He aquí mi aportación en KROKOIL, un fanzine que hicimos en el instituto Mario Corral y yo con la colaboración de otros figuras como Felipe, el heavy oficial de clase, el que toda que se preciara tenía que tener, o en su defecto cualquier otro tipo de tarado, con el fin de poder mandarlo a realizar actos de vandalismo que no vienen al caso. La revista quería ser de comic y poco más, pero como los tiempos eran los que eran y estábamos donde estábamos, uno la repasa y se encuentra que cuando el tema de las historietas no tocaban cosas de adolescentes con su reiterativa problemática existencial, lo que abunda también son historias de violencia policial por un tubo y mucho rock&roll radical que era lo que se estilaba casi que en exclusiva. Qué le vamos a hacer, éramos esclavos del ambiente y de ahí que una de las historietas que aparecen arriba haga alusión a la canción Jimmy Jazz de The Clash, la cual versionaba en aquellos días Kortatu con una letra que mejor olvidar, también hay otra dedicada a Txikia, uno de los dirigentes míticos de ETA muerto en extrañas circunstancias o acaso no tanto, simplemente inconfesables, y también algo de chirigota a cuenta de la actualidad del momento a través de un personaje de Txintxorreta (que es un palabro que oía mucho en casa de mis abuelos para decir a alguien "sinsustancia" o algo así) que me saqué de la manga, creo que recordar que inspirándome en los que hacía el recién desaparecido Juán Carlos Eguillor en el Egin, El Correo y otros. Sin embargo, el comic que más me gusta es uno que hice tomando prestadas fotos de mi viejo en su mili de Sidi Ifni, una cosa de soldados poco motivados que mandaban a África a dar caña a los moros o algo por el estilo.
Andaríamos entonces por los diecisiete más o menos, pero mira tú que concienciados, qué pedrada llevábamos encima. En fin, no ha llovido poco ni nada, como que este mismo verano me encontré al Felipe en la recepción del museo de Bellas Artes de Álava sin greñas, chupa de cuero, cadenas, ni nada de nada, de lo más formal y hasta simpático, vamos, colocado de funcionario. Así que mejor no hacer caso de los bocadillos de las viñetas y centrarse en el dibujo. Además, todavía tengo cosas de otros fanzines que dejan a éste a la altura del Zizi-Zape.
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