jueves, 27 de enero de 2011

LA POLICIA SIEMPRE TIENE LA RAZON


Hablando de la policía, pasma leer en la entrevista que le hicieron la semana pasada a un tal Lhoussaine Fingoun, un joven marroquí que llegó en patera a España y ahora trabaja de camarero en el exclusivo restuarante Mugaritz, el del nuevo gurú de la alquimia gastronómica que es Andoni Luís Aduriz, la naturalidad con la que relata cierto pasaje de su experiencia vitar una vez arribado a las costas españolas:
Tras recibir una paliza de la policía, llegué a SOS Racismo, donde por primera vez encontré una sonrisa y palabras de ánimo, o ese otro de Cuando era pequeño me despertaban las manos de mi madre, cuando pasé por los centros de acogida me despertaban las voces y cuando viví en la calle, las patadas de los policías.

Vamos, que viene a dejar constancia que lo de humillar y repartir estopa al emigrante es el pan de cada día entre nuestras nunca lo suficientemente encomiadas fuerzas de seguridad, siempre tan prestas en la ayuda de los más desfavorecidos, que haya gente que diga que son los perros de sus amos, cuánta ingratidud e ignorancia hay por ahí...

Claro que el tipo lo dice con una naturalidad que vete a saber si es que lo tienen asumido porque no les queda otra, que saben antes mejor que nadie que en algunos sitios, algunos cuerpos policiales por no difamar así a lo loco, tienen orden de no andarse con chiquitas, y ya no solo con el emigrante que no tiene ni voz ni voto, que tendría que estar agradecido de la atención que le deparan nuestras fuerzas de seguridad cuanto le reparten su preceptiva somanta de hostias, digo que yo que para nacionalizarlo a palos, sino también el ciudadano corriente, con su correspondiente carné de identidad español en la boca. Me estoy refiriendo en concreto, antes de que caigan como chuzos en punta las acusaciones de demagogo o lo que sea trasnochado, a la grabación difundida por IUN-Batzarre de Navarra en la que desvela cómo se insta a los agentes de la Policía Municipal de Pamplona a tapar los posibles excesos que puedan realizar sus compañeros y los de otros cuerpos de Policía.

Pues eso, la policía siempre tiene la razón y si no te empapelo. Claro que esto cae en saco roto antes incluso de darte opción abrir la boca o pulsar la tecla, unos porque lo de la chulería, arbitrariedad y el matrato de los cuerpos policiales al prójimo, y éste cuanto más indefenso en la escala social más susceptible de llevarse todo tipo de palos, no nos pilla precisamente de sorpresa, como que no tenemos pocas experiencias ni nada en la retina que no ayudan precisamente a ver en un agente del orden un garante de nuestra libertad, y hasta de la Democracia con mayúscula, como proclaman otros, beee, beee, beeee. Y otros, los más, aceptémoslo de una vez, porque si hay que elegir entre la palabra de un picoleto o un madero, y la de un moromierda, así como la manipulación sectaria y bla, bla, bla de unos rojos y navarros, que para lo que algunos quieren es casi o peor que vascos, otro tanto, no hay color: ¡VIVA LA POLICIA NACIONAL, LA GUARDIA CIVIL, LOS MUNIPAS Y HASTA EL AGUACIL ALCOHÓLICO DE MI PUEBLO!

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