
Pues sí, la traición sí tiene rostro, hasta nombre y apellidos. El de éste aparece arriba, su nombre es Aitor Karanka, es de Vitoria-Gasteiz, en sus tiempos fue un león y ahora es un mercenario de pastel...
Son la una y pico de la mañana y oigo que llaman a la puerta de casa. Retiro la mirilla para ver quién está al otro lado y solo veo...
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