domingo, 13 de febrero de 2011

EL SÍNDROME DE LA HIDRA (también llamado: ¡que qué me has llamado? ¡Pues ahora voy y monto mi propio chiringuito!


Me he impuesto comentar lo menos posible noticias políticas de no requerirlo la trascendencia de las mismas como en el caso de lo de Egipto, Sortu o similares. No merece la pena ocuparse del tema de puro manido, aburrido, bufo. Son miles los blogs especializados u obsesionados con la cosa y, por supuestos, que más sesudos y documentados que lo que está dispuesto a estarlo un servidor.

Yo, al menos lo intento, prefiero decantarme por la entrada graciosilla, ocurrente acaso, sinsorga las más, la queja salida de tono o el comentario chusco y para de contar. Por eso y no por otra cosa traigo a colación el asunto que sigue, porque en mi opinión se trata más de algo relacionado con la comedia antes que con la política o lo que sea. Y lo hago además porque precisamente anoche comentaba con mi amigo Px, lo increiblemente ridículo y patético de ciertos grupúsculos políticos que de un tiempo a esta parte proliferan como excisiones de partidos, generalmente abertzales o de izquierdas, en nuestra constreñida geografía vasco-navarra.

Una tendencia a la división a la primera de cambio, parece ser que en cuantico me llevan la contraria en el comite ejecutivo del partido o coalicción de turno, que voy, me cabreo, y monto mi propio chiringuito con cuatro amigos que me siguen a ver si ahora sí, a ver si conmigo pillan cacho porque antes la cosa estaba muy cruda por lo que fuera, no me iban a poner de nuevo en las listas o es que nunca me habían puesto y joder para qué hostias me afilio yo a un partido si no es para que me den lo mío, vale ya de poner carteles o repartir propaganda en mi pueblo que ya no tengo edad ni ganas.

No es que uno abogue por el bipartidismo, aunque quizás sólo es la tendencia lógica en la mayoría de las democracias dado que el arco ideológico tiende a reducirse al binomio izquierda-derecha, como quien dice desde la época de los griegos. Puede que no tanto en lugares como el Pais Vasco o Calaluña donde entran en juego otros componentes político-socio-culturales como el identitario. Siendo así es lógico que en esos sitios el bipartidismo de marras se convierta en tetrapartidismo, esto es, derecha e izquierda nacionalistas por un lado y otro tanto de constitucionalistas o españolistas por el otro.

Sin embargo, dado el particular estado de excepción que vive nuestra sociedad por culpa de fenómeno terrorista, esa quádrupe ecuación se convierte en quíntuple y hasta séxtuple, pues ahí están los abertzales de izquierdas de Aralar que reniegan de ETA, a los que hay que sumar, por cierto, los vocacionalmente minoritarios de Ezker Batua (se supone que la versión vasca de IU, pero no tanto...).

Ahora bien, si los de EB eran minoritarios con Madrazo como consejero mascota de Ibarretxe, ha sido perder la poltrona y, fieles a la tradición de los partidos de izquierda de liarse a hostias a la menor de cambio y por cualquier pijada. Con lo que ahora tenemos a EB y la Alternatiba de Matute como opciones dentro de la izquierda (ellos a veces dicen federalista y otras autodeterminativa con dos cojones) cada vez más minoritaria o ya directamente en imparable proceso de extinción.

Con todo, anoche hablábamos ante todo del espectáculo, deprimente a más no poder, de Nafarroa Bai, la coalición de partidos abertzales y de izquierda local de Navarra que en las pasadas elecciones dio la sorpresa (bien que relativa porque lo que en realidad hizo fue sumar el voto tradicional del nacionalismo vasco en el viejo reino), y que justo cuando todas las encuentas les pronosticaban un resultado de lo mejor, si bien siempre por detrás de la derecha meapilas, mangante y cunetera navarra, pero ahí pisándoles los talones, van y deciden hacerse el harakiri antes incluso de poder disfrutar de ese supuesto éxito. Primero se delisga Batzarre, la izquierda comunera (o al menos eso quiere decir batzarre) porque veían muy abertzale a la coalición. Luego se lían a gorrazos con lo de la confección de las listas, que si Aralar se lo quiere llevar todo, que si a la pobre Uxue no saben dónde ponerla, que a ver qué coño pinta un partido minoritario en Navarra como el PNV, que si esos independientes quiénes son, en fin. Para rematar la cosa se monta el pifostio con la decisión de EA de cobijar a los batasunos en la CAV, que no saben qué hacer en Navarra, si seguir con Aralar, PNV y compañía, o irse con los nafar-batasunos. Y así están, entre el Urizar y el Rámirez, mareando la perdiz hasta que se cansan los de NB y empiezan con los ultimatums prevío ataques directos, ideológicos y hasta personales. Pues eso, qué mejor manera de joder unas previsiones electorales óptimas que ofrecer a su electorado una imagen tan patética de división, incoherencia y hasta barriobajerismo a la navarra, esto es, a cagüendioses por segundo.

Ahora nos vamos a Gipuzkoa, donde como resultado de la genial idea de EA de romper su coalición con el PNV para ir de independentistas molones, van y los que no están dispuestos a dejar el cargo correspondiente, conseguido precisamente gracias a esa coalición, van y montan su chiringuito para seguir figurando y cobrando: Hamaika Bat (cuyo significado encima tiene coña, pues podría traducirse libremente como "somos un montón", tócate los huevos...). Por cierto, la máxima aspiración ideológica o estratégica de este grupo de amigos e intereses no es otra que poder acudir a las próximas elecciones de la mano de papa PNV.

Así pues, y por mor de ser más auténtico que nadie, o al menos que sus antiguos correligionarios, y sobre todo sin que uno llegue a imaginarse de dónde coño sacan el dinero para montar lo imprescindible de su chiringuito: sedes, publicidad..., hoy en día tenemos en espacio geográfico vasco-navarro la siguiente sopa de siglas con mayor o menor presencia institucional, y la mayoría de ellos como consecuencia exclusiva de haberse excindido para quedarse con el escaño o cargo: PSE, PP, PNV, UPN, CDN, EA, EB, UPD, ALTERNATIBA, HAMAIKAK BAT, ARALAR, BATZARRE y hasta el EHK, el partido carlista de Euskal Herria, toma ya, creo que el último concejal de un pueblo navarro iba a los plenos embalsamado y con la boina roja.

Pues bien, cuál es mi sorpresa esta mañana, que abro el periódico en la sección local y me encuentro con un titular tal que así. "El nacionalismo vasco se fragmenta en Álava". Que resulta que aquí donde me encuentro también andan a la greña con los de su misma cuerda, de resultas que se excinde de Aralar un grupo de militantes para formar Aralar Bai. El canditato del PNV, Gorka Ustarán ya ha avisado a su grey: «Cinco candidatos abertzales a las municipales sería un suicidio colectivo». Eso sí, oyes o lees las declaraciones de cualquiera de los cabecillas de estos grupúsculos de disidentes cabreados, o iluminados, y no falla, todos apelan a la suma de fuerzas y la unidad entre los de su campo; pero que me respeten el chiringuito que me he montado.

Y todo esto sin esperar a saber si SORTU será legalizado o no, que de serlo ya les veo todos corriendo a llamar a la puerta de los ex-batasunos, que son los que de presentarse se lo van a llevar crudo y déjate de plataformas ni hostias, como que está más que cantado que arrasarán entre los suyos y adíos chiringuitos.

En fin, lo dicho, el síndrome de la hidra tan típico de los partidos de izquierda a lo largo de la Historia, esos en los que en cuanto uno abre la boca para llevar la contraria, o lo ponen de patitas en la calle, o se monta uno propio, porque, faltaría más, la razón siempre está de mi parte. Claro que en el caso que nos ocupa, y por eso archisabido de que a los vascos no nos tiene que venir nadie de fuera para decirnos lo que tenemos que hacer, ahibalahostiapues, también podríamos denominar, en plan más vernáculo, más de no ver más allá de nuestro ombligo, de síndrome de cuadrilla o txoko, o cuadrilla con txoko. Es decir, el síndrome por el que toda cuadrilla de amigos que se precie y como resultado de una cena tumultuosa en el txoko, tras el imprescindible intercambio de improperios, menciones a la madre de cada cual como trabajadora del sector servicios, sección amor al prójimo, y puede que también alguna que otra hostia, parte de esa cuadrilla se acaba excindiendo para alquilar otro txoko en el que al sábado siguiente se volverá a montar otra tangana de cuidado por cualquier pijada y vuelta a empezar porque esos son unos sinsustancias, unos vendidos, unos mierdas, y nosotros no, claro ésta, nosotros somos mejores y por eso vamos a formar otra cuadrilla y a montar otro txoko, hasta la siguiente cena que fijo que la vuelven a liar parda...

Lo dicho, patético, como tantas cosas en esta puta tierra.

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