sábado, 11 de diciembre de 2010
LA GRAN PARADOJA
No es que me haya sentado mal un rollito de primavera y de ahí esta retahila antichina de las últimas entradas, es que no hay día que no lea u oiga cosas sobre el llamado gigante amarillo y no me eche a temblar ante lo que nos depara el futuro, cosas como las que revelan los de Wikileaks que les dicen los diplomáticos chinos a los americanos acerca de su muy particular visión de las cosas, cosas del tipo:
Ding (subdirector del Departamento de las Américas del Ministerio de Exteriores chino) recuerda que fue embajador en Botswana y que el primer derecho humano es tener "comida y techo" y que China "ha realizado grandes progresos en el bienestar de la gente" en las últimas décadas.
Es decir, toda una declaración de principios del modelo de sociedad en el que están empeñados los dirigentes chinos, y que, mira tú por dónde, qué coincidencia, qué gran paradoja, no es ni más ni menos que la misma que lleva propugnando desde siempre el neoliberalismo más cerril, primario, interesado más bien. Claro que con una ligera variación, porque si lo que los defensores a ultranza del capitalismo en su estado más puro nos vendían como modelo de sociedad solía ser en esencia la versión actualizada del "panem et circenses" latino, esto es, panem et furboooool, panem et television, panem et prensa di cuore o cualquier otra de las posibles varientes, en el modelo chino al poder lo de tener entretenido a la plebe ya se la suda totalmente, como que con tal de que tengan "techo", esto es, lo mínimo donde caerse muertos, ya pueden darse con un canto en los dientes y, por supuesto, estar eternamente agradecidos al Gran Timonel de turno.
Siendo así, cómo sorprenderse de la creciente fascinación que suscita el gigante asiático, que le dicen, entre la inmensa mayoría de los mandamases del resto del mundo, los de verdad, los que tan pronto cierran contratos multimillonarios con la dictadura de turno como provocan una crisis a escala interplanetaria para seguir poniendo el cazo. China lejos de ser el referente del mal, el peligro más por rojo que por amarillo, el compendio de todos los demonios con los que debería tener pesadillas cualquier paladín del sistema de libre mercado y bla, bla, bla, se ha convertido, y ahí está, insisto, la gran paradoja, en el modelo a seguir, una sociedad en la que una elite de funcionarios a servicio del mejor postor dirige con mano de hierro los destinos de la gran mayoría siempre en función del beneficio que estos puedan generar, tanto como productores, a sueldos de risa, con derechos otro tanto, como meros consumidores sin derecho a reclamo. Lo dicho, el sueñor de todo capitalista, clásico, que se precie, una sociedad de consumidores antes que de ciudadanos, libre de los molestos tocacojones que ponen pegas a todo, es decir, al lucro a toda costa de unos pocos por encima de los intereses de la mayoría, una sociedad preocupada única y exclusivamente en tener qué elegir para llevarse al buche y acaso también en qué invertir su escaso tiempo libre, una sociedad sin los quebraderos de cabeza que da la democracía, el estado de derecho, los derechos humanos o cualquier otra cosa que no suponga agachar la cabeza y extender la mano, una sociedad bajo control, donde el que vaya por libre, el que opine o se salga del guión, será inmediatamente catalogado de "típico intelectual que cree que sabe lo que es mejor para el pueblo", como dicen de Lui Xiaboo en su país, una sociedad en la que toda crítica sera desoída por principio, ya se habrán encargado los de arriba de que así sea por mor de hacer creer al resto que no hay más realidad que la que glosan sus medios de comunicación, más realidad que la que emiten las diferentes cadenas de telebasura al por mayor con sus respectivas Belenes Esteban como iconos en los que verse reflejados, ¿me entiendeeeeeees?
No van a admirarlo y a hasta envidiarlo, si es lo que siembre han deseado y nunca se han atrevido a proponer directamente por la cosa esa de la alarma social, que estos occidentales están muy consentidos, muy sueltos con eso de la democracia, el estado de derecho, los derechos humanos y demás zarandajas. No como en China, que saben cómo hacer las cosas con dos... con dos mil millones acoquinadas. ¿Que se ponen tontos' Se les apaga el Google, a ver entonces qué realidad van a conocer si no es la que ellos les muestran. ¿Que todavía perserveran en su tontería? Sacamos los tanques a Tianamen. Pero no hay cuidado, que mientras haya comida y techo también los habrá agradecidos, cualquier cosa antes que mandarlos de vuelta al campo a doblar el espinazo con el azadón.
Pues eso, siglo XXI, de cuando el capitalismo y el comunismo se dieron la mano para seguir jodiendo al individuo.
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