lunes, 17 de enero de 2011
MARIO VARGAS LLOSA Y LA INTELECTUALIDAD ORGÁNICA
Creo que fue el propio Assange, u otro miembro de Wikileaks, el que decía, a raíz de su ruptura con el periódico británico The Guardian, que el poder, los EEUU en este caso, tenían muchas maneras de ejercer la censura, que con toda probabilidad el redactor del periódico teóricamente laborista que arremetió contra el fundador de la famosa página de filtraciones, no lo hizo tanto a las órdenes o presiones directas de la embajada americana, sino en respuesta a una tendencia muy acusada entre los miembros del gremio de la pluma y que no es otra que intentar congraciarse a toda costa con el poder en previsión de lo que les pueda caer en un fututo o en ese plan.
Pues bien, leía ayer el artículo del reciente premio Nóbel de Literatura Mario Vargas Llosa, ese al que su periódico, más allá de sus indudables méritos literarios, que no son pocos, ha estado ensalzando en los meses previos a la recogida del citado y famoso galardón sueco hasta límites de hagiografía laica, poniendo en tela de juicio el valor de las filtraciones de Wikileaks y los probables méritos de Assange y compañía, y no podía quitarme esa misma idea de la cabeza.
Es sabido de la autoridad, a medio camino entre la del Oráculo de Delfos y el telepredicador de cualquier cadena televisiva de medio pelo, con la que parecen ungidos ciertos personajes del mundo de las letras tras la concesión de un galardón de la talla del Nóbel, cualquiera diría que de repente dejan de ser meros opinadores como cualquier hijo de vecino que diserta de lo humano y lo divino poco más que por mera intuición y puede que hasta con algo de información, y se convierten en expertos porque sus palabras ya no son las de cualquiera, son palabras de Nóbel, de Vargas Llosa, te alabamos señor, te babeamos más bien.
Así pues, el artículo del domingo del último premio Nobel de Literatura se me antoja convertido ya en homilía. Solo de ese modo, y no de otro, se puede ententer, tanto la ligereza con la que Vargas Llosa habla del fenómeno de Wikileaks, confundiendo, o pretendiendo que el resto lo hagan, el objeto de lo que crítica:
"En esa vasta colección de materiales filtrados no hay prácticamente revelaciones importantes, las informaciones y opiniones confidenciales que han salido a la luz eran ya sabidas o presumibles por cualquier observador de la actualidad política más o menos informado”, afirma el Premio Nóbel/"em>.
Confunde, o lo pretende, Margas Llosa porque en ningún momento los de Wikileaks se han autocalificado de medio de información, sino como meros canalizadores de una de las fuentes de información más utilizadas a lo largo de la historia del periodismo: la filtración. No es labor de Wikileaks dar categoría alguna a la información que suministras, eso el labor de los medios tradicionales que la compran o reciben. Son ellos los que tienen que hacer el trabajo de criba de lo que compran, decidir la actualidad o relevancia de las filtraciones y publicarlas de acuerdo con sus criterios periodísticos. De este modo, si las filtraciones acerca del carácter despótico y voluble del matrimonio Kirchner fueron portada de EL PAIS durante días, a pesar de, como bien dice el Nóbel, no contener nada nuevo y tratarse en gran parte de mero cotilleo, eso fue decisión exclusiva de la redacción del periódico al que, por lo que sea (tampoco hay que ser muy avispado para imaginarlo teniendo en cuenta la guerra que mantenía con el matrimonio presidencial el grupo mediático argentino del que la empresa editora de EL PAIS es socio privilegiado) le interesaba socavar todavía un poco más la imagen de los Kirchner. La información, por chismosa o frívola que sea, a decir también de MVLL, desde luego que nunca lo es inocente.
“Lo que prevalece en ellas es sobre todo una chismografía destinada a saciar esa frivolidad que, bajo el respetable membrete de transparencia, es en verdad el entronizado derecho de todos a saberlo todo: que no haya secretos y reservas que puedan contrariar la curiosidad de alguien… caiga quien caiga y perdamos en el camino lo que perdamos. Ese supuesto ‘derecho’ es parte de la actual imbecilización social”, aseguró el escritor que se cuida muy bien de no rozar ni con un adjetivo a Estados Unidos, que ha sufrido la peor crisis diplomática de su historia ante las revelaciones y se ha empeñado en emprendido una guerra contra el popular sitio y contra su vocero, Julian Assange."
Ahora bien, cuanto menos resulta curioso que precisamente un literato no sea capaz de reconocer el valor intrínsico del detalle, toda la carga descriptiva de situaciones o personajes que puede contener una revelación aparentemente trivial, casual, cotidiana, vulgar incluso. Él no lo ve, sin embargo han sido miles de tunecinos los que SÍ lo han visto en las últimas semanas, cuando gracias a esa maravilla redentora que es Internet, siquiera en cuanto a la oportunidad única en la Historia de libre circulación de información de todo tipo, pudieron acceder a filtraciones de Wikileaks en las que se revelaban "detalles" tan nimios y vulgares, sobre todo tan íntimos, del primer amigo y aliado y ahora sangriento dictador Ben Alí y su familia. De ese modo, en una de las filtraciones se hablaba del tigre que tenía uno de los yernos de Ben Alí y al que alimentaba a diario con tres pollos de granja y otros manjares. MVLL diría que se trata de un chisme como cualquier otro, para los tunecinos en cambio fue una de las gotas que colmaron el vaso de la infamia de una familia que, mientras miles y miles de tunecinos no tenían nada que llevarse a la boca, este tonto del culo se permitía el lujo sangrante de alimentar a su dulce gatito con lo que a una familia tunecina le habría dado para más de una semana.
Y como este otros tantos ejemplos de lo que las filtraciones de Wikileaks han revelado acerca del ignominioso proceder, intimidad le diría MVLL, de tantos y tantos poderosos, así también como de la doblez y/o inoperancia de muchos de los que nos gobiernan y nos engañan en la convicción de que no pasa nada mientras sea por nuestro bien, que semos como niños, leñe. Los tunecinos como tantos otros pueblos sí han sabido ver más allá de la supuesta frivolidad o vulgaridad de las filtraciones de Wikileaks , a decir verdad han sabido leer entre líneas lo que les tocaba, y encima han actuado en consecuencia.
Mario Vargas Llosa no, o no ha querido, no le interesa, a saber. Él parece más preocupado por el respeto a la intimidad de los poderosos. De hecho, esto de Wikileaks antes que una oportunidad para una mayor transparencia y escrupulosidad en el ejercicio del poder, y qué decir que por supuesto que en beneficio del ciudadano, al recién premio Nóbel de Literatura se le antoja más bien un peligro para que puedan seguir mangoneando con la impunidad con la que han estado haciéndolo hasta ahora; entre ellos, no lo olvidemos, el tal Ben Alí, ese que de la noche a la mañana -una vez más hasta el hartazgo si hace falta- ha pasado de amigo y socio preferente de Sarkozy, Zapatero y compañía a abominable dictador y ladrón que ninguno de los que antes se abrazaban a él quiere ya acoger en su país.
En resumen, que nuestra gran y justamente reconocida figura de las letras, el mismo al que el periódico que publica sus artículos, el cual comparte empresa con la editorial que también edita sus libros, ensalzaba no solo como escritor sino también como hombre comprometido con las causas de su tiempo, siempre a favor de los desfavorecidos y en contra de los poderosos -ay, ay, que me troncho- es incapaz de, o no quiere, reconocer la importancia de Wikileaks como nueva y casi ilimitada fuente de información filtrada al alcance de todo aquel que esté dispuesto a utilizarla correctamente, ya que lo único para lo que sirve, según él, es para ”satisfacer esa curiosidad morbosa y malsana”. Él sabrá por qué, qué motivo le lleva, además de tildarnos de "ímbeciles" a los que aplaudimos el fenómeno de Wikileaks con todos sus defectos, que los tiene, a no querer distinguir entre lo que debe ser privado y lo que de acuerdo con la relevancia del personaje se convierte de inmediato en interés público. Por mi parte, y siquiera basándome solo en su sensibilidad hacia los derechos supuestamente violados de los poderosos, esos que le cuelgan medallas o lo sientan a su mesa, tengo que reconocer que apenas puedo alejar de mi cabeza el concepto tan manido de intelectual orgánico.
*Supongo que la noticia de última hora de que Assange ha recibido de parte de un antiguo directivo bancario suizo dos disquetes con los nombres de los personajes públicos o famosos que evaden impuestos, también le parecera a nuestro neoliberal Nóbel una inaceptable intromisión en la vida privada, cuando no un atentado al honor de los evasores: ya se sabe, el shown este payasete de Assange...
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