Leía hace unos días que como la cosa está muy mal y tal apenas cerraban ya en agosto la mitad de los negocios de los que lo hacían hace un par de años, que si lo hacían tampoco era para un mes, a lo sumo quince días y en muchos casos, aunque no lo dijeran explícitamente, para irse al pueblo de los padres o abuelos, el Caribe como que para mejores tiempos. De ese modo, y como en tiempos de vacas flacas, y a la espera de que la cosa escampe, lo mejor es no perder el sentido del humor, como en casi todo, algunos colgaban letreros de lo más molones, sobre todo por sinceros, a mí el que más gracia me ha hecho fue el que anunciaba que se tomaba quince días de vacatas, más de las que se podía permitir, pero menos de las que se merecía.
Otra cosa es la sinceridad brutal, animal o simplemente masculina del figura que colgó el letrero que ilustra esta entrada...
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