lunes, 11 de abril de 2011

BLANCO NOCTURNO


Había convenido, hace ya un montón de entradas atrás, que sólo merece la pena hacer mención de los libros leídos cuando éstos se salen de la mediocridad imperante. Pues bien, si de lo último que he leído hay alguno que merezca una entrada en cualquier blog, éste es sin duda BLANCO NOCTURNO de Ricardo Piglia. Una auténtica delicia literaria la del escritor argentino, una novela extraordinaria que bajo la apariencia de una novela de género, negro en este caso, cuenta, primero el asesinato y posterior investigacion del forastero Tony Durán, un ciudadano norteamericano de origen puertorriqueño que aparecerá en el pueblo sin que nadie sepa a ciencia cierta a qué o por qué, que engatusará a todos y muy en especial a las hermanas Belladona; y ya a partir de la segunda mitad de la novela, la historia de una dinastía de pioneros de la Pampa en la figura de Luca Belladona y sus hermanas, el primero constructor de una fábrica fantasmal en mitad de la nada pampeña, obsesionado con un proyecto demencial que lo enfrentara con su entorno más inmediato.

Asimismo, destacan en el relato la figura del comisario Cruce, excéntrico donde los haya y aún así el investigador más sagaz y eficaz que haya habido nunca en aquellos lares, la del principal sospechoso del asesinato del norteamericano, el recepcionista del hotel donde se hospedaba éste, el argentino de origen nipón Yoshio, y el periodista que intenta reconstruir toda la trama para su periódico, Emilio Renzi, personaje habitual en las tramas de Piglia, que aportará la visión irónica y distanciada de los sucesos.

Sea como fuere, lo extraordinario de esta novela es cómo, a partir de una trama meramente policial, la historia cambia y se convierte en un retrato tan personal como apasionante de un pueblo situado en mitad del impasible paisaje de la Pampa argentina, un retrato que desvelará más allá de los hechos estrictamente relacionados con el misterioso asesinato de Tony Durán, un verdadero mosaico de personajes, pasiones, traiciones, trampas, o lo que viene a ser lo mismo, el infierno que como de costumbre oculta toda comunidad pequeña y cerrada, por no alargarnos con ese otro de las relaciones familiares.

Lo escrito, una verdadera gozada de historia y sobre todo de estilo literario, de una pulcritud que impresiona, la que deriva, por otra parte, de haber sabido encontrar el equilibrio entre el pulso argumental de la trama y el trazo sorprendentemente certero y cuidado de la escritura. Una joya literaria que no puede dejar indiferente a nadie.

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