jueves, 22 de diciembre de 2011

GARCÍA Y EL GORDO DE NAVIDAD


Hoy, como era propio, todo el mundo estaba a lo de los niños de San Idelfonso. En mi cafetería de las mañanas más de lo mismo. Ahí estaba toda la parroquia de las nueve y pico con la mirada clavada en el televisor: ¡ay, ay, que no me toca, este año tampoco va a ser, por eso no compro nunca, que ha tocado en Huesca, otro en Sestao, que le ha vuelto a tocar al Fabra, lo de este hombre eso no es suerte, es rutina, coño va a ser, mejor que callo lo que pienso que ya se sabe que los tipos como el ex-presidente de la diputación de Castelló siempre se van de rosita de los juzgados, los demás no tanto, como tampoco nos toca la loto tan a menudo, qué hostias digo, si no lo hace nunca, que si me tocara, ¡ay madre si me tocara!, ¿tapar unos agujeros?, ¡sí hombre, los primeros en el Models!, si me toca lo que les ha tocado a los de Huesca, lo primero mandar a tomar por culo a esos buitres que mandan los bancos al puesto de lotería que ha vendido el número premiado, por no hablar de los que mandan los concesionarios con el catálogo de coches de alta gama debajo del brazo, por el culo se los iba a meter yo, que a mí lo que pone es comprarme un tractor nuevo para arar las fincas del pueblo, yo en cambio le compro a mi señor@ lo que me pida y ya luego me pego un crucero de esos de solteros, de singles, que en inglés parece que tienes más opciones de pillar, ¿y qué hacemos con el jefe?, hombre, si no te cae excesivamente mal hasta le puedes pagar un pote, mejor te lo bebes a su salud, en cambio, si no lo aguantas, no te andes con chiquitas, contrata unos colombianos, eso sí, calcula que te llegue para la fianza, para sobornar a quien "hayga" falta, pero lo mejor va a ser meterlo todo en bonos del estado, como poco del Estado Noruego o Sueco, allí donde no ha llegado la crisis, donde encima presumen de crecimiento por encima de la media europea, donde los únicos recortes que hay son los de los visados porque ahora todo cristo quiere emigrar a Noruega en búsqueda de trabajo, ¿y dónde invierto ahora que ha estallado la burbuja inmobiliaria?, a ver si voy a tener que hacerlo en I+D o cosas de esas de las que ni entiendo ni he oído hablar nunca, dicen que la tecnología del futuro es el grafeno que es un compuesto mágico con el que lo mismo que te hacen un ordenador te hacen una pelota de fútbol, ¡quía!, tú compra tierras, como tu abuelo, y ya luego si hace falta te pones a plantar nabos, total vamos a acabar volviendo todos al campo, como te descuides puede que hasta a los árboles...

Pues en esas y otras disquisiciones filosófico-navideñas andaba la peña de la cafetería, cuando de repente, García, que estaba en la barra repasando la prensa escrita con sus gafas de leer cerca, interviene.

-A mí tocome ya el gordo.

Silencio sepulcral en la cafetería. Nadie acierta adivinar a qué ha venido eso, qué es lo que insinúa García, qué razón motiva su desprecio hacia la catarata de felicidad que desde la Carrera de San Idelfonso inunda la pantalla del televisor y salpica las conversaciones de los parroquianos.

-Daivos cuenta que toa esta xente que tocole el Gordo taba nel paru o axuntabaselles la fame cola gana de comer, que la su alegria ye proporcional a la necesidá que hay, a lo mal que tan les coses.

Entonces supongo que la mayoría de los presentes debió recordar que García, exceptuando las primeras horas del día que se dedica al reparto, se pasa el resto en la cafetería leyendo los periódicos, pegando la hebra, soltando todo tipo de paridas, y siempre, siempre, sin perder la sonrisa, animando al personal, sacándole punta a todo porque lo que se dice buen humor, nunca le falta.

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