sábado, 19 de noviembre de 2011
AMAIUR
De vuelta del paseo matutino por lo viejo de Gasteiz. Tenía curiosidad por ver cómo estaba la cosa electoral con sus pintadas, pancartas, pasquines, panfletos y demás publicidad. Como era de esperar, en el Territorio Comanche de lo Viejo, en la práctica una colonia de Bildustan, anteriormente conocida como Gipuzkoa, ni rastro de publicidad constitucionalista e incluso de la derecha nacionalista. Y no será precisamente por pancartas, que está todo empapelado de convocatorias para futuras manifas, de llamadas a mil y una formas de insumisión contra el estado -se entiende que represivo y español por igual-, de apoyo a mil y una movidas -me ha hecho gracia una que decía "nik ere egingo nukeen" (yo también lo hubiera hecho), en alusión a los huevos que le tiraron a la Barcina; lo mires por donde lo mires, en el fondo está bien eso de sustituir las pistolas por los huevos, tiene su gracia- y en general todo tipo de cartelería y grafittis que, sin pedir el voto directamente para los de Amaiur, a nadie que no conozca el terreno, el percal, se le escapa que son todos amiguitos o miembros de la alegre y combativa izquierda abertzale que se enseñorea desde hace décadas en esta parte de la ciudad.
Ya en casa, después de leer la propaganda de la sopa de letras que se esconde detrás del nombre de la nueva coalición, abertzale que te cagas, tras leer en la prensa los chascarrillos a cuenta de su campaña y ver un rato largo el pasado mitin de Anoeta, la verdad es que algo así como un escalofrío me ha recorrido de arriba abajo. Da la impresión que los cabecillas de la IA, los de EA, Aralar y los cuatro gatos aprobetxategis (termino local que usamos también en castellano para calificar a alguien que tiene más cara que espanto) de Alternatiba, se tienen muy bien aprendida la lección de que ha llegado la paz, es la hora de la política y casi, casi, también de los buenos modos, de aparentar lo que nunca fuimos y ahora ya no nos acordamos. Pero, ay amigo, tu reparas en la alegre muchachada que los jalea, en los que aplauden a rabiar en la convicción de que con ETA en la reserva de aquí a un par de días vuelven las aduanas al Ebro, y te das cuenta de que, quitando los señoritos de EA con sus americanas y corbatas, la inmensa mayoría son los de siempre, y no me refiero tanto a la profusión de polares, palestinos, camisas de rayas horizontales y cortes de pelo con hacha, no señor, sino más bien a esas caras de perros rabiosos que destilan el mismo odio de siempre hacia aquellos que no comulgan con sus postulados; poco importa que de tanto en tanto enfoquen o entrevisten a los de EA o Aralar como que para dar una cara más amable...
Con todo, si te tomas la molestia de mirar sus propuestas la cosa ya roza grados de verdadero disparate. Todo, absolutamente todo parece subordinado al nuevo tiempo ese que llaman -sin reparar una vez más en la similitud con el lenguage nazi- de paz, esperanza y oportunidades, que les están diciendo a los suyos que la independencia está a la vuelta de la esquina y con ella ya todo arreglado, pleno empleo desde el Ebro hasta el Adour.
Porque sí, aparte de un par de menciones con la consabida demagogia anticapitalista y tal, apenas mencionan la crisis, y desde luego que no como el principal problema que ocupa la mente de todos por muy abertzales que sean. Son tan torpes, pero tanto, que ni siquiera aprovechan la coyuntura para plantear las hipotéticas ventajas de independizarse de una España en ruina teniendo en cuenta que, con todo, aquí todavía se mantiene mal que bien el tipo. Cualquiera de su cuerda en otras latitudes ya lo hubiera hecho, como lo hizo el SNP escocés aprovechando la riqueza petrolera recientemente encontrada en sus aguas o lo suele hacer el PQ quebecois a la primera de cambio; proponiendo en serio la independencia en base a argumentos estrictamente económicos que van directamente al bolsillo de la gente y no a su corazoncito identitario.
Pero bueno, tampoco es cuestión de darles ideas, para el caso que me harían. Ellos están a lo suyo, en su monotema a todas horas, como si no existiera otra cosa en el mundo, como si lo de la crisis fuera algo que a ellos se la suda porque viene de fuera, como casi todo lo malo, soñando con unidades de destino en lo electoral para recuperar algún día la soberanía perdida en la forma del único estado vasco que ha existido: El Reyno de Navarra. Prueba irrefutable de ello es el nombre que le han puesto a su tinglado: AMAIUR. Imposible encontrar un nombre de resonancias más míticas y románticas para un nacionalista vasco. Amaiur, nuestra Numancia de aquí al lado, la fortaleza donde las últimas tropas de navarros venidas del otro lado de la muga a liberar el reino, resistió heroicamente el asalto de las tropas invasoras castellanas, españolas según la terminología abertzale al uso, tras el desastre del ejército liberador en las campas de Noain al sur de Pamplona.
Pues en eso están estos chicos, con sus mitos, leyendas, banderas y demás mandangas de su imaginario anclado en el siglo pasado. Y así les va, arrasarán en Gipuzkoa y en aquellos sitios donde ya lo hicieron en las pasadas elecciones locales, la Boronia profunda y mucho. A lo sumo éstas de ahora les servirán para evaluar el grosor en votos de su trinchera y poco más, o lo que es lo mismo, el número de independentistas que todavía hacen políticas con esquemas del siglo pasado; pues eso, que se den una vuelta por Escocia a ver si se dan cuenta de que allí no existe ninguna coalición de nombre Braveheard o por el estilo.
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En vez de Amaiur, le podían haber puesto a la coalición "El abismo de Helm", que es lo que parece la animación esa tan resultona que adjuntas.
ResponderEliminarDe todas formas tranki. A la IA les irá bien ahora, como es lógico y seguramente también en las próximas elecciones vascas, y más nos vale que sea así, para que los de ETA se convenzan de que les va mejor sin echar mano de las pistolas. Pero a medio y largo plazo, no tardarán en aparecer disensiones ideológicas o por el simple hecho de repartirse el pastel, y sin ETA haciendo de guardia de la porra, ya veremos cuanto dura la unidad y el entusiasmo abertzale. Y como no cambien el discurso "de guerra" por otro más atractivo para la gente, se encontrarán con que una vez más la ciuddanía vasca les dará lña espalda pero no por terroristas, sino por pesaos... tú ya sabes alo que me refiero