Estamos, como quien dice, a la que cae, a ver si cae de una puta vez, que caerá. Hace unos días todavía podíamos dudarlo, sobre todo cuando el emperador negro salía en defensa del faraón octogenario, pues aunque le pedía moderación en la represión de su pueblo y cierto maquillaje democrática, en ningún momento le cuestionaba el cargo, el mismo que pretendía entregar en su herencia su hijito en una curiosa interpretación del concepto de república hereditaria o monarquía republicana, a saber, qué más da.
El caso es que también en Europa callaban, luego como de costumbre a rebufo del hermano mayor americano, y no solo eso, también prodigaban los matices, los recelos, que si el integrismo islámico y bla, bla, bla. Parecía que veían las imágenes de El Cairo con los ojos tapados, no fuera a ser que la realidad de una multitud de ciudadanos de todas las clases y credos reclamando libertad y democracia se dieran de golpes con sus prejuicios interesados.
Ahora, hoy martes uno de febrero del 2011 por la tarde, ya solo queda esperar a ver cómo se va el tirano, si todavía por las buenas aunque a regañadientes, o las bravas, con los pies por delante incluso. En EEUU y la UE ya no se hacen ilusiones, no procede seguir animando a su aliado durante décadas, su perro guardián del integrismo islámico, su cómplice en la opresión consentida del pueblo palestino. No procede porque a estas alturas queda muy feo seguir manteniendo el miedo al derecho del pueblo egipcio a la libertad y la democracia con el cuento de que no nos podemos fiar de esos moracos, que llevan el virus del fanatismo en la sangre, no les da el coco para conceptos que creemos de uso exclusivo del ciudadano blanco y cristiano, eso y por el estilo. Las opiniones públicas de cada uno de los países occidentales que aplaudían y mantenían a Mubarak ya no lo tienen tan claro, la lacerante hipocresía de sus castas gobernantes apesta a racismo disimulado y complicidad con criminales. Por tenemos ya sobre la palestra a políticos de nuestro entorno que empiezan a referirse a Mubarak como tirano, ex-presidente. No son todos, no los más importantes, por si acaso, siempre por si acaso.
Sin embargo, tanta doblez tiene su reverso en ese gran modelo de progreso y democracia, esa pica de la civilización judeo-cristiana, la buena, en territorio infiel, esa vanguardia de Occidente, en Israel. Estos al menos no se andan con medias tintas y dicen lo que piensan, que las masas egipcias de ciudadanos, o más bien de aspirantes a, se la traen sin cuidado, para ellos los árabes y la democracia como que un mal chiste, no se lo creen y si pudiera ser tampoco les importa, prefieren a Mubarak, quieren a Mubarak, admiran a Mubarak. Porque Mubarak no sólo refrendó la paz de Sadat, también reprimió la solidaridad egipcia con Palestina e hizo todo lo que estuvo en su mano contra Hamas en Gaza, porque siempre defendió los intereses israelíes frente al resto del mundo árabe. Por eso pide ese dechado de virtudes democráticas y humanas que es Netanyahu a sus amigos y aliados norteamericanos y europeos que hagan todo lo posible para mantener a Mubarak en interés de todos. ¿La libertad, la democracia en Egipto, en el Mundo Árabe? Chorradas, para los israelíes son chorradas, ánde se ha visto un moro con derechos, si son como las bestias, alhandulhilha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario