martes, 1 de noviembre de 2011

PINTAMONAS 7 (CABALLEROS, VIKINGOS, VAQUEROS Y MAQUIS)





Ya luego de los monigotes a lo Bruguera, de preadolescente o así, servidor ya empezó a frecuentar el comic más serio, más de artista. En concreto todos los albumenes que había en la biblioteca de la Florida. Eso solía ser generalmente con las vacaciones de verano. Nuestros padres no sabían qué hacer con nosotros, de modo que a la mañana a repasar o recuperar asignaturas, y a la tarde piscina o biblioteca. En esta última me tiraba toda la tarde leyendo albumenes de Asterix y Obelix, Mortadelos y Filemones, Mafaldas, Tintines, Lucky Luke. Eso al principio, cuando todavía el crío que uno era buscaba antes que nada echar risas leyendo las payasadas de los galos invencibles o las borracheras de capitán Haddock. Luego ya empecé a coger de las estanterías cosas de El Príncipe Valiente, Capitán Trueno, Javato, hasta acabar con los más sofisticados y oscuros como El Teniente Blueberry, Conan, Spyrit o las cosas que publicaba la editorial vitoriana Ikusager y donde aparecían caballeros navarros a mandobles con el moro y el castellano, o historias de la Guerra Civil, maquis o por el estilo. Más tarde me daría, y bien fuerte, por el Corto Maltés o Manara; pero bueno, esto ya vino más tarde, todavía estamos con doce o trece años.


Así pues, el crío al que ya le empezaba a salir pelusa en el bigote le dio por ir de serio, dejar los monigotes y ponerse al realismo aproximado, a la historia con mayúscula, cosas de caballeros y princesas, personajes de las películas del Oeste, de maquis en el Pirineo o fieros y cornudos vikingos que arrasaban las costas del atlántico saqueando pueblos y violando mujeres, niños, ovejas, todo lo que se les pusiera por delante.

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