-Lo bueno de vivir en un pueblo, que conoces a todo el mundo y vayas adonde vayas te tratan por tu nombre, se preocupan por ti, la mayoría incluso conoce tus gustos, sabes que si necesitas una ayuda los vas a tener siempre dispuestos a echarte una mano.
-Pero si apenas llevas dos semanas viviendo en el pueblo. ¿Cómo te has dado a conocer tan rápido?
ç-Pues no sabría decirte, pero lo cierto es que el primer día la vecina de la casa de enfrente ya me trajo una cesta repleta de huevos caseros y otra con tomates y lechugas de su huerta. El segundo día me viene el que vive un poco más arriba y que tiene un montón de vacas en un prado; pues que gracias a él desayuno todos los días leche de verdad, nada que ver con esa agua blanca que venden en tetrabrik. Eso y las cuajadas, qué cuajadas, ni se me ocurre echarles azúcar o miel, tal cual. Y tercero viene el de más abajo que tiene una granja de cerdos; menudos chorizos y chistorras, ya ni me acuerdo del colesterol. Y las morcillas tampoco están nada mal, de las de chinchortas de verdad como en el pueblo de mis abuelos. Luego está el panadero que tiene el horno en una lonja de la calle mayor y reparte el pan todos los días por los caseríos; con decirte que le suelo coger una barra y siempre me deja un par de cruasanes o palmeras de chocolate, todo recién hecho, digo yo que para caerle en gracia a los críos. ¿Y el de bar? ¡Joder, que no he pagado un puto pote en estas dos semanas, que ya si eso más adelante, me dice, que ya habrá tiempo de hacer cuentas! Pero lo mejor de todo la todavía alcaldesa. Te puedes creer que me ha estado viniendo varias veces a casa todos los días para preguntarme si necesito algo, que le pida sin miedo, que lo que yo quiera y sin dudarlo; un día me va a pillar tonto y voy a acabar teniendo un problema con mi señora.
-Sí que parece gente maja, sí.
-No van a serlo. Hay un buen rollo alucinante entre los vecinos. Y lo más curioso de todo, y esto no te lo vas a creer, es que todos de los que te he hablado se presentan a las elecciones municipales, cada cual por un partido diferente.
-Sí que es curioso, sí.
-El caso es que hoy toca jornada de reflexión y no sé a quién voy a votar mañana para alcalde.
-Vamos a ver, no me has dicho cómo está de buena la todavía alcaldesa.
-Quita, quita, yo soy más de cuajada.
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