jueves, 28 de abril de 2011

BAILA XABIER, NO PARES, BAILA, NO PARES...


Veo la fotico del señor Diputado General de mi pequeño paraiso foral, Xabier Agirre, pegarse su aurresku de todos los años por San Prudencio, y no puedo evitar pensar que eso es precisamente lo que ha estado haciendo Xabiertxo desde que llegó al cargo con el pacto fustrado con ARALAR y EA, ese otro encubierto y vergonzoso con el PSE, la famosa trama corrupta De Miguel, Tellería y demás caraduras, abrazo caluroso y cómplice de Egibar mediante, la oposición sin tregua ni vergüenza del PP, los vaivenes de las vacaciones fiscales y otros líos morrocotonudos que no vienen al cuento: bailar, pegar saltos, volteretas; ¿Diputado General, yo?, ¡ande y no joda, yo lo que soy es Dantzari Nagusia! ¿No ve qué biribilketa acabo de hacer, mire, mire hasta dónde pongo el pie, ieeeeeepa!

En fin, San Prudencio y su retreta, tamborrada de cocineros y alabarderos, las sociedades gastronómicas de fiesta, la mozkorra de la víspera por lo viejo, romería en las campas de Armentia con sus rosquillas de todos los años, caracoles, perretxikos y vino cosechero, la homilia del obispo Asurmendi y sus mariachis, no se sabe qué corre más, si el Rioja o la autocomplacencia provinciana, nuestras leyes e instituciones ya existían antes que los del Ebro para abajo supieran lo que era una urna o eso que llaman Estado de Derecho, lo dicho, el día del paraiso tan perdido como llorado, Dios, patria y fueros.

2 comentarios:

  1. Me levanté sudoroso y busqué por entre las mantas.La pesadilla fue de las de órdago a pares y con respiración entrecortada, acelerado por la angustia de no tenerlo junto a mi, caí al suelo desde la cama con la sabana enredada a los pies para acertar con la cabaza en todo el centro del orinal. En el amago para levantarme lo vi bajo la cama. Estiré mi brazo bajo ella y cuando conseguí asirla me embargaron dos sensaciones intensas. La primera de seguridad y alegría por haberlo recuperado, y la otra de responsabilidad ante la faraónica obra que me esperaba. Me puse en pie, levanté el txistu sobre mi cabeza y la luz reflejada en sus oscuros y platas brillo, tal vez como aviso de muchas nuevas sensaciones

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  2. Ja, ja, ja, muy pero que muy bueno... quiero más.

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