jueves, 9 de diciembre de 2010

SAVOIR FAIRE A LA CHINA


Parece ser que al gobierno chino le ha escocido tanto lo de la concesión del premio Nobel de la Paz al disidente Liu Xiaobo, el cual permanecé encarcelado, como no podía ser de otra manera dado que desde el punto de vista chino el tal Liu y Ben Laden poco más que primos hermanos, que ha decidido sacarse de la manga su propia versión de un premio de la paz, el Confuncio, a saber si no tanto por el filósofo o por lo de confundir a los cuatro tontos que todavía pueden confundir con su muy particular visión de las cosas (dentro de esta categoría no entran, por supuesto, no entramos, el resto de los que hacemos la vista gorda ante los excesos y despropósitos del llamado gigante económico asiático por una mera cuestión de a ver dónde voy a encontrar una bombilla por el precio del chino de debajo de casa...). Dicho premio ha sido otorgado al ex vicepresidente taiwanés Lien Chan, el cual recibirá el galardón durante una ceremonia en Beijing (acabo de enterarme de que éste lo ha rechazado, ¡coño, alguien con dos dedos de frente, puede que alguien decente!), un día antes de la prevista para el Nobel en Oslo que China ha boicoteado con la anuencia de paises de reconocida trayectoria democrática como Afganistán, Arabia Saudí, Egipto, Filipinas, Irak, Irán, Kazajistán, Marruecos, Pakistán, Rusia, Serbia, Sudán, Túnez, Ucrania y Vietnam; vamos, destinos a los que cualquiera en su sano juicio estaría deseando viajar para poder disfrutar del grado de libertad y respeto a los derechos humanos por los que son conocidos...

El caso es que las autoridades chinas, muy preocupadas ellas del daño a su imagen para la cosa esa de vender en mercados con escrúpulos, no tienen en stock pocos gatos dorados que mueven la dichosa patita ni nada, alegan que está viene a ser su respuesta a la "interpretación de la realidad" de Occidente, el cual, como todo el mundo sabe, lejos de ser allí donde nació el concepto de democracia tal y como nos lo enseñaron los griegos, el Derecho Romano, la Ilustración, la Declaración de los Derechos Humanos, el sufragio universal, la igualdad -bien que teórica todavía- de sexos y demás mandangas, no es otra cosa que un conjunto de pérfidos paises capitalistas, imperialistas y explotadores. Dicen que se rebelan contra está interpretación occidental de la realidad, que ellos tienen la suya y que es tan valida como ésta e incluso más. Faltaría más, y el país que dude de ello que empiece a revisar su tradado comercial con el gran distribuidor de quincalla a escala planetaria del siglo XXI.

Así pues, y como el tema va de la interpretación del gobierno chino de las cosas, que no de los chinos, no he podido evitar acordarme de cómo entienden éstos el derecho laboral del prójimo. Pues resulta que durante los años que trabajé en una pequeña empresa familiar de import-export nuestro principal proveedor no fue otro que la agencia comercial que el gobierno chino tenía en Canarias, en la cual establecimos gran amistad con su principal responsable chino, así como con parte del personal canario a su servicio. Nada que objetar, y si lo hay no es el momento, al trato con las autoridades comerciales chinas, siquiera hasta el momento en el que decidieron privatizar sus agencias, esto es, echar el cerrojo y con él de un día para el otro a todo el personal español a la puta calle sin mayores explicaciones, quien tuviera alguna queja que fuera a reclamar a Pekin a ver si tenía huevos. Esa fue la delicaleza con la que los mandamases de la República Socialista de Trabajadores arreglaron sus asuntos laborales en las diferentes oficinas comerciales que tenían en el mundo: por las bravas. Esa es por regla general la manera como el gobierno chino acostumbra a hacer las cosas, no muy distinta de como estuvieron haciéndola durante siglos los emperadores de las diferentes dinastías que manejaron el cotarro en aquella esquina del mundo.

Ahora bien, si el trato que las autoridades chinas de comercio dispensaron a los trabajadores españoles revuelve el estómago por lo arbitrario, filibustero y encima poco "socialista", por si todavía le cupe alguna duda a alguien de qué va el socialismo amarillo como antes el soviético, el cubano u otros de nuevo cuño como el bolivariano con plumas o no, quizás sirva de consuelo, que va a ser que no, el que dieron a sus propios funcionarios o empleados de la mastondóntica organización comercial china de entonces, pues como bien nos contaba nuestro contacto en el imperio del todo a cien, no es que no fuera muy diferente, es que incluso se puede decir que fue mucho peor, de una crueldad inusitada para los que hasta entonces habían sido sus más fieles servidores. Los echaron a la calle a todos, no importó el cargo, años de experiencia, estudios o lo que fuera. Ya no les hacían falta y tampoco se iban a molestar en buscarles alternativas, eso como que les debía parecer cosa de débiles, de decadentes occidentales cuanto menos, si es que donde esté una dictadura monopartidista, qué Ecclestone no la pillara, a ver si lo siguiente iba a ser autorizar los sindicatos, por favor, semos comunistas, no tarados... o puede que sí. Allá se las apañaran ellos como pudieran, es decir, como bien se hubieran procurado recolocar previamente por medio de los debidos enchufes o el indispensable acopio de capital a través de los más variopintos y casi nunca del todo lícitos medios en previsión de. A la puta calle sin más tras haber dedicado la mayoría de ellos la vida entera a la cosa burócratica del comercio chino.

Esa es la manera como la República Popular China entendía, entiende, las relaciones laborales, por lo que se ve todo al revés de lo que acostumbran a ser, con todos sus defectos, las respectivas legislaciones laborales de los pérfidos y decadentes paises occidentales. Cómo nos vamos a extrañar entonces de que intenten convencernos de que el tal Liu Xiaboo es el peligro público número uno, a la altura de Bin Laden, ahí es nada, por haber elaborado un manifiesto a favor de la apertura democrática de su país. Ya hay que ser retorcido, además de un cerdo occidental de mentalidad imperialista o colonial, cuando no un puto racista blanco, para no ver el criminal que anida en el Premio Nobel de la Paz de este año.

Menos mal que tenemos a los EE.UU como salvaguardas de las libertades y bla, bla, bla, como que no hay día que no nos lo demuestren los de Wikileaks con su responsable a la cabeza, con precio a su cabeza, quiero decir...


*Ya sé que con éste van dos de chinos casi que de seguido, a ver si voy a estar hecho un xenófobo de tomo y lomo. Aunque no hay cuidado, nunca me ha importado, ni mi importa, el color, la religión o la procedencia de una persona a la hora de del trato diario, qué decir a la hora de establecer una relación de cualquier tipo. A las personas se las trata por cómo son, no lo que son. Otra cosa muy distinta es la opinión que me merecen los diferentes gobiernos o credos con toda su impudicia ideológica, moral y sobre todo criminal, decir que de entrada me dan arcadas es decir muy poco.

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