domingo, 1 de enero de 2012

MI CANCIÓN DEL AÑO


Año nuevo, cumple de mi señora madre, que hasta para nacer tuvo que tocar... el 1 de enero, otra comilona, probablemente la que más odio desde siempre, la que menos disfruto, un tormento. Me viene de cuando llegabas a casa de empalmada, y eso si no llegabas justo a la hora de comer, de la calle a la mesa, a resistir las arcadas con el cordero asado ya encima de la mesa, a aguantar al pariente de turno con la gracia de, bebe vino, venga, bebe, que para ponerte ciego anoche a cubatas bien que no decías nada. Eso y que ese día parece que a todo el mundo le da por hablar a gritos, que si no te lías a hostias con la familia es porque no puedes, no tienes fuerzas, las dejaste sobre la pista de baile de vete a saber qué garito cutre del centro, sobre las mesas de alguno de los baretos de lo viejo, intentando agarrar alguna moza para que no se escapara al grito de "¡empieza el año nuevo con una buena obra, déjame que te eche un polvo!". Eso si no acababas a codazos en la cafetería La Palma para lo de los churros, una marabunta de gentuza mamada empeñada en desayunar churros con chocolate, una turba de zombies bebientes más bien.

Todo eso ya pasó, ahora como mucho lo celebramos la víspera, que no hay ni Dios en la calle, no hay que darse de codazos con nadie, ni hacer cola para los cubatas. La Nochevieja en familia, es decir, a las doce todos a la cama. Una maravilla, te levantas empachado pero despejado, como para ponerte a jugar con los críos y meterte en la cocina un rato. Y porque me temo que el día de la cena de amiguitos la rubia de ojos azules me contagió lo suyo, que voy preparando la demanda, que estoy a base de pastillas todo el rato, que anoche ya estaba tumbado en el sofá y cubierto con la manta, tiritando como un huevo en la cazuela, que si no hasta me hubiera levantado a eso de las ocho para darme una vuelta hasta la carretera que sube al Zaldiaran, a ver la comitiva de borrachos trasnochadores y algún sanote de esos cumpliendo con la tradición de subir a ese monte por año nuevo (eso los más mierda, que la peña con los ovarios y los cojones bien puestos acostumbra a hacerlo al Gorbea). Pero no, todavía ando con el bolo chungo, chungo, i love you, Isabel.

Y todo este rollo para escribir que aprovechando el Año Nuevo y tal me apetece colgar la que para mí ha sido la canción del año, ya lo hice, pero repito, qué coño. De todos modos, se trata de otra versión.

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