundo para unos locales comerciales gracias al oficio más que sospechoso del ayuntamiento pepero, el alcalde que tiene como lema que su ciudad siempre es lo primero pero que luego parece que los ciudadanos de a pie ya no tanto, que lo suyo son más bien las tortillas de patatas para el Guinness y así en general todo lo que tenga que ver con el escaparate, cubrir de hierbajos las fachadas de los palacios de congresos y de mierda a todo aquel que le recuerde lo del servicio a los contribuyentes, la ayuda a los más desfavorecidos y así todo por el estilo, que se ve que eso como no sale en la tele, no renta mediáticamente... Y en eso que me salta la tonta del bote de turno con la más falsa de las sonrisas, que a ver qué me ha hecho Maroto a mí: "pues mira, maja, si te parece hacer que me avergüence de ser vitoriano" De modo que el buen rollo se va a la mierda en menos de lo que tarda la pava en desdibujar su sonrisa de gaviota y yo en despedirme con un "eskerrik asko denoi, gero arte!". Luego ya me digo que conociéndome esta vez he sabido controlarme, no por nada, sino por impulsivo y bocazas, pues en vez de empezar a balbucear todo tipo de improperios y algún que otro juramento, he sabido despacharme con una sola frase y además me he quedado más ancho que pancho. Será cosa de la edad, eso o que anoche volví de casa de unos amigos como una rosa, dos botellicas de rioja alavesa mano a mano con el amigo Patxi y ellas a su Peñascal con aguja. Qué rico estaba todo, como de costumbre, y a tomar nota de las croquetas que compraron en una tienda dedicada a venderlas en exclusiva. No sé ni el nombre ni dónde; pero, negocio curioso dada su especialización: sólo venden croquetas. Original y atrevido, por eso espero que dure. Y si lo hace, ya puestos, pues por qué no montar una albondiguería, de ternera, cerdo, pavo, merluza, bacalao, toffu... las posibilidades tan infinitas como con las croquetas. O, en su defecto, una tienda para vender sólo pimientos rellenos, rojos, verdes, amarillos y con todo tipo de relleno, o una morcillería, anda que no hay variedad de morcillas en todo el mundo. E incluso, y puesto que según mi señora la razón de dichos negocios no es otra que la gente cada vez cocina menos en casa, que no sabe, pues una tortillería de patatas, bacalao, chorizo, merluza, pimientos, calabacín, vamos, infinito. Yo expendería incluso los revueltos de perretxikos, oricio, foi... O una cocidería en la que agenciarte cocidos como los de tu madre, esto es, tus lentejas con chorizo, tus fabes con almejas, tus garbanzos con bacalao o tus alubicas rojas con costilla y guindillas. En fin, que para cuando hemos vuelto a casa yo ya tenía un hambre que no podía con él; se ve que lo de la fiesta de la democracia cada vez me la trae más al pairo.

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