PLÁCIDO

Hora de comer, servidor y su pareja relajados en el sofá tras poner las cosas de la Navidad, alimentar a la prole y limpiar un poco, preparados para dar debida cuenta de una fuente de tallarines con las setas que iban a ir anoche en un revuelto con foi y el vino de la "francesa" si hubiéramos tenido cena. En eso que de repente llega desde la calle, vivimos en un quinto, la voz disonante de un altavoz a todo volumen. "¡25 KILOS DE PATATAS POR 10 EUROS, OFERTA ÚNICA! Bueno, ya se irá, pasará. Lo que pasan son varios minutos y el del altavoz venga repetir ¡25 KILOS DE PATATAS POR 10 EUROS, OFERTA ÚNICA! No nos deja oír las noticias, si Mk todavía hubiese sido un bebé ya nos lo habría despertado. Me voy a mirar por el ventanón de la cocina que da al parque. Ahí está la furgoneta desde donde el capullo del altavoz destruye a conciencia la plácida sobremesa dominical de los vecinos de la calle Martínez Cachero. Pregunto a mi señora si le sobra alguna maceta, me responde que me deje de hostias. La furgoneta que arranca. Vuelvo a mi rincón frente al televisor, entonces el mismo presentador que apenas un par de minutos antes me estaba informando de la muerte por intoxicación de una familia sevillana que se alimentaba de productos caducados, me propone ahora llamar a un número que aparece en la pantalla para participar en la rifa de no sé cuántos jamones. "¡Pero qué cojones está pasando?" grito ante la estupefacción de mi señora. No me responde, más bien me fulmina con la mirada, pero el silencio que nos envuelve en seguida se ve roto por el "¡25 KILOS DE PATATAS POR 10 EUROS, OFERTA ÚNICA!"; parece ser que la furgoneta ha dado la vuelta a la manzana.