miércoles, 19 de junio de 2013

CRASO ERROR



Un error en la imputación de transmisiones de inmuebles a la infanta Cristina consecuencia de que la información que recibió la Agencia Tributaria estaba atribuida a un DNI que coincide con el de doña Cristina. Un error, sólo eso y nada más, y no precisamente fatídico, sino, uy, uy, uy, casual, puramente casual, mucho, máxime tratándose de alguien que, lo que todos sabemos, ahora está sometida de continuo al ojo de la opinión público. Un error en el número de DNI, el cual en el caso de la Infanta es, y esto tiene tela, el 14. No te vas a confundir, si fuera uno de nueve dígitos... Y el caso es que si recelas, si frunces el ceño, si te cagas en toda su puta estirpe, en seguida te sale alguno, el lacayo de turno para ser exactos, con lo de que a ver si por ser una infanta hay que desconfiar por principio. Pues sí, sí señor, y sobre todo porque, al contrario de lo dicho por ese portavoz del partido en el gobierno e inefable ex-alcalde de mi ciudad, ese lumbreras y orador sin parangón cuya ristra de lugares comunes y frases hechas no parece tener fondo, eso y que ésta parece también proporcional a la afasia que le aqueja cada vez que se pone delante de una cámara o micrófono, Hacienda no somos todos, coño vamos a serlo, no se lo creen ni ellos. Pero bueno, a eso están, todos los organismos del Estado prietas las filas al servicio de su majestad y su prole. Y es tanta la desvergüenza, el descaro, que estoy seguro que no tardarán en presentarse ellos como las víctimas y el resto, el de los de la nariz fruncida, la chusma resentida incapaz de solidarizarse con gente de tan alta cuna, como victimarios, tiempo al tiempo.

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