martes, 13 de diciembre de 2011

ALFONSO ALONSO, MÁS CHULO QUE UN OCHO



Ahí estaba él hace unos años, el recién nombrado portavoz del PP en el congreso, el impar e inefable Alfonso Alonso Aranegui, ejerciendo de alcalde de su ciudad desde el palco de la Iglesia de San Miguel durante la bajada del Celedón que da inicio a las Fiestas de la Blanca, haciendo frente a la masa enfebrecida, achampanada más bien, premamada, la chusma radical esa de costumbre, los de las banderitas con la insignia de Gestoras y las fotos con el careto de los presos, seguro que también más de un voluntario apolítico que apenas veía otra cosa que motivo de farra, un evento más de las fiestas, como que hasta hace unos años algunos creían que lanzar huevos a las autoridades y cócteles Molotov a las furgonas de la policía venía en el programa, que le abucheaba y lanzaba huevos. Pero él qué coño se va a apartar, cómo se va a poner detrás de la barrera de escudos transparentes de los municipales que protegen a los políticos locales y no de la manifestación de alegría subversiva de los congregados en la plaza de la Virgen Blanca. No, los demás puede que sí, que se les pringa el pañuelico; pero él no, él es más chulo que un ocho, y allí estaba para demostrarlo ofreciendo en sacrificio su jeta de pijo revenido a la muchedumbre que le lanzaba huevos con mayor o menor fortuna; vamos, como que hasta se ve en el vídeo que parece decirle a uno: venga tú, a que no hay huevos, atrévete, a ver si me das, batasuno de mierda, terrorista oval, tú tira, tírame, que te están grabando, cabrón, vas a ver qué gracia cuando te pillen mis escoltas... Y vaya si le dan, dos veces y en toda la jeta esa, por bobo, bobo, bobo.

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