
Pues sí, la traición sí tiene rostro, hasta nombre y apellidos. El de éste aparece arriba, su nombre es Aitor Karanka, es de Vitoria-Gasteiz, en sus tiempos fue un león y ahora es un mercenario de pastel...
Sueño que por la razón que sea estoy sobre una tumbona en una playa inmensa de fina arena blanca y frente a un mar manso y de color...
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